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Ética y filosofía política. Investigaciones recientes sobre el orden humano
Rafael Félix Mora Ramirez
© Rafael Félix Mora Ramirez, 2023
Jefe de arte: Yelitza Sánchez
Diseño de cubierta: Josefrank Pernalete Lugo
Ilustraciones: Josefrank Pernalete Lugo
Editado por: Editorial Mar Caribe de Josefrank Pernalete Lugo
Jr. Leoncio Prado, 1355 Magdalena del Mar, Lima-Perú. RUC: 15605646601
Libro electrónico disponible en http://editorialmarcaribe.es/?page_id=1629
Primera edición septiembre 2023
Formato: electrónico
ISBN: 978-612-5124-09-8
Hecho el Depósito Legal en la Biblioteca Nacional del Perú N°: 202305970
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Ética y filosofía política. investigaciones recientes sobre el
orden humano
Autor: Rafael Félix Mora Ramirez
LIMA, PERÚ
AÑO 2023
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Tabla de contenido
PRÓLOGO .................................................................................................... 7
PRIMERA UNIDAD ................................................................................... 11
Capítulo 1. Ética I. Generalidades. ............................................................ 11
Capítulo 2. .................................................................................................. 20
Ética II. Moral y moralidad. ...................................................................... 20
Capítulo 3. .................................................................................................. 39
Filosofía política. Conceptos básicos ........................................................ 39
Capítulo 4. .................................................................................................. 46
Breve historia de la filosofía política ........................................................ 46
Paradojas para pensar I ............................................................................. 56
Primera evaluación .................................................................................... 61
SEGUNDA UNIDAD................................................................................... 65
Capítulo 5. .................................................................................................. 65
Las éticas de Sócrates y Platón. ................................................................. 65
Capítulo 6. .................................................................................................. 72
Los sofistas, Protágoras y el relativismo. ................................................... 72
Capítulo 7. .................................................................................................. 78
La ética eudemonista de Aristóteles. ........................................................ 78
Paradojas para pensar II ............................................................................ 84
Segunda evaluación ................................................................................... 90
TERCERA UNIDAD ................................................................................... 95
Capítulo 8. .................................................................................................. 95
Kant y la Escuela de Frankfurt: ética y razón. .......................................... 95
Capítulo 9. ................................................................................................ 110
La ética utilitarista de Bentham y Mill.................................................... 110
Capítulo 10. .............................................................................................. 115
La filosofía política de Locke. ................................................................. 115
Paradojas para pensar III ........................................................................ 120
Tercera evaluación .................................................................................. 124
CUARTA UNIDAD................................................................................... 129
Capítulo 11. .............................................................................................. 129
El comunitarismo de Taylor. ................................................................... 129
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Capítulo 12. .............................................................................................. 134
El liberalismo utilitarista de Mill ............................................................ 134
Capítulo 13. .............................................................................................. 139
La teoría de la justicia de Rawls. ............................................................. 139
Capítulo 14. .............................................................................................. 145
La democracia deliberativa de Habermas. ............................................. 145
Capítulo 15. .............................................................................................. 152
La teoría de las virtudes de MacIntyre. .................................................. 152
Paradojas (y falacias) para pensar IV ...................................................... 158
Cuarta evaluación .................................................................................... 163
PRONUNCIAMIENTO PÚBLICO IPILOF ................................................ 168
MANIFIESTO LÓGICO-FILOSÓFICO CONTRA LA INDIGNIDAD Y ANTE
LA CRISIS PERMANENTE ........................................................................ 168
Referencias bibliográficas ....................................................................... 172
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Dedicatoria
Dedico este libro al Instituto Peruano de Investigación de Lógica y
Filosofía (IPILOF), por su constante labor educativa y práctica y,
además, por ese afán integrador que busca unificar ciencias y
humanidades. También, debo manifestar que este libro ha sido
escrito como un homenaje a esos 4 Perús que me ha tocado conocer:
el Perú conflictivo y polarizado que solo encuentra paz en la guerra
constante, el Perú unido y dialogante que ante las desgracias se toma
de la mano y se ofrece para ayudar, el Perú triste y deprimido que
llora la pérdida de sus seres queridos y que sufre el encierro al que
nos hemos visto obligados y, también, a ese Perú fiestero y alegre
que busca la mínima razón para comprar una botella de líquido
espirituoso y, así, celebrar junto a propios y extraños tanto el gol de
un equipo como el cierre de un Congreso. Todos Uds. mueven las
tuercas de mi pensamiento y motivan profundamente mis
reflexiones.
Este texto expresa mi gratitud incondicional.
¡Vivan los estudiantes!
¡Vivan las ciencias y las humanidades!
¡Viva el Perú!
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PRÓLOGO
La reflexión sobre nuestra moralidad y la función que debería cumplir lo político en
nuestras vidas es necesaria en esta época tan convulsionada que nos ha tocado vivir. La
crisis sanitaria debida a la pandemia nos ha llevado a pensar sobre lo urgente de la
búsqueda de la felicidad y su relación con lo correcto o no de nuestras acciones.
Asimismo, las acciones del gobierno para enfrentar el colapso económico y la muerte
causados por el covid-19 nos han permitido percatarnos de lo que es posible hacer
desde un cargo de poder político en nuestro país.
En este sentido, el conocimiento de los contenidos de la ética y la filosofía política
encuentra justificación. Particularmente, este libro surgió de la investigación que su
autor realizó cuando fue docente de varias universidades durante la época de la
pandemia. Para poder ser docente en aquella época se tuvo que aprender a manejar
herramientas virtuales con el fin de continuar con la formación de los futuros
humanistas, científicos e ingenieros del país. Ahora bien, el problema es que las
humanidades no son muy cultivadas por los alumnos en general e incluso algunas
universidades ni siquiera las consideran dentro de sus planes de estudio. Por este
motivo, fue un desafío muy grande el tratar de enseñar un curso de humanidades que
fuera atractivo para los alumnos y, a la vez, satisfactorio en términos de calidad y
cantidad de conceptos clave y saberes impartidos.
La experiencia ganada en la enseñanza respalda la idea de que el universitario promedio
puede interesarse en las humanidades siempre y cuando se insista en la lectura, la
discusión y se explique al detalle el proceso de evaluación. En cuanto a las lecturas se
recomienda asignar un libro didáctico y sencillo que pueda ser leído un capítulo por
semana. Por ejemplo, Ética para vivir mejor y Repensar la vida y la muerte de Peter Singer,
Ensayos sobre la vida humana de Thomas Nagel, Meditaciones sobre la vida de Robert Nozick
y Las consolaciones de la filosofía de Alain de Botton
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son libros accesibles y
comprensibles. También, debido a que algunos alumnos son ingenieros en formación
se les debería encargar que analicen el Código de ética del Colegio de Ingenieros del Perú. De
igual modo, el mismo docente debe encargar la lectura de sus propios libros y trabajos
escritos y publicados en revistas indexadas. En ese sentido, el autor de este texto y, al
mismo tiempo, docente compartió con sus alumnos textos tales como “La soledad
como alternativa ante la Gran Pandemia”, “Filosofía en tiempos de pandemia”,
“Reflexiones sobre la ética de la ingeniería”, Las humanidades, la ciencia y la educación
en el siglo XXI”, Yo testifico desorientación y desesperación en la gran pandemia de
covid-19”, “Sobre la ética de la investigación científica”, “La manipulación cultural y
estrategias para superarla: el caso peruano”, “La educación universitaria en filosofía ante
la crisis desatada por la pandemia”, “Pandemia global, crisis económica y política”, entre
otros.
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Este texto debería ir acompañado de sus videos en la web titulados: “Filosofía: Una guía para la
felicidad”.
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Es interesante el uso de encuestas en clase con el fin de extraer verdades sociales que a
simple vista no son fáciles de constatar. El asunto es que los alumnos se han vuelto más
callados de lo normal en el modo virtual. En ese sentido, las encuestas ayudan a ver
cómo piensa, en términos genéricos, el salón sobre tales o cuales temas controversiales
y coyunturales. Dado que los temas son problemáticos y comprometedores la encuesta
debería ser anónima para que, después, se puedan discutir abiertamente los resultados.
Para discutir con más fluidez en clase se podría asignar resumir algunos de los
programas de La función de la palabra de Marco Aurelio Denegri, así como explicar los
temas éticos y políticos involucrados en la serie argentina Los simuladores o recomendar
la visualización de programas educativos tales como Filosofía. Aquí y ahora de José Pablo
Feinmann y Mentira la verdad de Darío Sztajnszrajber. También, ayudan documentales
(como, por ejemplo, “El choque de dos mundos”, “La Revolución y la Tierra”, “Racism:
A historyy “Enron, los tipos que estafaron a América”) y películas (tales como “La
naranja mecánica”, Matrix”, Joker”, The Dark Knight”, El día de la marmota”, “El show
de Truman”, “El lobo de Wall Street” y “El club de la pelea”) que permitan un ambiente
más cómodo y cercano que facilite el debate y el intercambio de ideas. La evaluación
debería consistir en exposiciones semanales de 3 o 4 grupos que durante 15 o 20
minutos compartan sus impresiones sobre el texto que leyeron o el video que vieron
con el salón para luego después de 3 o 4 semanas rendir una prueba objetiva con
preguntas sobre los temas expuestos por los alumnos en la clase. Esta fue la
metodología usada para enseñar durante la época de la pandemia.
Se debe insistir en que algunos alumnos universitarios (e inclusive la mayoría de los
ciudadanos de este país) no tienen cultivado el hábito de la lectura, por ende, es
necesario que el docente posea algo de paciencia. Sin embargo, poco a poco los mismos
alumnos entienden que deben comprender lo que están viendo o leyendo porque lo
deben explicar a sus demás compañeros en clases ya que sobre esos contenidos se
plantean las preguntas de las pruebas. No obstante, existen casos especiales de alumnos
que sobresalen porque tienen la buena costumbre de leer y, además, desean tener
una alta nota. El profesor debería considerar estos casos para nombrarlos como
delegados del curso en la primera clase pues es importante mantener comunicación
entre docente y alumnos por medio de un portavoz que transmita las dudas y
necesidades del aula. También es necesario contar con los teléfonos y correos de los
estudiantes del salón para poder ubicarlos cuando estén faltando demasiado o cuando
no estén presentes en alguna evaluación importante.
Las sanciones deben ser drásticas pues los alumnos suelen darles más importancia a los
cursos de sus propias especialidades que a las humanidades. En ese sentido, es muy
probable que muchos estudiantes no expongan y coloquen excusas tales como que no
tienen tiempo, que tuvieron un familiar enfermo de covid o que no sabían que debían
hacer tal o cual actividad. Por este motivo, armar los grupos en la primera clase en
esencial. Estos grupos pueden ser diseñados de modo independiente por los mismos
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alumnos o el propio profesor los puede agrupar por orden de lista. Se debe indicar que
los alumnos pueden cubrir a sus compañeros si es que ellos no pueden exponer, pero
estos últimos deben colaborar de alguna forma con la elaboración de diapositivas y
demás materiales. La idea es que se ayuden mutuamente hasta donde les sea posible.
Pero, dejemos de lado el aspecto pedagógico y pasemos a explicar breve y sucintamente
este texto. Este libro está dividido en 15 capítulos agrupados en 4 unidades. Además,
se han incluido paradojas para reflexionar al final de cada unidad y se consideran 4
evaluaciones objetivas con sus respectivas respuestas. Sobre las paradojas es necesario
insistir en que constituyen modos de invitar a la libre reflexión y al pensamiento. En
ese sentido, las paradojas son problemas que podrían suscitar debates abiertos entre los
participantes. Incluso, no estaría mal en que se constituya en una línea de investigación
y que quienes las lean puedan encontrar la motivación suficiente como para escribir
algunas tesis tratando de analizarlas, estudiarlas y, tal vez, proponerles alguna solución.
Se debe advertir que en la cuarta parte además de paradojas se mencionan algunas
falacias.
En el capítulo 1 se exponen generalidades sobre la ética, las mismas que son
complementadas en el capítulo 2. En el capítulo 3 se plantea una perspectiva sobre la
filosofía política para después, en el capítulo 4, exponer una breve historia sobre esta
disciplina filosófica. Hasta este punto se evalúan los conocimientos logrados con una
primera prueba.
En la siguiente parte del libro se trata sobre la ética en la antigüedad griega. En el
capítulo 5 se explican las éticas de Sócrates y su discípulo Platón, en el capítulo 6, el
planteamiento de los sofistas, en especial, Protágoras. En el capítulo 7, se expone la
ética eudemonista de Aristóteles, es decir, su idea de felicidad, virtud y justo medio.
En este punto se propone resolver la segunda prueba objetiva para verificar los saberes
logrados.
A continuación, se revisan perspectivas éticas y filosófico-políticas modernas. Así, en
el capítulo 8, se presenta la ética formalista de Kant enfatizando en sus imperativos
categóricos y se la relaciona con la escuela de Frankfurt. Luego, en el capítulo 9 se
revisa la ética utilitarista de Bentham y Mill, distinguiéndolos e incidiendo en la postura
de Mill. Enseguida, en el capítulo 10 se explican los puntos fundamentales de la filosofía
política liberal de Locke. Sobre esta base se propone la resolución de la tercera
evaluación para afinar los conceptos asimilados.
Finalmente, en la cuarta y última parte del presente texto se explican filosofías políticas
contemporáneas fundamentales para comprender nuestro tiempo. De este modo, en
el capítulo 11 se explica el comunitarismo de Charles Taylor así como su interés actual
por la religión, en el capítulo 12 se presenta el liberalismo utilitarista de Mill
relacionándolo con su posición ética, en el capítulo 13 se expone la teoría de la justicia
de Rawls con ejemplos básicos y didácticos, en el capítulo 14 se explica la democracia
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deliberativa de Habermas, su enfoque de la racionalidad comunicativa y su idea de
constelación posnacional, y, finalmente, en el capítulo 15 se explica la teoría de las
virtudes de MacIntyre. Después, se presenta la última prueba objetiva sobre estos
puntos.
Rafael Félix Mora Ramirez
21 de agosto del 2023
Lima, Perú
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PRIMERA UNIDAD
Capítulo 1. Ética I. Generalidades.
Preliminares.
Empezaremos este capítulo compartiendo La fábula de las abejas, o cómo los vicios
privados hacen la prosperidad pública” de Bernard de Mandeville.
Había una colmena que se parecía a una sociedad humana bien ordenada. No
faltaban en ella ni los bribones, ni los malos médicos, ni los malos sacerdotes, ni
los malos soldados, ni los malos ministros. Por descontado tenía una mala reina.
Todos los días se cometían fraudes en esta colmena; y la justicia, llamada a
reprimir la corrupción, era ella misma corruptible. En suma, cada profesión y
cada estamento, estaban llenos de vicios. Pero la nación no era por ello menos
próspera y fuerte. En efecto, los vicios de los particulares contribuían a la
felicidad pública; y, de rechazo, la felicidad pública causaba el bienestar de los
particulares. Pero se produjo un cambio en el espíritu de las abejas, que tuvieron
la singular idea de no querer ya nada más que honradez y virtud. El amor
exclusivo al bien se apoderó de los corazones, de donde se siguió muy pronto la
ruina de toda la colmena. Como se eliminaron los excesos, desaparecieron las
enfermedades y no se necesitaron más médicos. Como se acabaron las disputas,
no hubo más procesos y, de esta forma, no se necesitaron ya abogados ni jueces.
Las abejas, que se volvieron económicas y moderadas, no gastaron ya nada: no
más lujos, no más arte, no más comercio. La desolación, en definitiva, fue
general. La conclusión parece inequívoca: Dejad, pues, de quejaros: sólo los
tontos se esfuerzan por hacer de un gran panal un panal honrado. Fraude, lujo y
orgullo deben vivir, si queremos gozar de sus dulces beneficios. (1982, párr. 1)
De acuerdo a esta narración, la sociedad necesita desorden y corrupción para crecer,
pues si todo funcionara bien esto generaría poca circulación económica y aquello
arruinaría todo. La idea principal en esta oportunidad será la de convencer a los lectores
de que no se dejen llevar por lo que nos propone esta fábula.
¿Qué es la ética?
La ética es la experiencia de la mesura en la convivencia humana y la conciencia de los
límites que nunca debieran sobrepasarse para poder hacer llevadera la vida compartida
y para que esta tenga sentido. Por ejemplo, en el conflicto armado interno (1980-2000)
se traspasaron los límites de la convivencia tanto por parte del Estado como por parte
de un grupo subversivo (Sendero Luminoso). Uno de los objetivos de la ética sería el
de prevenir que nunca más vuelvan a ocurrir estas atrocidades que convierten nuestra
convivencia en un caos.
La ética alude a todo el conjunto de las acciones humanas. Esta cubre todo lo que
hacemos en nuestro día a día. La ética usa criterios para establecer una jerarquía de
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valor entre nuestras acciones porque hay acciones más urgentes y valiosas que otras.
Mediante estos criterios decidimos cómo actuar considerando los valores que respaldan
y fundamentan nuestras prácticas. Principalmente, la cuestión central de la ética es el
rechazo del daño hacia el otro humano e idealmente hacia cualquier viviente.
Usos de la ética
Gracias a la ética podemos evaluar la justicia de las leyes, la conducta tanto de
ciudadanos como de políticos y entender el uso del lenguaje moral. Así, la ética se
refleja en nuestros intercambios comunicativos en los cuales hay valoraciones de por
medio. Veamos algunos ejemplos de juicios morales:
a) Debes obedecer a tus mayores.
b) Los políticos son corruptos.
c) ¿No tienes conciencia? ¿no?
d) Eres un confianzudo.
e) Respeta la fila, pues.
f) No me mientas.
g) ¡Bota eso en la basura!
h) Ayúdame a repartir esta comida, por favor.
i) No excluyas a la gente por ningún motivo.
Estas expresiones califican o descalifican una acción o actitud determinada. La ética
analiza estas frases para poder construir un discurso que pueda establecer una posición
con respecto a la mejor manera de vivir.
Evolución de la conciencia moral
Nuestra conciencia moral ha evolucionado. Esta no es meramente teórica, sino que
involucra nuestras emociones (como la indignación o la impotencia, por ejemplo) o
cuestiones valorativas (como la desaprobación de un acto de corrupción). La conciencia
moral cambia no solo de época a época sino también en una misma época de territorio
a territorio. Por ejemplo, la conciencia moral medieval no es igual a la actual y ahora
mismo en pleno capitalismo existen sociedades occidentales cuya conciencia moral es
claramente distinta a la de las sociedades orientales. Por ende, la conciencia moral no
es neutral, pues dependiendo de la cultura tiene matices y características distintivas.
¿Qué diferencia una fatalidad de una injusticia?
Si un hecho es una fatalidad, nadie es responsable pues dicho hecho solo depende de la
naturaleza como los terremotos, los huaycos o las inundaciones, por ejemplo. En
cambio, si un hecho es una injusticia, alguien es responsable. Por ejemplo, una injusta
persecución política depende de la voluntad de un tirano intolerante o el simple robo
de un celular que ejecuta un ladrón y que termina perjudicando al estudiante que lo usa
para atender sus clases virtuales.
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Hay situaciones que han cambiado con el tiempo. Por ejemplo, la esclavitud fue
considerada una fatalidad, pero hoy es un crimen contra la humanidad. Apues, lo que
antes nos parecía muy normal hoy puede ser visto como algo muy cruel. Pensemos en
el sexismo, el racismo o la discriminación en general que con tanta naturalidad se daban
en las antiguas sociedades. Incluso las leyes pueden avalar esas perspectivas de tal modo
que el apartheid, el holocausto, la esclavitud, el fascismo, el colonialismo y las
dictaduras eran considerados legales. Esto justificaría las investigaciones realizadas por
Foucault (2001) quien estaría de acuerdo en que la legalidad no es cuestión de justicia
sino de poder, es decir, es un asunto de a quien se privilegia y a quien se domina.
Recordemos que para este filósofo francés el poder es un conjunto de relaciones
sociales que busca orientar y disciplinar las conductas mediante la vigilancia, el castigo
y la normalización de lo considerado moral, aceptable y correcto para una cierta
sociedad. De este modo, el sistema de leyes de un determinado pueblo solo sería el
reflejo de las relaciones de poder que ahí se dan.
A lo largo de la historia se ha ido desplazando las fronteras entre la injusticia y la
fatalidad. Y bajo este punto de vista la historia es un relato que narra cómo el hombre
va descubriendo nuevas formas de crueldad que ha aplicado de manera consecutiva.
Así, un modo actual de violencia se manifiesta en el accionar de los bancos y de los
grupos empresariales en lo que respecta a la oferta de sus bienes y servicios. Por
ejemplo, podemos afirmar que hoy en día es un acto de violencia que una familia no
pueda acceder a servicios de salud porque no tienen los suficientes medios económicos
para pagar la atención y también sería un acto de violencia que los dueños de los bancos
cobren altísimas tasas de interés por los préstamos, y que esos mismos dueños que
también administran las AFP no le otorguen las mismas altas tasas de ganancia al dinero
que guardan los afiliados en sus cuentas.
Experiencia humana de la ética
La ética puede entenderse a nivel teórico y a nivel práctico. Teóricamente, la ética es
la manera en la cual una persona o una sociedad construyen su sistema de creencias
valorativas. De este modo, se enfoca a la ética como si se tratara de un conjunto de
convicciones (o creencias) que tienen las personas. Desde este punto de vista, la ética
se relaciona con las opiniones que se tienen sobre la conducta humana.
En la práctica, la ética es la manera en que una persona o una sociedad se comportan
efectivamente en la vida. Desde este enfoque, la ética de una persona se puede observar
a través de los actos que realiza en su vida. Por ende, la ética se relacionaría con la
conducta que uno lleva a cabo efectivamente en su día a día.
Lamentablemente, esta dicotomía implica que puede hablarse de una manera y vivirse
de otra. Esto es lo que comúnmente llamamos doble moral, cinismo o simplemente
hipocresía. Así pues, las personas suelen criticar con vehemencia una conducta social
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incorrecta y, sin embargo, en casa suelen ser más flexibles sobre todo si se trata de algo
que hacen ellos o sus familiares más cercanos. Por ejemplo, hay personas que sostienen
que es correcto hacer donaciones y llevar una vida austera, pero ellos no hacen
donaciones ni son austeros. Asimismo, hay quienes cuestionan el robo, pero no cuando
este robo lo hacen sus hijos o cuando le están robando a su vecino. Estos casos
evidencian doble moral.
En este punto debe insistirse en que la ética no es solo teórica, es decir, no puede
enseñarse como se enseñan las ciencias, esto es, memorizando y acumulando saberes.
Más bien, la ética se enseña a través del ejemplo, o sea, por medio de la demostración
práctica de una buena conducta. Con razón decía Aristóteles que no se aprende ética
para saber qué es lo bueno sino para ser buenos. Por ende, en cuestiones de ética, teoría
y práctica deben ir de la mano. La ética sirve para distinguir entre lo que se debe y no
se debe hacer y entre lo que se puede y no se puede hacer. Por ejemplo, a pesar de que
uno pueda insultar en redes sociales a un agresivo y frecuente troll, una postura ética
aconseja que eso no se debe hacer porque agredir verbalmente al otro no es lo que hace
una persona correcta.
Todas las personas tienen una forma de conducirse éticamente ya sea explícita o
implícitamente. A veces, dependiendo de la educación recibida en los colegios y
potenciada en el hogar, nosotros contamos con unos mínimos morales que nos impiden
actuar de una forma que podríamos considerar como inapropiada. Solemos frenarnos
cuando nos damos cuenta de que estamos por hacer daño.
Sin embargo, no todo depende de la educación pues es posible que personas sin
instrucción sean consideradas buenas por sus comunidades, y que personas con estudios
superiores puedan demostrar una conducta definitivamente reprobable por la sociedad.
Existen pues personas que cuentan con muchos títulos y grados y que, sin embargo,
son despreciables por sus acciones. Por ejemplo, un periodista con estudios y una larga
carrera puede aprovechar su espacio televisivo para desinformar al público sobre la
importancia de vacunarse contra el coronavirus o para burlarse de los defectos físicos
de cualquiera que no sea de su agrado. Este último caso corresponde a una actuación
profundamente miserable.
A partir de la conducta de la gente se puede extraer una idea de qué concepción ética
manejan. Todas las personas se guían por pautas de conducta o máximas. Así, todos
somos competentes en ética porque podemos tener la capacidad de entender cuándo
algo está mal o cuando algo está bien.
Históricamente, la ética apareció como una reflexión o concepción sobre cuál es la más
adecuada manera de vivir. Así, con Aristóteles lo que se buscaba era el modo de ser
feliz en esta vida, y con Kant la idea era determinar cuál es el deber que hay que cumplir
para ser moralmente correctos. Y entre estos mismos pensadores existen conflictos
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pues no necesariamente lo que nos hace felices coincide con aquello que uno debería
cumplir. Por ejemplo, muchos alumnos serían felices si estuvieran vacacionando en una
playa veraniega en Hawái, sin embargo, el deber de esos alumnos es aprender para
aprobar el ciclo y así conseguir un título universitario.
Análisis de la ética
A nivel teórico, la ética puede ser enfocada como una herramienta filosófica, es decir,
como una perspectiva analítica que se adopta para examinar la naturaleza del fenómeno
moral. Desde este punto de vista, se estudia el fenómeno moral sin que necesariamente
esto implique que busquemos determinar lo que es una buena vida. Así, la ética puede
caracterizarse, según Giusti y Tubino (2007), en base a estos tres aspectos:
Aspectos
Explicación
Objetivo
La ética se ocupa de explicar la bondad o la maldad de las
acciones morales, esto es, busca fundamentar en qué
sentido las acciones buenas o malas son de ese modo.
Método
La ética se vale de una metodología estrictamente
valorativa o prescriptiva. En ética es importante la
capacidad de tener sensibilidad moral ante algunas
acciones, pues definitivamente hay actos desaprobatorios
que nos indignan y otros aceptables que nos enorgullecen.
Ámbito de
realidad
La ética alude a lo que debería ser, esto es, el mejor modo
de vivir. La ética analiza normas morales. Estas normas
constituyen un reflejo de lo que consideramos como la
mejor manera de vivir en sociedad y en armonía.
Otra definición de la ética
La ética también puede ser vista como una concepción valorativa de la vida. Puede ser
considerada una cosmovisión que pretende sugerir cual debe ser el orden de
prioridades en la organización de la convivencia humana, es decir, se propone
establecer cuál es el mejor modo de vivir a partir de una tabla de valores que sirva como
guía a la sociedad.
La ética, teóricamente, se refiere al modo en que una persona o una sociedad ordenan
su sistema de creencias morales en la vida práctica. Por ejemplo, ¿qué es mejor de
acuerdo a la sociedad consumista actual?
a) ¿Ganar una contienda o participar de ella? Ganar
b) ¿Progresar o saber para q sirve el progreso? Progresar
c) ¿Hacer o pensar? Hacer, es decir, actuar inmediatamente
d) ¿Aparentar o ser? Aparentar para, por ejemplo, lograr ser famoso.
e) ¿Lo urgente o lo importante? Lo urgente porque vivimos apurados.
f) ¿La cantidad o la calidad? La cantidad, por ejemplo, el tener muchas joyas.
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El análisis de estas preguntas y sus correspondientes respuestas puede ser una muestra
de nuestra ética particular contemporánea. De hecho, nuestra sociedad consumista
actual considera más importante lo económico, lo técnico, lo hedonístico y lo estético,
esto es, el dinero, la tecnología, el placer y la belleza. Frente a esto, la tarea de la ética
sería construir una tabla de valores que sirva para lograr la unidad de las personas que
en la actualidad son egoístas pues no confían entre ni ven otra cosa en el otro que
mero interés y conveniencia.
Actualidad de la ética
Las concepciones éticas son visiones globales de la vida que abarcan el conjunto de las
acciones de las personas en las sociedades. Pero, hay quienes no comparten los criterios
fundamentales de la concepción ética que nosotros usamos y defendemos. Pensemos
en las diferencias culturales, por ejemplo, entre las sociedades árabe y peruana. En la
primera, la poligamia es algo común, pero en la segunda, no lo es. Algo parecido ocurre
si comparamos la India con Perú. En el primer caso, las vacas no se ven como alimentos
mientras que, en Perú, sí.
¿Cómo podemos explicar estas diferencias culturales? Según Sartre (2008), el ser
humano es un narrador de historias. A nivel cultural, la especie del homo sapiens ha
logrado sobrevivir entre todas las demás especies curiosamente porque sus miembros
tienen un talento especial para construir y contar historias y para creer firmemente en
ellas hasta el punto de comprometer toda su vida. Desde este punto de vista, libros
sagrados como la Biblia no son otra cosa que compendios de historias que intentan guiar
a la humanidad por una senda de corrección moral. Estas historias constituyen su fuente
de información y también les ayuda en sus conflictos morales. A continuación,
explicaremos 3 filosofías que también han sido entendidas como religiones: el budismo,
el confucianismo y el taoísmo.
El budismo fue elaborado por Siddharta Gautama (560-480 a.C.) también conocido
como Buda. Esta postura no reconoce ningún Dios eterno. Para el budismo no hay
ningún ser permanente, sino que todo se concibe dentro del tránsito del nacer y el
perecer. Por eso, niega también el concepto de alma o “sí mismo”. En este sentido, el
budismo es un tipo de no teísmo.
Buda defiende la doctrina de la reencarnación y de la retribución kármica de los actos.
Como no hay un alma substancial permanente, la nueva esencia viviente que surge a
partir de los actos de un ser anterior no se identifica con este último en ningún sentido.
Lo que permanece después de la muerte es únicamente la cadena causal de los actos y
eso es lo que conduce a una nueva vida en el proceso de reencarnación.
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Este movimiento circular de muertes y nacimientos solo se puede interrumpir si se
destruyen la ignorancia y los males que esta produce. El saber salvador consta de
“cuatro nobles verdades sagradas”:
1. Toda existencia está llena de sufrimiento.
2. La causa del sufrimiento es el deseo.
3. La liberación del sufrimiento está en apagar ese deseo.
4. El óctuple sendero nos conduce hacia la liberación del deseo.
Las ocho sendas son recomendaciones morales para llevar una vida tranquila: idea recta,
aspiración recta, palabra recta, conducta recta, medios de vida rectos, esfuerzo recto,
pensamiento recto y contemplación recta. Quien haya recorrido las verdades sagradas
y haya caminado por esas ocho sendas, alcanza la salvación. La meta es entrar en el
nirvana. Con este concepto se hace referencia al cese del sufrimiento y de las
reencarnaciones (Reyna, 1977).
El confucianismo se le debe a Confucio (Kog Tse o Kong Zi; 551-479 a. C.). Confucio
no dejó nada escrito al igual que Sócrates. Sus ideas se expresan en el libro Lun (Las
analectas) que nace de un conjunto de recopilaciones que sus discípulos adjudican a su
maestro. Su pensamiento está enfocado en la vida cotidiana del hombre y en los asuntos
prácticos. El contenido de su doctrina es sobre todo una filosofía conservadora a nivel
ético y político. Las virtudes básicas son humanidad o benevolencia, justicia o rectitud,
urbanidad o conducta ritual adecuada (decencia), lealtad o confiabilidad y sabiduría.
Dichas virtudes se realizan en las siguientes relaciones fundamentales: entre gobernante
y ciudadano, entre padres e hijos, entre hermanos, entre marido y mujer y entre amigos
(Mosterín, 2016).
La estabilidad del Estado se debe fundamentar en la moralidad del individuo y en el
papel central de la familia. El verdadero soberano gobierna a su pueblo únicamente
mediante el ejemplo:
Si uno quiere gobernar su país, debe mantener primero el orden en su familia.
Si uno quiere mantener el orden en su familia, debe formar primero su carácter.
Si uno quiere formar su carácter, debe tener primero un honesto corazón. Si
uno quiere tener un honesto corazón, debe pensar primero verazmente. Si uno
quiere pensar verazmente, debe alcanzar primero el conocimiento. (Kunzmann,
Burkard y Wiedmann, 2003, p. 23)
La finalidad de la doctrina confuciana es clarificar y ordenar los conceptos para
conseguir un pensamiento más íntegro. La idea es conseguir que los ciudadanos sean
nobles y bien instruidos, es decir, sabios. Por eso, para Confucio la educación del
espíritu y el corazón es fundamental.
El taoísmo está basado en el Tao Te King (Dao De Jing, aprox. S. V/III a. C.) libro que
se atribuye a Lao Tse (o Lao Zi). Este texto contiene la “doctrina del camino correcto
y de la virtud”. El libro considera la relación del Tao, el cual es concebido como un
principio supremo e impersonal de orden y de unidad del universo, con la vida humana
18
y sobre todo con los que cumplen cargos de autoridades políticas. El Tao es inasible
con el lenguaje. Es algo innombrable, puesto que todos los nombres denominan alguna
cosa determinada. En este sentido se parece mucho al “ápeiron” de Anaximandro pues
el ápeiron es lo indeterminado e inefable y, sin embargo, es aquello que fundamenta
todo lo determinado. El Tao es el principio que gobierna a todo y constituye el “camino
de la naturaleza y de la vida (individual)”.
El camino correcto del ciudadano y del político sabio consiste solamente en dejarse
llevar por el Tao, alejándose de toda actividad egoísta que ponga en primer lugar su
propia individualidad. El sabio actúa por medio del no-hacer, lo cual no significa que
no haga nada, sino que se abstenga de toda intervención innecesaria en la realidad. El
hombre no debe hacer planes porque el Tao en cualquier momento puede ir contra
esos planes. Solo hay que dejarse guiar por la misma naturaleza que no planea nada,
sino que simplemente es. El Estado y el orden jerárquico no son rechazados, pero
deben limitarse. Por ejemplo, la existencia de muchas leyes no es señal de orden sino
de desorden, en ese sentido, más que leyes lo que se debe alentar es que la gente sea
más educada y actúe más en sintonía con todo el cosmos. El soberano no debe gobernar
tanto sino más bien convivir con los demás procurando ser una pieza más dentro del
todo cósmico de la naturaleza.
Las numerosas reglas morales son indicios de que se ha perdido la verdadera y auténtica
virtud. De este modo, quien vive virtuosamente no necesita reflexionar sobre ellas ni
le hacen falta reglas que deba obedecer. Así, el sabio debe vivir con simplicidad y solo
actúa por medio de su aparente debilidad. Por ello, a menudo se le relaciona con el
agua que es de utilidad para todos los seres vivos y aunque es blanda, sin embargo, nada
duro la puede perjudicar, dañar o echar a perder. (Bauer, 2009)
Hemos expuesto estas tres filosofías, pero existen muchas otras más que albergan un
gran conjunto de reflexiones morales. El principal desafío de la ética es tratar de
entablar un diálogo fructífero entre esas concepciones vigentes, un gran diálogo multi,
inter y transcultural que evite los enfrentamientos violentos entre las culturas o que
proponga formas de coexistencia más humanitarias. Finalmente, lo que queremos es
vivir en paz, en justicia y en libertad.
Interpretando la fábula
Volviendo a la fábula de las abejas debemos mencionar que se trata de una apología a la
sociedad capitalista. Esta sociedad se basa en el interés para lograr que cada quien
busque enriquecerse satisfaciendo una necesidad. La sociedad inicial es la actual pues
en la que vivimos ocurren esos males tan típicos como la corrupción, el robo y la
enfermedad. En ese contexto funciona el capitalismo. Ahora bien, ¿qué pasaría si todos
se volvieran honestos y además se cuidasen mutuamente entre sí? Esa idea se asocia a
posibles paraísos edénicos que algunos planteamientos políticos sostienen. En
19
concreto, el tan vapuleado comunismo resulta atroz desde un punto de vista capitalista
porque implica que la sociedad deje de funcionar como de hecho actualmente funciona.
Desde una perspectiva capitalista, una sociedad comunista representa el atraso, la
pobreza y la miseria tal y como se lo presenta en la parte final de la fábula de las abejas.
Pero no nos dejemos engañar. La conclusión tampoco es que el comunismo es bueno,
más bien la idea es que no podemos imaginar una sociedad alternativa a la actual sin
pensar que cualquiera que venga será peor que la que tenemos. En ese sentido, la fábula
es un intento de convencer de que esta sociedad capitalista es buena pero no necesita
grandes y trascendentales cambios sino tan solo ligeras reformas que impidan que la
codicia y el descontrol se apoderen de los ciudadanos. Esa es la lección y lo que nos
toca discutir.
Conclusiones
En este capítulo se afirmó que la ética es la asimilación de la mesura en nuestro día a
día y, en consecuencia, la aceptación de límites que debemos aceptar en nuestro
accionar para tener una vida armoniosa con los demás. Además, la ética se manifiesta
en el lenguaje, específicamente, cuando hay valoraciones. Asimismo, la ética ha
evolucionado a lo largo de la historia. Así, lo que antes era considerado una fatalidad
como la esclavitud, hoy es considerado una injusticia. Adicionalmente, la ética, a nivel
teórico, analiza un conjunto de creencias de las personas. A nivel práctico, la ética
estudia la manera de comportarse de un individuo o una sociedad. Finalmente, se
considera que la ética como herramienta de análisis tiene un objetivo (explica la bondad
o la maldad de las acciones humanas), un método (se vale de una metodología
valorativa) y un ámbito de realidad (estudia el tema del deber ser).
20
Capítulo 2.
Ética II. Moral y moralidad.
Concepto de ética
“Ética” proviene del griego ethos y del latín mos que significan costumbre.
Etimológicamente, la ética es la disciplina que estudia las costumbres. Pero en su
acepción moderna, es la disciplina filosófica que estudia la conducta moral del hombre.
Hablar de la conducta moral del hombre es hablar del deber, es decir, de un
comportamiento sujeto a normas obligatorias.
Existe diferencia entre los términos “ética” y “moral”: mientras que “moral” alude a los
fenómenos mismos; “ética”, refiere a aquella parte de la filosofía que estudia
teóricamente las acciones morales. Asimismo, tanto la ética como la psicología estudian
la conducta del hombre; mientras la psicología estudia los hechos de la conducta y trata
de explicarlos en base al método científico, la ética se interesa por la fundamentación
o justificación de las acciones humanas.
Por ende, debemos distinguir entre ética y moral. La ética es la disciplina filosófica
mientras que la moral es el objeto de estudio de la ética. En consecuencia, la ética
estudia el fundamento de las normas morales o deberes. El fundamento de la obligación
moral y su conexión con el valor y la libertad son también parte de su interés teórico.
Cuestiones y argumentos morales
Nadie puede negar cuán importante es para todos nosotros la consideración de la
conducta desde el punto de vista moral. De este modo, nos urge saber usar
correctamente los calificativos morales, por ejemplo, “Este Nobel de Literatura se ha
comportado honestamente”, “Matar es malo”, “Su dentista es bueno”. Asimismo,
queremos saber cómo responder acertadamente preguntas morales tales como “¿Qué
debo hacer en esta situación?” “¿Es justo lo que Ud. está haciendo?”, “¿Quién es el
responsable de esto?”, entre otros. Todas estas expresiones tienen en común el ser
expresiones morales; expresiones que consideran nuestra conducta desde el punto de
vista de la moral. Nuestro cuidado constante es saber si estamos obrando
correctamente, saber cuál es nuestro deber y si lo estamos cumpliendo en las diversas
situaciones de nuestra vida; si nuestra conducta o la de los demás es adecuada o
inadecuada, si somos responsables por tal o cual hecho. Queremos ser cuidadosos en
lo que respecta a las cuestiones morales. (Salazar Bondy, 1968)
A las cuestiones morales les corresponde los argumentos morales que son los
esgrimidos para apoyar tal o cual postura dentro de un conflicto moral. Dice Julio Sanz:
La argumentación moral es indispensable en la solución de todos los problemas
morales. (…) La solución requiere del razonamiento, de la argumentación,
21
como lo señaló y lo hizo con resultado trágicos Sócrates, el padre de la filosofía
moral. La argumentación se hace relevante cuando se plantea algún tipo de
cuestionamiento sobre un asunto moral. Los asuntos morales claros no generan
ninguna necesidad de recurrir a argumentos. Por ejemplo, una decisión moral
segura no plantea ningún problema. Pero la indecisión los plantea. En este
caso no hay claridad en el asunto moral que se tiene entre manos. Pasar de la
indecisión a la decisión requiere de fundamentación, de razones que apoyen la
decisión. La mayoría de las acciones de la gente puede ser calificada de buena,
mala o indiferente, moralmente hablando. La calificación o evaluación moral es
una tarea cotidiana y no genera ningún problema especial. (Sanz, 1972, pp. 39-
40)
A continuación, veremos ejemplos de este tipo de argumentos. Sabemos que existen
situaciones en las cuales queriendo ser buenos terminamos siendo malos. Y por más
que nos esforcemos siempre terminamos haciendo daño o siendo injustos. Revisemos
los siguientes casos:
1) Imagina que estas ayudando a una viejita a cruzar la calle. Entonces, antes de llegar
a la otra parte de la avenida justo antes de que llegue un carro y los arrolle a las dos
miras hacia un costado y ves que un niño está jugando con su perro en la misma pista
en la que viene una combi asesina para atropellarlos. ¿A quién prefieres salvar a la
ancianita o al niño con su perrito? El caso es que hagas lo que hagas siempre terminas
haciendo algo malo. Si salvas a la abuela, el niño y su perro mueren y eso sería malo. Si
salvas al niño con su perro, la abuela muere y eso sería malo. Por lo tanto, hagamos lo
que hagamos siempre hacemos algo que es malo.
2) Imagina que un señor tiene a su mujer enferma en el hospital y que para no morir
necesita rápida y urgentemente de una medicina que se vende en una farmacia, pero
vale muchísimo dinero ¿Debe o no debe robar un esposo la costosa medicina que su
mujer necesita urgentemente para seguir viviendo, si es que no tiene dinero? Si lo roba,
eso sería algo malo, si no lo roba entonces, ella moriría y eso también sería malo.
3) María fue violada, pero en su país no es legal el aborto, ¿debe o no debe abortar
María? Si aborta, ello implicaría la muerte del feto y matar es malo; pero si no aborta,
ello significaría traer a alguien al mundo que no ha sido deseado por sus padres, y ello
también sería malo.
4) Si tuvieras amoríos con la novia (o) de tu mejor amigo (a) un día antes de la boda ¿Se
lo contarías todo? ¿Sí o no? Si se lo cuentas, entonces le romperías el corazón: puede
matarte o cancelar la boda y echar a perder la comida, el pastel, las invitaciones, y ello
sería malo. Si no se lo cuentas, no serías honesto, ni realmente un amigo, y ello sería
también malo.
22
5) Imaginemos que en una montaña quedan atrapados tú y tres amigos más, uno de los
cuales tiene un abrumador sobrepeso. Además, descubren un pequeño agujero por
donde podrían salir y, al mismo tiempo, la cueva en la que están atrapados comienza a
llenarse de agua. Asimismo, tu amigo el gordito que acaba de encontrar una pequeña
salida se queda atrapado en ese único agujero. ¿Qué harías si tuvieras un cartucho de
dinamita en tu mochila? ¿Volarías al gordo en mil pedazos para salvar a todos? ¿Qué
prefieres? ¿Morir con dignidad o vivir como asesino? Si lo matas, vivirías, pero serías
un asesino y eso sería malo; si no lo matas, morirías y ello, obviamente, también
sería malo.
6) Viajas a otro país, pero te roban todo y te quedas varado. De pronto, encuentras un
maletín con mucho dinero y justamente lo necesitas para volver a tu casa. ¿Qué haces?
¿Es legal apropiártelo? ¿Es justo? ¿Cómo te sentirías al hacerlo? ¿Orgulloso? ¿Se lo
contarías a alguien o te sentirías avergonzado de contarlo? Si lo devuelves a la policía,
no podrías regresar a tu casa y eso es malo. Si no lo devuelves eso sería lo mismo que
robar y estarías haciendo lo que te hicieron a ti tal vez como una forma de venganza y
eso es malo.
Cuestiones y argumentos éticos
Existen otras cuestiones que también conciernen a nuestra conducta, pero que no son
del mismo tipo que las anteriores. Ejemplos: ¿“Qué queremos decir cuando hablamos
de moral?”, ¿Cuáles son las bases de la conducta moral?”, “¿Pueden derivarse todas las
reglas morales de un principio supremo?”, “¿Cuál es el fundamento por el cual los
hombres deben hacer algo?”. Estas interrogantes se refieren también a la conducta
moral, pero lo hacen en otro nivel. En efecto, ya no nos estamos preguntando “¿Qué
debemos hacer en tal o cual situación?”, “¿Cuál debe ser nuestra obligación en un caso
concreto?”, “¿Es buena o mala la conducta de esta persona?”, más bien nos interrogamos
racionalmente por el sentido y fundamento de la vida moral en general; es decir, son
cuestiones éticas, cuestiones filosóficas sobre la moral.
Frente a este tipo de cuestiones, Julio Sanz propone los argumentos éticos:
Los argumentos éticos son argumentos sobre los problemas teóricos acerca de
la moral. Como en todo argumento, en los argumentos éticos se pretende
establecer la verdad o validez o plausibilidad o la falsedad, invalidez o
implausibilidad de las tesis que se plantean para resolver los mencionados
problemas. Los problemas éticos son distintos a las cuestiones o problemas
morales, pues en ellos no se trata de si una acción es buena o mala moralmente
hablando o si una acción debe ser realizada o no, sino sobre el significado de tal
o cual término típico del lenguaje moral, las propiedades generales de las
normas morales, los principios que pueden usarse para hacer desaparecer los
conflictos de deberes y las contradicciones entre las normas, la manera o modo
23
general de determinar si una acción es correcta o no, o si debe ser realizada o
no, etc. (Sanz, 1972, p. 63)
Los argumentos éticos se plantean frente a cuestiones acerca de la fundamentación
teórica de la moral. Por ejemplo: ¿qué es el bien?, ¿cuándo un acto puede ser bueno?,
si hagamos lo que hagamos siempre terminaremos haciendo algo malo, ¿cómo es
posible ser bueno?
Un caso específico de argumento ético se relaciona con la recordada Guillotina de
Hume, según la cual no se puede pasar de enunciados de hecho a enunciados de deber,
es decir, en términos filosóficos más precisos, no se puede pasar del ser al deber ser.
Siguiendo a Sanz podemos afirmar que la Guillotina de Hume (denominada así por Max
Black) es la prohibición de deducir conclusiones morales de premisas puramente
fácticas. Para Hume los juicios morales no pueden ser analizados simplemente en
términos de cualquier clase de proposición acerca de alguna realidad objetiva
enteramente independiente de los sentimientos humanos y de los deseos humanos
(Sanz, 1972). Leamos un pasaje de la obra El mundo de Sofía de Jostein Gaarder, en el
que dialogan Alberto y Sofía:
- Entonces intenta explicar por qué no se debe matar a una persona molesta
- También el otro ama la vida. Por eso no puedes matarle.
- ¿Es esa una prueba lógica?
- No lo sé.
- Partiendo de la frase descriptiva, “también el otro ama la vida”, has llegado a
lo que llamamos una frase normativa, “por eso no debes matarlo”. En un sentido
racional esto es un disparate. Podrías igualmente decir “hay mucha gente que
comete fraude fiscal”, por eso yo también debo cometer fraude fiscal”. Hume
señaló que nunca se debe partir de frases de “es” para llegar a frases de “debe”.
Y sin embargo esto es muy corriente, sobre todo en artículos periodísticos,
programas de partidos políticos y discursos parlamentarios. ¿Quieres que te
ponga un ejemplo?
- Me encantaría
- “Cada vez hay más gente que desea viajar en avión. Por eso, deben construirse
más aeropuertos”. ¿Te parece sostenible esta conclusión?
- No, es una tontería. También debemos pensar en el medio ambiente. Yo
pienso que deberíamos construir más tramos de ferrocarril.
- O se dice: “La explotación de nuevos campos petrolíferos aumentará el nivel
de vida del país en un 10%. Por eso debemos desarrollar cuanto antes nuevos
campos petrolíferos”.
- Tonterías. También en este tema tenemos que pensar en el medio ambiente.
Además, el nivel de vida noruego es lo suficientemente alto.
- A veces se dice que “esta ley ha sido aprobada por el Parlamento, por eso todos
los ciudadanos deben cumplirla”. Pero muchas veces seguir tales “leyes
aprobadas” va en contra de las convicciones más íntimas de una persona.
24
- Entiendo.
- Hemos señalado que no podemos probar con la razón cómo debemos actuar.
Actuar responsablemente no equivale a agudizar la razón, sino a agudizar los
sentimientos que uno tiene hacia los demás. “No va en contra de la razón el
preferir la destrucción del mundo entero a tener un rasguño en el dedo”, dijo
Hume. (Gaarder, 1994, pp. 261-262)
La Guillotina de Hume separa el mundo del ser del mundo del deber ser. Exploremos
el asunto en términos lógicos. Analicemos este argumento:
1. Todo peruano debe obligatoriamente votar 1. (x) (Px O Vx)
2. Juan es peruano 2. Pj
Por ende, es obligatorio que Juan vote O Vj
En este caso, se ha pasado del ser (Juan es peruano) al deber ser (Juan debe votar).
Pero, la cuestión es ahora fundamentar la premisa deóntica 1. Este podría ser un modo.
3. Todo demócrata debe obligatoriamente votar 1. (x) (Dx O Vx)
4. Todo peruano es demócrata 2. (x) (Px Dx)
Por ende, todo peruano debe obligatoriamente votar (x) (Px O Vx)
Sin embargo, lo que ahora corresponde es fundamentar 3 y se genera un regreso al
infinito. Esto sugiere que las normas no pueden ser fundamentadas en los hechos.
Leamos un pasaje de A Treatise of Human Nature de Hume:
Tomemos cualquier acción considerada como viciosa: el crimen intencional,
por ejemplo. Examinémoslo desde distintos puntos de vista y veamos si
podemos encontrar aquel hecho o existencia real que llamamos vicio. De
cualquier manera que lo consideremos, encontraremos solo pasiones, motivos,
voliciones y pensamientos. No hay ningún otro asunto de hecho en el caso. El
vicio se nos escapa enteramente por tanto tiempo como consideremos el objeto.
Nunca podemos encontrarlo, hasta que volvamos la reflexión sobre nuestro
propio interior, y encontraremos un sentimiento de desaprobación, que surge
en nosotros hacia la acción. Aquí tenemos un asunto de hecho, pero es el objeto
del sentimiento, no de la razón. (Hume, 1955, pp. 468-469)
No existe una manera lógicamente válida de sustentar las normas morales. Las
proposiciones acerca de lo que el hombre debe hacer son radicalmente diferentes de
las proposiciones puramente fácticas y ellas no pueden jamás ser implicadas por ninguna
proposición puramente fáctica. Pero si bien las normas morales no tienen prueba lógica
alguna si pueden estar respaldadas en los sentimientos. Es decir, para Hume, las
acciones de los hombres pueden producirnos sentimientos agradables o desagradables
cuando nos ponemos en la situación de imitarlas. El fundamento de lo que llamamos
bueno o malo, virtud o vicio es el sentimiento y no otra cosa. Asimismo, las acciones
se valoran como buenas cuando son útiles o agradables para el individuo mismo o para
25
otros. Las sensaciones subjetivas que las acompañan se basan en los dos principios del
amor propio y la simpatía.
Es decir, Hume creía que la virtud y el vicio moral de este mundo no eran algo externo
a nosotros, sino más bien sentimientos que surgían de nuestro interior y de ahí se
propagaban al mundo. La moralidad o inmoralidad de un acto, según Hume, no es más
que un sentimiento que tenemos cuando vemos o pensamos sobre dicho acto. Si el
sentimiento que nos provoca es positivo, el acto es moralmente bueno; en cambio, si
tenemos un sentimiento negativo, el acto es moralmente malo. Ahora bien, aunque el
bien o el mal moral están relacionados con los sentimientos, Hume no creía que las
personas pudieran tener sentimientos de manera desordenada. Es parte del ser
humano, de la naturaleza humana que toda persona normal e imparcial sienta dolor al
presenciar actos de tortura, asesinato, maldad y demás. Según Hume, el campo de la
razón consistía en el descubrimiento de verdades sobre el mundo externo y la moral
era un asunto de sentimientos internos. Por ello, Hume sostenía que la razón estaba
esencialmente separada de la moral de allí su famosa frase que afirmaba que no sería
una locura preferir que el mundo se destruya antes que hacernos daño en uno de
nuestros dedos.
Pero el individuo no solo persigue sus propios intereses, sino que como ser social es
capaz de participar en los sentimientos e intereses de otros, puesto que forma parte del
conjunto de una comunidad. Así se hace posible la intersubjetividad de los valores
morales que también sirven de fundamento a las normas jurídicas. Además, desde un
punto de vista político y legal, la única manera lógicamente apropiada de justificar las
normas jurídicas es apelar al interés público de la ciudadanía. Asimismo, se debe
considerar que, de hecho, la ciudadanía se puede servir de esas normas. Por este
motivo, dichas normas están justificadas. Así, una norma jurídica surge cuando la
aprobación o reprobación personal de una acción puede elevarse hasta la exigencia de
su validez universal.
Moral
La moral es el conjunto de valores y normas morales que rigen la conducta de una
colectividad determinada. Se podría decir que es el conjunto de creencias morales que
los seres humanos usan como fundamento de sus acciones. Los objetivos de la moral
son regular el comportamiento humano, permitir la cohesión entre todos, hacer más
sencilla la convivencia y posibilitar que todos alcancen la felicidad y que formen
debidamente su conciencia.
Las normas morales expresan el cumplimiento de un valor moral. Según Luis Piscoya,
son normas morales o deberes, mandatos de la forma “Debes ser justo”, “Debes
respetar la vida de tu prójimo”, etc. Este conjunto de valores y normas constituye la
moral. Las normas morales son las que persiguen algo más profundo y trascendente
26
que ser una simple costumbre. Hay pretensiones de universalidad en ellas y, por ende,
se encarnan o se fundamentan en un valor.
Sostenemos que los valores morales poseen la propiedad particular de implicar
mandatos. Así, podemos decir que, del valor de la justicia, se desprende el
mandato “Debemos ser justos”; del de la honestidad se deriva el mandado
“Debemos ser honestos”; del de la solidaridad, “Debemos ser solidarios”, y así
en todos los demás casos. (…) (Piscoya, 1999, p. 146)
Lo que nos está diciendo Piscoya es que las normas morales se fundamentan en valores
morales. Los valores son el soporte de las normas, por este motivo, nosotros debemos
respetar las normas pues estas representan valores que toda la humanidad considera
defendibles. Antes de conocer las normas morales exploremos el ámbito de las normas.
Tipos de normas
El mundo de las normas es considerablemente variado:
1) Están las normas de los juegos, las mismas que señalan, por ejemplo, mo deben
moverse las piezas del ajedrez o del Monopoly.
2) Las normas gramaticales que determina cómo hablar y escribir adecuadamente un
idioma dado.
3) Las normas (o reglas técnicas) que indican los medios necesarios para alcanzar ciertos
fines (por ejemplo: Para que el auto pueda arrancar se debe apretar el botón de
encendido”).
4) Las normas jurídicas, como la que expresa el artículo 114 del Código Penal peruano:
La mujer que causa su aborto, o consiente que otro le practique, será reprimida con
pena
privativa de libertad no mayor de dos años o con prestación de servicio comunitario de
cincuenta y dos a ciento cuatro jornadas”.
5) Las normas religiosas como las que establecen el deber de amar a Dios sobre todas
las cosas, el de no tomar el nombre de Dios en vano y el de santificar las fiestas en
nombre de Dios.
6) Las normas sociales como la que establece que cuando uno desea dar muestras de
cortesía debe decir buen día”, “por favor”, “gracias”, “hasta luego”, etc.
7) Las normas morales, por ejemplo, “no se debe robar”. (Atienza, 1985)
Uno de los problemas clásicos de la ética es el de la distinción entre las normas morales
y las normas de otros tipos, en especial, de las normas de los tres últimos tipos dejando
las normas jurídicas para más adelante.
Analicemos las normas religiosas. Las normas religiosas son las que cada religión
instaura como mandamientos o deberes absolutos que la divinidad ha bendecido y
determinado como condiciones para ser considerado bueno. Son aquellas normas
impuestas por el código moral que difunde cierta religión. Algunas son de carácter
27
místico. En grupo estas conforman lo que llamamos catecismo. Si no las cumplimos, nos
pueden hasta excomulgar. Ejemplos:
Está permitido:
1) Amar a todos por igual.
2) Ir a misa en domingos y feriados.
3) Confesar pecados.
4) Aceptar a Cristo.
5) Dar limosna o diezmo.
6) Leer la biblia.
7) Meditar (esto es parte del budismo).
8) Alabar a Dios.
9) Respetar a los antepasados.
10) Respetar la vida humana.
Está prohibido:
1) Fornicar antes del matrimonio (hay
que tener voto de castidad o de pureza).
2) Desear la mujer del otro.
3) Comer carne en Semana Santa.
4) Comer la hostia sin confesarse antes.
5) Arrojar la Biblia al suelo.
6) Alabar a otros dioses.
7) Tener hijos fuera del matrimonio
(poligamia).
8) Que viva un ciudadano defectuoso de
nacimiento (Grecia- Esparta).
Ahora hagamos lo propio con las normas sociales. Estas son las que surgen en cada
estrato social y que se difunden para expresar buenos modales como señal de buena
educación. Se adquieren por costumbre. Esto es lo que llamamos “Etiqueta social”. Si
no las cumplimos, nos ven de mala manera, pero no necesariamente nos castigan.
Ejemplos:
Está permitido:
1) Vestir bien en las reuniones.
2) Limpiarse con la servilleta.
3) Taparse la boca para bostezar.
4) Hacer caso a los padres.
5) Sonarse la nariz con delicadeza.
6) Respetar a los mayores de edad.
7) Saludar con un beso en la mejilla a la
mujer (en otros países, también al
varón).
8) Sacarse los zapatos antes de entrar en
una casa (esto se cumple en Asia).
9) Tener una sola esposa (aunque en
Arabia, se acostumbra a tener más de
tres).
Está prohibido:
1) Eructar en la mesa (pero en Arabia es
símbolo de cortesía eructar en la mesa).
2) Decir lisuras o malas palabras en
público.
3) Dar mal ejemplo a los menores.
4) Apestar a basura o porquería.
5) Escupir a la hora de hablar.
6) Avergonzar en público a padres o
parientes.
7) Comer con la boca abierta.
8) Hacer grafitis en las calles.
Finalmente, las normas jurídicas son órdenes o prohibiciones que tenemos cumplir
porque si no lo hacemos podemos hasta terminar en la cárcel. Son aquellas impuestas
por el Estado a través del derecho. Su desobediencia implica castigo. En conjunto
constituyen lo que llamamos derecho. Siguiendo a Piscoya:
Si bien los deberes morales son componentes importantes del ámbito
prescriptivo, hay que reconocer que no son los únicos porque existen otros,
28
muy relevantes en la práctica social, que son los deberes legales o jurídicos. La
diferencia más inmediata entre ambos es que los primeros se sustentan
exclusivamente en la tradición cultural (que incluye a la religión), mientras que
los segundos tienen como fundamento expreso el mandato imperativo de la ley
que emana del poder del Estado, el mismo que tiene el derecho de hacer cumplir
su voluntad coactivamente. (Piscoya, 1999, p. 143)
Las normas jurídicas determinan la conducta legal y son establecidas por el Estado. Su
desobediencia es interpretada como una falta grave a la ley. Los abogados y juristas son
los especialistas en esta materia. Estas han sido impuestas por una voluntad externa: el
Estado. La coacción o coerción es la motivación que tienen los sujetos para acatarlas.
El hecho de no obedecerlas genera castigos como: multas, cárcel, penas capitales, etc.
La norma jurídica es la regla que expresa un deber ser coactivo, es decir, que confiere
a cierto acto el carácter de acto jurídico o antijurídico. Este tipo de normas expresan
en forma imperativa una exigencia moral. Esta exigencia, al ser conocida por el
hombre, se convierte en un “deber”. Se podría proponer como ejemplos de normas
jurídicas las siguientes: no debemos pasarnos la luz roja, fumar en lugares prohibidos,
traficar con drogas, manejar en estado de ebriedad, estafar, cometer una violación o
ultraje, mentir en un juicio, abortar, propiciar la prostitución callejera, insultar la
bandera nacional, difamar a otros, dejar de pagar los impuestos, entre otros.
Sin embargo, de modo más estricto toda norma jurídica tiene la siguiente estructura
lógica básica: P 𝒟Q. Es decir, toda norma jurídica tiene una forma lógica condicional
y, en consecuencia, consta de dos partes: un antecedente y un consecuente. En toda
norma jurídica, el antecedente P es una proposición simple o compuesta. Se conoce al
antecedente con las denominaciones “supuesto jurídico”, “condición jurídica” o
“condición de hecho” y tiene por propósito describir la comisión u omisión de algún
acto, o en general, alguna situación o estado de cosas. En toda norma jurídica, el
consecuente 𝒟Q es siempre una oración deóntica, en la que 𝒟 representa un operador
deóntico. Este consecuente indica una obligación (O), una prohibición (Pr) o un
permiso (P). Las normas jurídicas pueden ser analizadas mediante la lógica deóntica de
primer grado. Ejemplos:
Nombre del recién nacido de padres desconocidos
Artículo 23º. Código Civil- El recién nacido, cuyos progenitores son
desconocidos, debe ser inscrito con el nombre adecuado que le asigne el registrador
del estado civil.
Forma
lógica
Lectura
29
Derechos del trabajador
Artículo 24°. Constitución Política del Perú- El trabajador tiene derecho a
una remuneración equitativa y suficiente, que procure, para él, el bienestar
material y espiritual.
Forma
lógica
Lectura
Requisitos para la ciudadanía
Artículo 30°. Constitución Política del Perú- Son ciudadanos los peruanos
mayores de dieciocho años.
Forma
lógica
Lectura
Territorio, soberanía y jurisdicción
Artículo 54°. Constitución Política del Perú- El territorio del Estado es
inalienable e inviolable.
Forma
lógica
Lectura
Tenencia y disposición de moneda extranjera
Artículo 64°. Constitución Política del Perú- El Estado garantiza la libre
tenencia y disposición de moneda extranjera.
Forma
lógica
Lectura
Reconocimiento del embarazo o parto
Artículo 2º. Código Civil - La mujer puede solicitar judicialmente el
reconocimiento de su embarazo o del parto, con citación de las personas que tengan
interés en el nacimiento.
Forma
lógica
30
Lectura
Apellidos del hijo
Artículo 20º. Código Civil - Al hijo le corresponde el primer apellido del padre
y el primero de la madre.
Forma
lógica
Lectura
Autoría, autoría mediata y coautoría
Artículo 23. Código Penal- El que realiza por sí o por medio de otro el hecho
punible y los que lo cometan conjuntamente serán reprimidos con la pena
establecida para esta infracción.
Forma
lógica
Lectura
Derecho de voto
Artículo 88º. Código Civil - Ningún asociado tiene derecho por sí mismo a más
de un voto.
Forma
lógica
Lectura
Impedimento del ejercicio de derecho de sufragio
Artículo 355. Código Penal - El que, mediante violencia o amenaza, impide a
un elector ejercer su derecho de sufragio o le obliga a hacerlo en un sentido
determinado, será reprimido con pena privativa de libertad no menor de uno ni
mayor de cuatro años.
Forma
lógica
31
Lectura
Evidentemente, la moral y del derecho guardan algunas semejanzas, pero no son
iguales. Como ya hemos sostenido antes, la legalidad no siempre es cuestión de
moralidad o justicia. De acuerdo a Manuel Atienza, las diferencias entre la moral y el
derecho son las siguientes:
1) En cuanto al carácter de las normas, la moral establece mandatos positivos, es decir,
obligaciones (de hacer el bien), a diferencia del derecho, que establece prohibiciones
(de hacer el mal).
2) En relación al contenido de las normas, el derecho regula los actos externos relativos
a la conducta y la moral los actos internos relativos a la consciencia.
3) En lo tocante a la condición de aplicación, las normas jurídicas serían, pues,
hipotéticas (dado que señalan que la acción es buena para cierto propósito) y las morales
serían categóricas (pues son independientes y autosuficientes).
4) En referencia a la autoridad-destinatario de las normas, las normas jurídicas son
heterónomas, provienen del exterior del propio sujeto, específicamente, del Estado,
mientras que las normas morales son autónomas, pues en ellas coincide la autoridad
con el destinatario.
5) En cuanto al aspecto espacio-temporal y en relación a la promulgación, las normas
jurídicas tienen límites espaciales definidos (el territorio de un Estado, de un
municipio) suelen tener una vigencia temporal indeterminada (hasta que sean
derogadas mediante reformas o aboliciones), y la promulgación de las mismas exigen
ciertas formalidades burocráticas como su publicación, así como su ratificación o
aprobación por el jefe de Estado.
6) En lo tocante a la sanción, solo las normas jurídicas establecen una sanción de
carácter externo que puede consistir, en la aplicación de la fuerza física (de la coacción)
y en que está institucionalizada (esto es, existen ciertos órganos estatales encargados de
aplicarlas). (Atienza, 1985)
Normas morales
Una norma moral es un mandato expresado en la forma “Debes hacer esto” o “No debes
hacer lo otro”. Se distinguen de las normas sociales, de las religiosas y de las jurídicas
en que exigen el cumplimiento de un acto bajo la idea de que se está reivindicando un
valor humano fundamental para la vida colectiva. Ejemplos:
No debemos:
1) Colarnos en la fila.
2) Engañar al amigo.
3) Festejar la desgracia ajena.
Se debe:
1) Ceder asiento al discapacitado.
2) Ayudar al desvalido.
3) Botar los desperdicios en los tachos.
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4) Ser intolerante.
5) Ser ocioso.
6) Ser infieles.
7) Discriminar por algún motivo.
4) Ser humilde.
5) Decir siempre la verdad.
6) Buscar un trabajo digno.
7) Tratar a todos por igual sin
preferencias.
En resumen, debemos cumplir la regla de oro ya mencionada por Confucio, es decir,
debemos obrar respecto de los demás como quisiéramos que obraran con nosotros
mismos. Básicamente, lo que busca la humanidad es que todos nos tratemos bien entre
sí. Esto significa en forma resumida: “No hagas a otro lo que no quieres que te hagan a
ti”.
Valores morales fundamentales
El orden moral está constituido esencialmente por los valores morales. Es fácil
comprender que los valores morales, en tanto pueden ser interpretados como formas
de la realización del ser personal, son múltiples y variados. Pensemos en todos los
aspectos y matices de la humanidad expresados en palabras valorativas morales tales
como “bueno”, “digno”, “justo”, “honesto”, “veraz”, “cumplido”, abnegado” o
“generoso”, y en sus contrarios, las palabras valorativas tales como “malo”, “injusto”,
“indigno”, “deshonesto”, “incumplido”, “malvado”, etc.
Existe una variedad rica de valores: honestidad, respeto, trabajo, paz, responsabilidad,
felicidad, humildad, amor, sencillez, ayuda, caridad, fidelidad y conocimiento. Pero
existen unos valores fundamentales que sirven como base para todos los demás y sobre
estos podría erigirse gran parte de la moralidad humana:
1) Dignidad: Alude al máximo respeto que debemos tenerle a todos los humanos.
Este valor exige tratar al hombre como un fin en sí mismo y nunca como un medio tal
y como ya lo planteó Kant. Este valor se viola cuando hablamos de clonación,
esclavismo, prostitución, campos de concentración, etc.
2) Igualdad: Alude al mismo respeto que debemos tenerle a todos los humanos. Este
valor exige igual respeto para todos e implica la identidad entre los hombres. Se viola
este valor cuando tratamos con diversos casos de discriminación: el racismo, la
xenofobia, el sexismo (machismos o feminismos extremos e irracionales), etc.
3) Justicia: Señala el equilibrio entre las relaciones sociales. Este valor exige igual
trato en la repartición de bienes, recompensas o castigos, por ello, implica la equidad.
Se viola este valor cuando un padre le da más propina a sus hijos que a sus hijas o
viceversa, o cuando un ladrón roba y es capturado por la policía, pero a los cinco
minutos vuelve a la calle como si nada hubiera pasado. Existen dos tipos de justicias,
según Salazar Bondy inspirado en Aristóteles:
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a) Justicia distributiva: hablamos de justicia distributiva cuando una acción justa consiste
en distribuir algo de manera igual o en correspondencia con las diferentes situaciones.
Cuando se dice que se ha de dar a cada uno según sus méritos o sus necesidades o su
trabajo, se está proclamando y defendiendo una justicia distributiva.
b) Justicia conmutativa: dado que la palabra “conmutar” tiene el sentido de cambiar o
trocar, esta justicia alude a la situación que surge cuando se retribuye o cambia un bien
o una acción con otra equivalente. Por ejemplo, si alguien un día me presta dinero, no
solo se lo debo devolver sino también debería prestarle en el caso de que me lo pidiera.
En resumen, se obra justamente cuando se distribuye algo por igual entre diversas
personas (justicia distributiva) o cuando se retribuye un bien o una acción con algo
equivalente (justicia conmutativa). Ambos tipos de acciones están vinculados, porque
en ambos casos la justicia consiste en dar a cada cual lo que le corresponde de acuerdo
con un criterio de igualdad.
4) Solidaridad: Refiere a la cooperación mutua entre los miembros de una sociedad.
Este valor exige la colaboración y la ayuda entre los propios hombres. Esto sucede con
las llamadas “Teletones”, la recolección de limosnas, etc. Por ejemplo, ante un
terremoto un pueblo se une, se ayuda y así se vuelve más solidario. Este valor se opone
al egoísmo, egocentrismo, individualismo, y a la competencia sin límites.
5) Libertad: Alude a la capacidad de tener autonomía para actuar, así como voluntad
propia a la hora de elegir o actuar. Este valor se manifiesta cuando las comunidades se
organizan para protestar contra el gobierno. Las dictaduras y la persecución política
contrarían el valor de la libertad. Asimismo, seguir la moda para conseguir aprobación
social es algo que va en contra de la libertad.
Moralidad
Mientras que la moral es un corpus teórico que gobierna los actos morales, a nivel
práctico el conjunto de acciones que realizan los hombres efectivamente pasa a
denominarse moralidad. La moralidad es el conjunto de acciones de una persona o
sociedad determinada. Este concepto hace referencia a la puesta en práctica de la moral
establecida.
No todo acto humano es un acto moral. Lavar la ropa es un acto humano, pero no
representa un acto moral a menos que se lave la ropa de gente desamparada (en ese
caso es un acto moral) o se contamine algún río lavando esa ropa (en ese caso es un acto
inmoral).
Las acciones morales son las acciones humanas que se tipifican como adecuadas o
inadecuadas de acuerdo a una norma moral, es decir, como buenas o malas, y quien
realiza dicha acción es una persona moral. El acto moral consiste en la realización de
un valor moral; es decir, se presenta el acto moral cuando hacemos lo bueno, lo justo,
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lo digno; pero también cuando hacemos todo lo contrario. En ese caso, se llama,
específicamente, acto inmoral.
Acción moral
La acción moral es la serie de actos realizados voluntariamente por una persona que es
consciente del valor moral de dichos actos. En la acción moral el sujeto sabe qué hace
y cómo lo hace (tiene conciencia del acto, esto es, conocimiento de los fines y medios);
qué debe hacer y evitar (tiene conciencia de lo bueno y lo malo), y quién lo hace, quién
es autor del acto (tiene conciencia de mismo como agente libre). Es importante
advertir que es necesario tener conciencia de que no se debe hacer todo lo que se puede
hacer. Si bien puedo colarme en la fila en la que están los que esperan ponerse la vacuna
contra el covid-19, es bien sabido que no debo hacerlo pues eso es algo malo.
Persona moral
No es posible juzgar moralmente a las cosas. No podemos decir, por ejemplo, que esta
piedra ha cometido injusticias, que es honesta, que cumple con sus deberes; tampoco
podemos calificar moralmente a los animales. El león no es malo por comerse a la
cebra. Los animales salvajes están gobernados por instintos. Los animales, hasta donde
sabemos, no reflexionan sobre sus actos bajo consideraciones morales análogas a las
consideraciones morales humanas.
Igualmente, a los niños pequeños y a los enfermos mentales graves no podemos
juzgarlos o calificarlos moralmente pues su consciencia moral no está desarrollada del
todo. Solo a los hombres, a partir de una cierta etapa de su desarrollo los consideramos
cabalmente personas y solo a ellos los podemos juzgar moralmente. Por ello,
notaremos que el concepto de persona moral está íntimamente vinculado al de
moralidad de tal modo que solo allí donde tratamos con personas podemos aplicar
calificativos morales.
Características de la persona moral
Debemos considerar tres aspectos de la persona moral:
a) La persona posee conciencia moral, es consciente de misma y es capaz de entender
el significado y el sentido de la norma moral. Es decir, una persona moral debe poseer
el conocimiento de lo bueno y lo malo, de lo justo y lo injusto, del deber y la culpa.
b) La persona moral debe ser libre, esto es, debe tener la capacidad de decisión propia
para ejecutar las propias acciones, debe poseer el dominio sobre su cuerpo y sus
facultades, es decir, la libre disposición de su ser.
c) Finalmente, la persona moral debe poseer responsabilidad moral. La responsabilidad
es el compromiso que se adquiere cuando se es consciente de que ha dependido de
nuestra voluntad el elegir, respetar o transgredir el mandato de nuestra conciencia
moral expresado a través de una norma moral.
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Resumiendo, la persona moral es la persona consciente, libre y (en consecuencia)
responsable. Solo hay responsabilidad si previamente existen consciencia y libertad.
Por ejemplo, un compañero entiende que es incorrecto no responder a los mensajes de
los miembros de su equipo en relación al curso universitario que están llevando. De
igual modo, comprende que no está bien entablar contacto recién un día o unas horas
antes de que se culmine el plazo para la entrega de trabajos, es decir, este alumno es
consciente. Así, el alumno decide por cuenta propia colaborar a tiempo con sus colegas
y hacer todo lo posible para que se entregue el trabajo planeado, es decir, este alumno
es libre. En este sentido, podemos decir que ese alumno es responsable. Otro ejemplo
sería el siguiente. Un tipo tiene encuentros amorosos con una mujer que no es su
esposa. La relación se desarrolla y llega incluso a viajar con ella a espaldas de su esposa
y sus hijos. Él sabe que eso no está bien, es decir, es consciente. Aun así decide
continuar con la relación, es decir, fue su elección. Cuando la esposa se entere y busque
la separación y la ruptura familiar, él deberá asumir su responsabilidad.
La persona amoral
La persona moral tiene conciencia moral, libertad moral y, por eso, tiene
responsabilidad moral. Pero basta que falte una de las propiedades para que sea una
persona amoral. Si somos personas morales, entonces nuestros actos son morales. Si
somos morales, entonces tenemos moralidad. Pero si no somos personas morales,
nuestros actos no serán morales, sino amorales, esto es, ni buenos ni malos. Las
personas amorales carecen de conciencia y/o libertad moral. Por ejemplo, las personas
que tienen dificultades en cuanto a la conciencia moral son: los infantes, los enfermos
mentales, los orates, los borrachos, los drogadictos o los ancianos seniles. Y las que
tienen dificultades en cuanto a la libertad son las víctimas de asalto, las personas
amenazadas de muerte y las personas secuestradas. En todos estos casos anteriores, las
personas amorales al carecer de los rasgos señalados no pueden ser culpadas ni señaladas
como buenas o malas.
Con respecto a esto último, especifiquemos una cuestión más. La persona moral es
consciente y libre. Gracias a ello puede hacerse responsable por sus actos. Pero, si no
fuera libre no sería responsable. Esto es lo problemático. Imaginemos que un individuo
mata a tu padre, entonces tocaría encerrarlo en la cárcel, pero resulta que tiene un
abogado y van a juicio. ¿Cómo puede el abogado del criminal tratar de defenderlo?
Recordemos que si no hay libertad no hay responsabilidad, es decir, si el tipo no tuvo
elección y necesariamente tenía que matar entonces no puede acusársele de crimen ni
meterlo en la cárcel porque no quiso hacerlo. Tal vez, el abogado muy astuto dirá algo
así como: “Mi cliente no tuvo elección porque está bajo prescripción médica con
fármacos para calmar su esquizofrenia paranoide, pero como hubo huelga de médicos,
él no pudo acceder a estos químicos, lo cual hizo que se convirtiera en un asesino por
naturaleza y como que estaba programado para matar y al ver a la víctima no tuvo otra
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opción más que matarlo. Por ello, mi cliente es inocente”. Es decir, la falta de libertad
nos exime de responsabilidad.
En resumen, la persona amoral carece de consciencia moral y/o libertad moral. A estas
personas no podemos calificarlas de malas ni de buenas. Eso no significa que no tengan
que ser sancionadas por la ley en caso la incumplan. De hecho, se les debe castigar,
pero evaluando el caso particular para que pueda recibir un castigo en mayor o menor
proporción.
Caso de persona amoral: el Joker
El Joker tiene un trastorno de personalidad antisocial o sociopatía, caracterizado por no
respetar las normas sociales y las leyes. Esto implica una empatía nula hacia las personas
que le rodean, sin ser consciente, porque no lo siente así, cuando hace daño o se
aprovecha de otros.
El trastorno de personalidad antisocial (también conocido como sociopatía) se
caracteriza por la incapacidad para adaptarse a las normas sociales, leyes y derechos
individuales. Sus pensamientos están dirigidos por la forma en la que pueden conseguir
sus objetivos inmediatos y no son capaces de ponerse en el lugar del otro. El Joker es
una persona amoral al igual que Kira de “Death Note” pues tienen trastornada su
consciencia de la realidad.
Cinismo nihilista contemporáneo
El hecho de que en nuestra sociedad actual se esté admirando a personas como el Joker,
Pablo Escobar o Kira es un indicativo de un gran cinismo. Pero, no debemos confundir
este cinismo con el de antaño. Antiguamente, esta filosofía, con Diógenes, el perro, a
la cabeza, sostenía que se debe vivir de acuerdo a la naturaleza (esto es, en coherencia
con lo animal que hay dentro de nosotros). Asimismo, en base a la adiáfora
2
se oponía
a la búsqueda de bienes materiales y afirmaba que se necesita poco para vivir bien pues
la felicidad procede del interior del hombre que se basta a mismo (autarquía). El
cinismo se consideraba una filosofía que planteaba que para lograr la felicidad es preciso
ser dueños de uno mismo. También, aseveraba que las teorías y las normas ético-
políticas son solo convenciones (inútiles y absurdas) construidas por el hombre y que
lo desnaturalizan. Para el cinismo, el sabio no necesita convenciones sociales, sino que
las rechaza. Así, vive sin respeto por las costumbres, sin modales, sin deberes, sin lo
artificial en total libertad, actuando sin limitaciones (anaideia
3
) y hablando como mejor
2
El mismo Diógenes vivía en la indigencia como los perros. Vivía en un barril y lo único que
cargaba era un tazón con el que recogía agua, pero se dice que lo desechó cuando vio a un niño que
usaba sus manos para tomar agua.
3
Se cuenta que Diógenes una vez fue invitado a la casa de una persona pudiente y este le mostró
todos sus lujos. Este le propuso quedarse en su casa durante un fin de semana para que sus esclavos
lo atendieran, pero le pidió que, por favor, no escupa en cualquier lado sino en un lugar apropiado.
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le parece (parresía
4
). De este modo, afirma que se debe vivir sin los objetivos que la
sociedad impone y plantea como necesarias: las comodidades, los lujos, las casas, el
poder y la fama. De hecho, el animal símbolo de este pensamiento es el perro pues este
ser vivo actúa de modo auténtico, sin pudor, sin moral, sin posesiones y sobrevive de
lo que encuentra en la calle.
Sin embargo, el cinismo que hoy se está difundiendo (mejor conocido como hipocresía)
es uno vulgarizado y que es semejante a la idea de mentiroso o al incoherente a nivel
moral. Estamos constatando la hipocresía de una sociedad que busca ayuda para salvar
al planeta de la contaminación, pero al mismo tiempo no puede dejar de contaminar
para poder seguir subsistiendo. Esto es algo que debemos estudiar urgente y seriamente
para progresar a nivel moral.
Nuestra sociedad peruana ha considerado al poderoso, al criollo o al vivo como figuras
a admirar en vez de personas a las cuales juzgar por sus crímenes o fechorías. En la
televisión, la narcocultura se ha esforzado por mostrar la afortunada vida de los
principales líderes del narcotráfico. Mujeres, dinero, autos de lujo, grandes avionetas,
compras de equipos de fútbol y demás han sido las señales inequívocas del éxito. Y esto
ha causado el efecto de cuestionar si realmente vale la pena estudiar y esforzarse desde
el punto de vista de la legalidad. La adoración de los grandes narcotraficantes,
desalmados delincuentes y corruptos políticos ha ocasionado que incluso se vea al
mismo coronavirus como un ejemplo de exitoso cénit en términos de capacidad
destructiva. Y por haber sometido a toda la humanidad sin ningún tipo de oposición no
sería casualidad que fuera motivo de admiración y celebración por parte de algunos.
Para evitar una sociedad tan corrompida lo que se necesita es que los seres humanos se
apoyen más entre sí. Pero solo se podrá lograr esto buscando la igualdad entre todos y
apreciando la acumulación de riquezas no como una señal de éxito sino como una falta
grave de educación.
Diógenes escuchó esto y le escupió en la cara. La idea de esta anécdota es que frente a la naturaleza
no somos nada. En una jungla de nada nos sirven las teorías y las filosofías porque un león nos
puede comer. Igualmente, en la ciudad de nada nos sirven nuestras posesiones porque un Diógenes
nos puede escupir. Y ambos, tanto el león como Diógenes, nos recuerdan lo poca cosa que somos
frente a la naturaleza
4
Se cuenta que Diógenes estuvo tomando el Sol cuando paso frente a él Alejandro Magno,
emperador griego. Este gran jefe militar era admirador de los filósofos y al ver a Diógenes y saber
de su leyenda, le dijo: “Pídeme lo que quieras y se te será concedido”. Diógenes solo dijo: “Apártate
porque me estas tapando el Sol”. El mensaje de esta anécdota es que debemos mantener siempre la
serenidad y nuestra autenticidad en toda situación. No porque estemos ante un gran poderoso señor
deberíamos dejar de lado nuestra manera de pensar. Otra anécdota que tiene la misma intención es
la que cuenta que Aristipo, al ver que Diógenes estaba buscando comida en la calle, le dijo lo
siguiente: “Diógenes, si adularas más al rey, no tendrías que comer tantas lentejas”. Ante esto
Diógenes respondió: “Y si tu aprendieras a comer lentejas, no tendrías que adular tanto al rey”. La
idea es la misma. Debemos responder con fuerza ante todo tipo de provocaciones.
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Conclusiones
En este capítulo se ha sostenido que la ética se ocupa de estudiar el fenómeno de la
moral. Además, la moral es el conjunto de valores éticos y normas morales. Asimismo,
la moralidad es el conjunto de acciones morales, las mismas que pueden ser catalogadas
de buenas o malas. Finalmente, se afirma que la persona moral es aquella caracterizada
por tener consciencia, libertad y responsabilidad moral.
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Capítulo 3.
Filosofía política. Conceptos básicos
Preliminares.
Los animales pueden reunirse en conglomerados sociales. Los lobos presentan
estructuras sociales sofisticadas con jerarquías bien establecidas. Los chimpancés crean
herramientas e incluso transmiten información tecnológica de generación en
generación. Las abejas y las hormigas demuestran tener un grado de cooperación
admirable y sorprendente. Sin embargo, los seres humanos se distinguen por su
capacidad de crear sociedades complejas.
No obstante, como especie, los seres humanos somos absolutamente únicos pues
llevamos al extremo la idea de sociedad. Establecemos acuerdos políticos y creamos
instituciones políticas. Es decir, confirmamos el derecho de ciertos miembros de
nuestra sociedad a ejercer control sobre todos los recursos del país, así como de sus
ciudadanos y su territorio. Precisamente, lo político se relaciona con la delegación y el
uso del poder que cada sociedad realiza históricamente.
Explicaremos lo político mediante un chiste muy popular en el Perú. Un adolescente
le pregunta a su padre: “Papá, ¿qué es la política?” y su padre responde: Te lo voy a
explicar. Tu madre es como el gobierno porque ella manda en esta casa, yo, tu padre,
sería como el capitalismo porque soy el que trae dinero a la casa, y la empleada, que
limpia la casa, se esfuerza y trabaja, sería como el pueblo. Tú eres como la juventud de
esta casa y tu hermanito pequeño sería como el futuro. ¿Me entendiste?”. El adolescente
asiente y llegando la noche duerme en su cuarto. Sin embargo, en medio de la noche,
siendo casi de madrugada su hermanito se cae de la cama y eso preocupa a su hermano
mayor. El joven va a buscar a su madre y la encuentra sola durmiendo y se sorprende
por no ver a su padre. Luego, escucha un ruido extraño y al revisar el cuarto de la
sirvienta ve a su padre con la empleada y todo parece indicar que la está dañando porque
ella empieza a emitir sonidos de lamento muy parecidos al dolor. Luego, el muchacho
asombrado vuelve a su cuarto y para se dice estas palabras: “Mientras el gobierno
duerme, el capitalismo está abusando del pueblo. La juventud esconfundida y el
futuro por los suelos. Este chiste tiene una virtud. La idea es que explica básicamente
en qué consiste un proyecto político. Todo proyecto político, al menos en nuestros
países en desarrollo
5
, debe explicar cómo enfrentar el capitalismo, qué tipo de gestión
5
En los actuales países potencia la discusión política no gira en torno a cómo actuar frente al
capitalismo porque esos gobiernos representan firmemente los intereses del sistema y, además,
tienen recursos y dinero en exceso. Por este motivo, en los países potencia el debate gira en torno a
temas más importantes: cómo usar los recursos, cuánto dinero invertir en investigación científica y
tecnológica, qué tipo de educación deben tener los ciudadanos, etc. En ese sentido, nuestra manera
de hacer política está condicionada por factores relacionados a nuestra situación de dominación y
sometimiento por parte de las potencias extranjeras.
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debe realizar el gobierno, cómo satisfacer las demandas del pueblo, cómo apoyar a la
juventud para que pueda abrirse paso y, finalmente, cómo usar los recursos disponibles
para que podamos asegurarnos un futuro mejor. La política consiste en ordenar esas
variables. Y la filosofía política lo que hace es discutir aquellos conceptos básicos que
forman parte de la política, así como explicar las razones que tiene la gente para
albergar tales o cuales creencias políticas.
Problematizando los fundamentos de la política
Las personas nacen dentro de sociedades políticas. No eligen pertenecer a dichas
sociedades políticas, sino que forman parte involuntariamente de ellas. Imaginemos,
por un momento, que no hay países, ni fronteras, ni gobiernos. Pero, si no hubiera
gobiernos, ¿las personas realmente podrían vivir en paz o reinaría la anarquía, la
ilegalidad y el sufrimiento? ¿bajo qué circunstancias un grupo de personas tienen
derecho de controlar toda la sociedad? ¿por qué las personas forman parte de las
instituciones políticas? ¿es por libre elección o sucede involuntariamente? ¿qué son los
derechos? ¿son algunas formas de gobierno esencialmente mejores que otras? Estas son
algunas de las preguntas que forman parte de las reflexiones de la filosofía política.
Los filósofos políticos indagan sobre los individuos, las comunidades, la sociedad, la
ley, el poder político, el Estado y las relaciones que los vinculan. Por ejemplo, se
preguntan:
1. ¿Es posible o deseable determinar cuál es la verdadera “esencia” de los seres
humanos?
2. ¿Qué es la sociedad? ¿es algo más que la suma de las personas que la integran? ¿o
acaso la sociedad no existe (como alguna vez dijo la “dama de hierro” Margaret
Thatcher)?
3. ¿El Estado es un artificio o el producto de una evolución natural?
4. ¿Cuánta libertad puede otorgar el Estado a los ciudadanos? ¿hay razones morales
justificadas por las cuales los ciudadanos deban respetar la ley? ¿Qué derecho asiste al
Estado para castigar a los que violen las leyes?
5. ¿La democracia es la mejor forma de gobierno? ¿Existen otras alternativas a la
democracia?
6. ¿El Estado debe aspirar a promover la equidad económica en la sociedad? De ser así,
¿debe tomar medidas que afecten la propiedad privada?
La filosofía política tiene dos objetivos claros, según Sobrevilla (2014):
a) aclarar los conceptos políticos, y
b) valorar críticamente las diversas creencias políticas buscándoles una justificación.
Para cumplir con el primer objetivo, la filosofía política investiga acerca de lo que se
requiere para que exista un estado o un gobierno mediante la formulación de las
siguientes preguntas:
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1. ¿Qué diferencia hay entre una sociedad organizada como Estado y otros tipos de
sociedad humana que existieron en el pasado y que no estaban organizadas de esa
manera?
2. ¿En qué consisten el gobierno y la soberanía?
3. ¿Cómo se define una sociedad justa?
4. ¿Qué diferencia a la libertad individual de la social?
5. ¿Qué hace que un Estado pueda ser considerado como tal?
Asimismo, para lograr realizar el segundo objetivo, se puede preguntar lo siguiente:
1. ¿Qué derechos sociales debe defender y priorizar el Estado? ¿por qué?
2. ¿Qué se requeriría para que un Estado sea justo? ¿por qué?
3. ¿Cómo se deben tomar las decisiones en una sociedad? ¿se debe recurrir al criterio
de los expertos en el tema, es decir, los tecnócratas? ¿o es necesario buscar dialogar
con todos los interesados a fin de llegar a ciertos acuerdos?
4. ¿Qué obligaciones deben tener los individuos respecto de las leyes y las normas
establecidas en una sociedad? ¿por qué?
5. ¿Es aceptable recurrir a la justicia popular (en la cual la gente decide tomar por
cuenta propia las riendas de la administración de los castigos) cuando la justicia legal no
es eficiente? ¿por qué?
Enseguida, presentaremos tres propuestas filosófico-políticas para tener una idea al
respecto de lo que estudia esta disciplina filosófica: el feminismo, el anarquismo y el
neoliberalismo.
Posición filosófico-política del feminismo
El feminismo como teoría explica la situación de subordinación de las mujeres dentro
de los sistemas sociales e investiga cómo se construye el sujeto femenino. El feminismo
como práctica es un movimiento social y político iniciado a finales del s. XVIII que
supone la toma de conciencia de las mujeres como grupo colectivo humano, de la
opresión, dominación, y explotación de que ha sido y son aún objeto por parte del
colectivo de los varones en el seno del patriarcado.
En pleno siglo XXI podemos afirmar que las mujeres han logrado una vida con libertad.
Pero lo que se debe buscar es la igualdad pues aún hay diferencias de salario, de puestos
laborales, etc. entre hombres y mujeres. Pensemos en las diferentes formas de educar
a un niño y a una niña. A los niños se les dan carros, robots, grúas y con ello se les
destina a una labor productiva y constructiva, mientras que a las niñas se les entregan
muñecas, micrófonos, cocinitas y con ello se las condena a una labor reproductiva y
distractora.
En este sentido, es importante recordar el aporte de Simone de Beauvoir (2015) cuando
afirma que la mujer no nace, sino que se hace. La idea detrás de esta expresión es que
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el sujeto femenino es construido por la sociedad patriarcal para manipularla de tal modo
que no entienda porque se siente tan frustrada y minimizada. Esta sociedad busca que
creamos que es natural que la mujer deba ser débil, tierna, dócil, cuidadora, emocional
y sensible mientras que el hombre debe ser fuerte, valiente, agresivo, proveedor,
racional e insensible. De este modo, todos los calificativos inferiores o menores están
asociados a la mujer. Esta es una de las luchas que aún libra el feminismo.
En la actualidad, Nancy Fraser (1997) ha desarrollado un análisis interesante al respecto
de la problemática feminista. La justicia social actual requiere de redistribución y
reconocimiento. Así, lo cultural y lo político están fuertemente entrelazados. La
injusticia económica produce marginación, explotación y privación de los bienes
materiales básicos. La injusticia simbólica está arraigada en los patrones sociales de
representación, interpretación y comunicación.
Para la injusticia económica la solución es una reestructuración político-social
(mediante la redistribución del ingreso, la reorganización de la división sexual del
trabajo y la orientación de la economía a través decisiones democráticamente
aceptadas). Para la injusticia cultural la solución está en las modificaciones valorativas,
la reevaluación de identidades irrespetadas y la de grupos menospreciados (en este
sentido urge el reconocimiento de la diversidad cultural y la creación de cambios en la
autoconciencia colectiva). Es decir, para abolir la desigualdad económica hay que
socavar la diferenciación social y para solucionar la injusticia de reconocimiento hay
que respetar a los distintos grupos y hacerlos visibles.
La estructura económica produce pobreza siendo el género el principio básico que
fundamenta la división entre trabajo remunerado “productivo” y trabajo doméstico no
remunerado reproductivo” y también fundamenta la diferenciación cultural-valorativa
de la sexualidad. Así, se privilegian los rasgos de masculinidad (sexismo cultural) y se
desprecia lo femenino (expresándose esto en feminicidios, violencia doméstica y
estereotipos que trivializan y denigran a la mujer, al gay, al transexual, etc.).
Precisamente, esto es lo que se busca resolver.
Posición filosófico-política del anarquismo
De acuerdo a Piotr Kropotkin (2008), el capitalismo prospera gracias a la pobreza e
inclusive le conviene que siga existiendo. El anarquismo se opone a la acumulación de
capital. Así, mientras que el socialismo de Lenin consideraba que los medios de
producción debían ser controlados por el Estado a modo de monopolio, en cambio, el
anarquismo de Bakunin (1979) afirmaba que los mismos trabajadores organizados eran
quienes debían poseer las tierras y las fábricas. Además, el anarquismo se oponía al
dogmatismo en el que hasta el mismo socialismo marxista caía.
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Podemos afirmar que un anarquista es un socialista que busca acabar con toda forma
injusta de jerarquía y dominación impuestas. En ese sentido, se opone al Estado.
Asimismo, el anarquismo confía en la democracia, pero no en las elecciones pues si los
votantes no están debidamente informados su ignorancia solo beneficiará a los ricos y
poderosos. De este modo, se comprende que el anarquismo busca el orden, pero no
aquel que sea impuesto por la fuerza desde un centro de poder sino aquel acordado
libremente por todos los que conforman la sociedad.
Los ideales del anarquismo son la solidaridad, la cooperación, la justicia, la equidad y
la libertad. Así, el anarquismo supone que el ser humano a nivel individual puede llegar
a tener una alta y noble consciencia, así como una elevada bondad. En el Perú, fue
conocido el anarquismo de González Prada (1940). Él criticó a los grupos de poder
tradicionales culpables del desastre de la Guerra del Pacífico y de la ruina moral de las
grandes mayorías indígenas. Así pues, consideró que el individuo es el verdadero
fundamento, lo único real. Nunca creyó que el Estado tenga algún papel vital, pues
nuestra política es caótica e improvisada. El Estado es una mentira, una farsa y algo
repudiable que no tiene ningún sentido para el individuo. Su anarquismo, entonces, se
basa en la defensa del papel de los derechos individuales frente a un Estado fraudulento
y detestable que no maneja una clara agenda política.
El Estado, afirma González Prada, no permite que las personas se realicen como tales
porque pisotea sus derechos. Y, para él, resulta ingenuo que cualquiera crea que desde
el poder político se puedan mejorar las condiciones básicas y vitales del ciudadano. De
acuerdo a Sobrevilla (2000), se puede decir que un anarquista busca la libertad ilimitada
y el mayor bienestar posible del individuo, además, lucha por la abolición del Estado y
la propiedad individual. Asimismo, rechaza toda autoridad pues implica abuso y
sometimiento. Incluso, el anarquismo no comulga estrictamente con la idea de
patriotismo, y s bien se declara internacionalista.
Posición filosófico-política del neoliberalismo
Friedrich Von Hayek (1960) fue representante del neoliberalismo. En el Perú, fue
Fujimori quien la implementó con su constitución política impuesta tras un autogolpe
el año 1992. La posición neoliberal se basa en el Estado mínimo y la desregulación del
mercado
6
. El Estado mínimo estaría dedicado a proteger la vida, la libertad y la
propiedad de los ciudadanos de las agresiones de otros individuos o Estados extranjeros.
Así el Estado se limitaría a proveer tres servicios básicos: tribunales (ley), policía
(seguridad) y ejército (defensa nacional).
6
En nuestro país, esto significó la venta de nuestros principales recursos a un precio muy bajo y,
en consecuencia, fue la misma población la que cubrió y pagó lo que hizo falta para poder movilizar
el progreso del país ante la llegada de empresas codiciosas que veían la oportunidad de enriquecerse
sin límites.
44
Este Estado debería proteger la libertad individual sin violentarla y de todas las
libertades la más interesante es la económica. Así, el mercado queda librado a su propia
dinámica interna sin que el Estado intervenga ni limite y, todo esto beneficia a la
población en términos económicos. Por ejemplo, si dos empresas compiten para ganar
el consumo del blico, estas elaborarán propuestas competitivas de precios que
terminarán beneficiando a la gente que elegirá la más conveniente.
Además, para Hayek, la distribución igualitaria es muy injusta y desmotivadora pues
beneficia al perezoso y perjudica al esforzado. Por ejemplo, si una profesora fuera
socialista entonces podría pensar en ponerles la misma nota a todos sus alumnos, a pesar
de que algunos no asistan temprano o no cumplan con sus tareas. Esto evidentemente
desmotivaría al que se esfuerza por obtener una nota elevada. Por ello, es mejor la libre
competencia empresarial capitalista que la planificación estatal socialista. El problema
en nuestro país es que el neoliberalismo ha hecho posible que los monopolios u
oligopolios condicionen el mercado con precios convenientes a sus intereses sin
considerar las necesidades del consumidor.
Los individuos, la comunidad, la sociedad y el Estado
Algunos filósofos políticos (como los neoliberales) comienzan sus indagaciones con los
individuos. Después de todo, primero, se agrupan los individuos y forman sociedades
y Estados, y recién después se constituyen los gobiernos. Por otra parte, no nacemos
en una sociedad con todas nuestras capacidades humanas desarrolladas. Así, la sociedad
nos forma porque nos lega un conjunto de costumbres y prejuicios. Incluso concebimos
nuestras ideas con recursos lingüísticos que no son nuestros pues el lenguaje lo
aprendemos a usar socialmente en contacto con los demás. Sin embargo, por más que
seamos “un producto social” no somos máquinas programadas por el colectivo pues
podemos oponernos a aquello que nos forma.
La palabra “comunidad” hace referencia a algo inmediato, local y aceptable (en tanto
término valorativo). Para los filósofos políticos, la comunidad consiste en un pequeño
grupo de personas con valores compartidos y unidas por lazos solidarios y libres, que
pueden dejar de lado las leyes o una cadena de mandos jerárquica. En este sentido, la
relación entre los miembros de una comunidad es horizontal. La existencia de
comunidades implica que los seres humanos pueden vivir en sociedad sin necesidad de
depender de un “gobierno político” en sentido estricto porque una comunidad no
necesita jerarquías (como ya lo plantean los anarquistas).
Los filósofos políticos distinguen las sociedades (asociaciones libres de individuos que
podían basarse en un contrato entre sus miembros) de los Estados (caracterizados por
una estructura jerárquica de poder y la posibilidad de ejercer coacción). La sociedad es
una entidad más grande que una comunidad y está conformado por personas que
comparten una misma cultura y cuya cohesión depende de un sistema completo de
45
reglas, costumbres e instituciones establecidas históricamente. El Estado, más bien, se
caracteriza por el uso del poder para mandar y obligar a la gente a cumplir el
reglamento que ellos disponen y cuya naturaleza es coercitiva. El Estado se define como
un territorio regido por un sistema legal organizado y un gobierno que se apropia del
monopolio legítimo de la fuerza militar y policial sobre los ciudadanos. No obstante,
algunos entendidos consideran no es posible distinguir entre sociedad y Estado pues las
sociedades ya incluyen aparatos de poder. Por ende, el poder y los gobernantes son
elementos esenciales de la vida humana en la sociedad moderna.
Filosofía política y ética
Existen diferentes opiniones entre los filósofos políticos acerca de lo que es
propiamente la filosofía política. Algunos piensan que incluye la organización de la
sociedad en general. Pero, para simplificar podemos afirmar que la filosofía política
estudia la relación que existe entre los individuos y aquellos que tienen poder político
sobre ellos. Sin embargo, para lograr entender esa relación hace falta definir conceptos
y, además, valorar las creencias políticas de los individuos.
Dado que intenta definir normas políticas, a menudo se considera a la filosofía política
como una disciplina muy parecida a la ética, pues esta busca establecer criterios para
evaluar las acciones individuales. Debido a que estas dos ramas son las que más se
relacionan con el análisis y la discusión de las normas, la filosofía política y la ética son
frecuentemente consideradas de manera conjunta. Por ejemplo, Platón, Aristóteles,
Tomás de Aquino, Hobbes, Rousseau y otros realizan reflexiones morales y políticas
sin que necesariamente quede claro un límite exacto entre ambas disciplinas. En este
libro estudiaremos ambas disciplinas filosóficas, pero distinguiremos a la ética como la
disciplina filosófica que reflexiona sobre la moralidad de las acciones de las personas.
Por otro lado, la filosofía política podría ser considerada como la reflexión sobre el
carácter auténticamente obligatorio de las leyes que el gobierno (el poder) decreta para
toda la sociedad.
Conclusiones
En este capítulo se ha sostenido que la filosofía política tiene dos objetivos. Primero,
definir conceptos políticos tales como justicia, libertad, igualdad, ciudadanía, etc.
Segundo, valorar creencias políticas como, por ejemplo, si una dictadura es s
eficiente que un gobierno democrático o no, si el capitalismo debe o no tener límites,
etc. Además, se ha explicado las posiciones del feminismo (que busca la libertad de la
mujer y lucha contra el patriarcado), del anarquismo (que se opone a todo tipo de
jerarquías) y el neoliberalismo (que considera que se debe proteger los derechos
individuales y la libre empresa).
46
Capítulo 4.
Breve historia de la filosofía política
Preliminares.
La filosofía política es una disciplina que estudia cuestiones fundamentales tales como
el gobierno y la soberanía, la política y la sociedad, la libertad individual y social, la
justicia popular y legal, la propiedad estatal y privada, los deberes y los derechos y la
aplicación de un código legal por la autoridad, entre otros temas. Las tareas de la
filosofía política son aclarar el significado de los conceptos políticos, explicar si son o
no realmente necesarios, identificar lo que hace a un gobierno legítimo, señalar qué
derechos y libertades debe proteger el Estado y por qué, indicar qué obligaciones
tendrían los ciudadanos hacia un gobierno legítimo, y plantear las condiciones bajo las
cuales un Estado puede ser derrocado legítimamente, entre otros.
Los fundamentos de la política han variado a través de la historia. Para los griegos la
ciudad era el centro y fin de toda actividad política. En el Medioevo toda actividad
política se centraba en las relaciones que debe mantener el ser humano con el orden
dado por Dios. A partir del Renacimiento la política adopta un enfoque básicamente
antropocéntrico. En el mundo moderno y contemporáneo surgen y conviven muchos
modelos, que van desde los totalitarismos (como el soviético) hasta los sistemas
democráticos participativos.
Filosofía política antigua
Idealismo utópico
Platón (427-347 a. C.) considera que el Estado y la sociedad son naturales, inevitables
y benéficos. La sociedad ideal es como una colmena armoniosa donde todos conocen
su función. Por ello, la justicia consistía en que cada uno haga lo que corresponde.
Platón defiende la aristocracia e imagina una sociedad clasista donde un círculo de
gobernantes natos regía a una masa de trabajadores sumisos. En su sociedad ideal no
existe la propiedad privada ni las familias para los gobernantes y guardianes.
Platón decía que las sociedades deberían tener una estructura tripartita de clases la cual
respondía a una estructura según el apetito, espíritu y razón del alma de cada individuo.
La sociedad ideal se debe considerar como un todo compuesto de tres partes en
correspondencia con las tres partes del alma. Estas partes son las tres grandes clases
sociales que reconoce Platón: el pueblo compuesto de comerciantes, artesanos y
agricultores, los guerreros (esto es, la clase militar) y los filósofos (que deben ser los
gobernantes de la ciudad-Estado).
1. Artesanos, comerciantes y labradores (los productores). Esta clase está
sometida a las otras dos clases para las que produce bienes materiales y, a cambio, recibe
47
educación y defensa. Su virtud es la templanza o moderación. Los trabajadores son
análogos a la parte del alma relacionada al “apetito” (tienen alma de bronce). Ellos
pueden mantener su propiedad y tener familias.
2. Guerreros o guardianes. Esta clase viene constituida por los militares
aventureros, fuertes, valientes los cuales formaban el carácterdel alma. Su tarea es la
defensa de la ciudad-Estado y del orden social y político establecido. Su virtud es la
fortaleza (tienen alma de plata).
3. Gobernantes o filósofos. Esta clase está compuesta por los más sabios: los
filósofos. Esta clase, al igual que la de los guerreros, no posee propiedades ni familia y
sus hijos son educados en comunidad. Para estos el poder político seuna carga más
que una tentación, pero por el bien de toda la sociedad sabrán ejecutarla. Estos
formaban la “razón” del alma. Su virtud es la sabiduría y la prudencia (tienen alma de
oro).
Platón describe a estos “reyes filósofos” como aquellos que aman ver la verdad esté
donde esté con los medios que se disponen y explica su idea con la analogía de un
capitán y su navío o un médico y su medicina. Navegar y curar no son prácticas que
todo el mundo esté calificado para hacerlas por naturaleza. Gran parte de La República
está dedicada a señalar el proceso educacional necesario para producir estos “filósofos
reyes” (Platón, 1992).
Critica a la democracia (para defender a la aristocracia) y la compara con una nave de
locos que ha caído en manos de su tripulación amotinada. En este hipotético escenario
el líder rebelde consigue que la tripulación encierre al capitán del barco para luego
prometer lo que todos quieren escuchar, sin embargo, ignora todo sobre navegación,
el barco naufraga y, finalmente, sus ocupantes perecen. En pocas palabras, la
democracia es el gobierno de los necios que prometen a los ignorantes lo que no pueden
cumplir y arrastran a todos al desastre. Esto es, el mal de la democracia consiste en dar
el poder al pueblo sin comprender que éste se comporta de forma irracional y solo
sigue sus pasiones. El pueblo es inestable y no reflexiona. Los políticos, para desgracia
de la población, saben cómo actuar para influir en la ciudadanía. Así, el pueblo, en
realidad, elige a sus gobernantes solo sobre la base de que sabe hablar (o cantar o bailar)
bien. Pero, actuar de esta forma es irresponsable. Para evitar este mal, Platón propone
un gobierno de filósofos y si no los hubiera se debería diseñar un sistema educativo que
los forme desde la infancia. Los problemas surgen cuando nadie se dedica a cumplir con
su función y así el panadero quiere ser chofer y el artista busca ser congresista.
En analogía con el alma, la virtud capital de la ciudad-Estado es la justicia, pues consiste
en el equilibrio y en la armonía entre las diferentes clases sociales las cuales deben
actuar según sus virtudes naturales. Los gobernantes deben mandar pues ellos saben y
las demás clases deben obedecerle. La idea es que cada parte debe desempeñar su
función propia. La injusticia (o corrupción) ocurre cuando se deteriora ese orden
natural básico. Es pues, la justicia la que rige y determina armónicamente la vida del
cuerpo político, que es la ciudad.
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Notemos cómo, para Platón, el conocimiento desemboca en un compromiso político
que su maestro Sócrates no supo entender y que desencadenó su muerte. Platón busca
no solo ser sabio sino realizar el bien y la justicia. De este modo, cuando salgamos de
la caverna que representa nuestra ignorancia, y conozcamos la luz de la verdad nuestro
deber es volver y enseñar dicho conocimiento a todos nuestros semejantes que aún se
encuentran viviendo bajo las sombras. Esto será aclarado cuando tratemos más adelante
sobre la alegoría de la caverna de Platón.
Naturalismo práctico
Aristóteles (384-322 a. C.) creía en la existencia de causas finales (teleológicas), es
decir, sostenía que todo ha sido creado para cumplir una función específica. Por ende,
el hombre solo será bueno cuando alcance su plenitud lo cual se logra cultivando la
razón. El buen ser humano es razonable y evita las conductas extremas (tratando de
llegar a un justo medio). Para Aristóteles (1988), el ser humano es un zoon politikon
(animal político) y se une en comunidad no por debilidad, sino por una inclinación
natural. Por ello, quien no puede vivir en comunidad (o no necesita nada de los demás)
es una bestia o un dios.
Para el Estagirita, las ciudades-Estado son comunidades bien organizadas que surgen de
un proceso natural que se inicia con la unión del hombre y la mujer formando las
familias, los cuales conforman municipios que, finalmente, derivan en comunidades.
Ya que todo tiene una finalidad, el Estado tiene como meta lograr la felicidad de la
gente pues el objetivo del legislador es dar las mejores leyes para permitir el bien
común. Debido a que la función del hombre es ejercitar su alma de manera racional, y
la un buen ser humano consiste en hacerlo de la mejor manera, los Estados más
excelentes deben alentar un espíritu colectivo de cooperación y respeto mutuo para así
lograr ser racionales y moderados. El individuo debe participar en la vida política como
todo ciudadano ya que a falta de expertos infalibles la política tiene que ser más activa.
Finalmente, para Aristóteles, la polis (la ciudad-Estado) tiene cuatro causas:
Causa
Definición
Causa formal
Su constitución o conjunto de leyes, la
cual define el cuerpo del gobierno, es
decir, los que detentan el poder.
Causa material
Son los ciudadanos, el territorio y los
recursos naturales de la polis, es decir,
sus cultivos, ganado, etc.
Causa eficiente
El gobernante o legislador pues él no
sólo la produce sino también, la
mantiene y la hace perdurar.
49
Causa final
Es la felicidad pues el objetivo del
legislador es dar las mejores leyes para
sus gobernados permitiendo así el
bienestar.
Aristóteles reconoce que el gobierno debe estar subordinado al consentimiento de los
gobernados. No cree que exista un Estado perfecto porque cada sociedad elige su forma
de gobierno propia. Las formas virtuosas de gobierno (monarquía, aristocracia,
república) pueden degenerar en formas viciosas (tiranía, oligarquía y democracia). Él
prefiere un gobierno republicano que se rige por una asamblea o senado donde solo los
mejores gobiernan (por lo general, los mayores en edad).
Para evitar el desbalance político de las clases Aristóteles recomienda que la mayoría
tenga una modesta fortuna. Opinó que ni los esclavos ni las mujeres son realmente
seres humanos pues no ejercían su naturaleza humana racional. Aristóteles considera
que los jóvenes son muy pasionales y desmesurados y, por ende, no deberían hacer
política porque echarían todo a perder haciendo una pésima gestión.
Filosofía política medieval
Teocracia católica
Para Tomás de Aquino (1225-74), el rey ha sido establecido por la divinidad y debe
rendirle cuentas al Papa, así como el Papa le rinde cuentas a Dios y de la misma manera
como el señor feudal debe rendirle cuentas al rey. El Papa tiene un poder espiritual y
también temporal porque es como un rey de reyes. Existen 4 tipos de leyes
jerarquizadas:
Ley
Definición
La ley eterna
Es la razón de Dios, la que gobierna al
mundo entero.
La ley divina
Es la revelación de Dios a los hombres
en forma de mandamientos y
manifestada en la Biblia.
La ley natural
Es la exigencia natural de hacer el bien y
evitar el mal para preservar la vida. Por
ejemplo, la reciprocidad exige cuidar al
que nos cuida.
La ley humana
Es el conjunto de normas jurídicas que
buscan el cumplimiento de la ley
natural. Aquí podemos mencionar a los
códigos penales y civiles.
50
Según Tomás de Aquino (1995), podemos rebelarnos ante los tiranos siempre que no
se cauce mayores daños que genera la misma tiranía al romper el equilibrio impuesto
por Dios al mundo y al no jugar el papel que Dios le ha asignado a cada uno.
Filosofía política renacentista
Realismo político
Nicolás Maquiavelo (1469-1527) nació en Florencia y es considerado el filósofo político
más importante de la etapa de transición entre la Edad Media y la Edad Moderna. A
diferencia del pensamiento político antiguo y medieval que se enfocó en cómo debe ser
el buen gobernante, Maquiavelo se enfocó en la experiencia política real para enseñar
de qué medios dispone el gobernante si quiere alcanzar sus fines al margen de si estos
son buenos o malos. Sus dos obras centrales son El Príncipe (Maquiavelo, 2003a) y
Discursos sobre la primera década de Tito Livio (Maquiavelo, 2003b). En la primera, da
cuenta de cómo se alcanza el poder, cómo se mantiene y cómo se pierde. Para esto
aborda las habilidades del príncipe (virtud) de aprovechar la coyuntura o las
circunstancias dadas (fortuna) para alcanzar el éxito al margen de las consideraciones
morales.
Maquiavelo busca la unidad y grandeza de Italia. Sus ideas se resumen en la frase “el fin
justifica los medios”. Según él, entre seres humanos nos entendemos de dos maneras:
por las buenas, civilizadamente, diplomáticamente (como gente) o por las malas (como
animales). El hombre no nace bueno ni malo, pero en sus acciones tiende a hacer el
mal. Dice Maquiavelo que los hombres olvidan más pronto la muerte del padre que la
pérdida del patrimonio. Esto significa que a los seres humanos más le importa el dinero
y las posesiones que las consideraciones morales.
Maquiavelo afirma que el medio principal para obtener y conservar el poder es el
engaño y para lograr esto se pueden cometer excesos. En esto consiste el arte de
gobernar. Por ello, el príncipe debe ser como la zorra pues con su astucia conoce las
trampas y como el león pues con su fuerza asusta a los lobos. Para Maquiavelo el
príncipe debe ser más temido que amado. Esto no significa que Maquiavelo avale la
corrupción. Más bien, sostiene que un gobernante debe saber ser un buen negociante
haciendo todo lo posible para beneficiar a su pueblo y a su país. Por ejemplo, puede
ejecutar cobros coactivos de las multas y las sanciones a las clases empresariales, elevar
los impuestos de las clases más ricas del país y rebajar los sueldos de los principales
funcionarios del gobierno para dar una imagen de desprendimiento con el fin de que la
ciudadanía pueda apoyar alguna de sus radicales propuestas. Por eso, cuando notemos
que un político se está acercando demasiado a la gente debemos aplicar la frase
maquiavélica: “piensa mal y acertaras”.
Para Maquiavelo, lo importante en política es ser eficaz antes que moral. Para él, la
política no es lo mismo que la moral (como en la antigüedad), ni es lo mismo que la
51
religión (como en la época medieval). La política es una ciencia que trata sobre cómo
tomar el poder y cómo conservarlo. Hay que distinguir entre la política utópica
(idealista) que plantea cómo debería ser una sociedad justa (por ejemplo, las propuestas
de Platón y Tomás Moro) y la política realista que expone tal como es la sociedad.
Maquiavelo es un realista político que intenta extraer reglas a partir de los hechos
políticos. Él analiza el acto político puro sin connotaciones trascendentes o morales.
Así, dicho acto será válido si resulta eficaz. De este modo, el que gobierna sería bueno
o justificable, si consigue garantizar la seguridad y el bienestar social.
Filosofía política moderna
Absolutismo monárquico
Según Thomas Hobbes (1588-1679), la sociedad y el gobierno no son naturales ni
impuestos por Dios, sino que son creaciones artificiales. Además, el hombre no es un
animal social que coopera con sus semejantes, sino que es un egoísta sicológico. Hobbes
(1994) fue el primero en formular los problemas característicos de la filosofía política
moderna, es decir, cómo el individuo entra en contacto con el Estado, mo surgen
los Estados, qué busca la política, etc. Pero también Hobbes era un materialista
determinista que intentó crear una ciencia mecánica del hombre, en la cual “la filosofía
civil” sería el equivalente político de la ciencia natural de Galileo. Contrario a la
revolución inglesa, Hobbes estaba a favor de un monarca fuerte y expresó su filosofía
política en el Leviatán.
En el estado de naturaleza, el hombre procura implacablemente sobrevivir a expensas
de los demás, en una guerra de todos contra todos: bellum omnium contra omnes. Esto
impide el arte, la literatura, la sociedad, por ende, el estado de naturaleza carece de
todo lo que brinda la sociedad. Lo evidente aquí es el egoísmo básico del hombre. De
acuerdo a Hobbes, el hombre es el lobo del hombre. Solo el hombre está al acecho de
otro esperando cualquier descuido. Así, el hombre busca que otras personas caigan en
desgracia para aprovechar cualquier oportunidad de quedarse con algún botín.
Pero también el hombre es un ser racional, y para contribuir a su supervivencia sigue
la ley natural, la cual exige buscar la paz y preservarla. Los hombres se dan cuenta de
que la guerra de todos contra todos es pura anarquía, y renuncian entonces a algunos
de sus derechos incorporándose a un contrato social. El ser humano, así, deviene en
ser social (dentro de un estado de civilización) en virtud de un acuerdo o pacto social
consistente en obedecer forzosamente a un soberano llamado Leviatán el cual es un
hombre artificial, un conglomerado interno en el que el soberano es la suma de todos
los individuos. El individuo es un componente del Estado. Y el Estado surge por el
temor de la sociedad a morir demasiado pronto en las garras de la anarquía.
Los individuos deben renunciar al derecho a gobernarse solos y, en cambio, autorizar
a un poder soberano a ejercer la potestad en esta sociedad egoísta, a actuar como una
52
suerte de legalidad ficticia que representa a todos y les impone un poder absoluto. Se
evita así futuros conflictos, pues la obediencia implica protección. En este estado de
civilización, Hobbes entendía que el gobernante tenía poderes absolutos, y los bditos
ningún derecho a rebelarse, pues eso quebraría el contrato social y sería ilógico. El
gobernante tiene poderes absolutos fundados en su carácter de monarca o
representante de la divinidad.
Como estas deducciones pretenden ser científicas, dice Hobbes que quebrantar
cualquier ley es un error, y que, por ende, no puede existir una ley injusta. Una ley
puede ser mala pero no injusta. En ese sentido, no debemos desobedecer las leyes, pues
eso conlleva a una sanción. Sin embargo, para Hobbes solo es válida la rebelión si el
soberano comete genocidios quebrantando así el derecho natural de autopreservación
y esto es comprensible pues no es aceptable que quien ocupa el poder para protegerte
termine atentando contra tu vida.
Contractualismo
Para Jean Jacques Rousseau (1712-78) en el estado de naturaleza, a diferencia de lo que
pensaba Hobbes o Maquiavelo, los humanos son primates inofensivos y aislados que
evitan dañarse entre (a esto se le conoce como la teoría del buen salvaje o noble
salvaje). Los llamados nobles salvajes son hombres íntegros, sanos, rectos, justos,
compasivos, sin industria, sin lenguaje, sin domicilio, sin guerra, sin sociedad y con
amor de sí. Gracias a este amor de tienen amor por la vida, por sobrevivir y buscan
convivir con los demás.
Para Rousseau (1996), la agricultura generó la idea de propiedad. Esta surgió cuando
alguien delimitó la tierra y dijo esto es mío y los demás le creyeron. Los terratenientes
comprendieron que deben legitimar y hacer respetar sus derechos de propiedad. Así,
surgieron los contratos políticos y sociales que se basan en el consentimiento de quienes
desean paz y seguridad. Pero, en realidad, se busca constituir gobiernos coactivos que
priven a la mayoría de su libertad. Así la civilización (es decir, el estado de civilización)
surge y si bien es más sofisticada, resulta más hipócrita y egoísta (surge el amor propio
y disminuye el amor de sí). En un estado civilizado el hombre es corrupto y vanidoso,
y no tiene libertad. Ni siquiera la cultura (la educación) lo salvará. Esto se resume en
la frase “el hombre nace bueno, pero la sociedad lo vuelve malo”.
Ante esto, debemos reaccionar organizándonos en una gran asamblea para renovar las
leyes de la sociedad. Alguna institución debe concentrar la autoridad soberana para
dictar leyes necesarias y velar por su cumplimiento. La voluntad general en esta
asamblea diseña las leyes del Estado colectivista que busca el beneficio de la
sociedad en su conjunto. Los ciudadanos deben obedecer la ley porque ellos mismos
las van a dictar en la asamblea y si bien no benefician a cada uno en particular
beneficia a la sociedad en su conjunto. Así, evitaremos el malogro del hombre con
53
un nuevo contrato social el cual es el acto de fundar una sociedad basada en la voluntad
general hacia el bien común. Otro camino es la educación y este se manifiesta en su
obra Emilio, o de la educación. Esta vía consiste en tratar de educar a los nuevos hombres
para que no caigan en el vicio de la propiedad privada y el amor propio. La nueva
educación deberá ser más intuitiva y vinculada a la naturaleza.
Racionalismo dialéctico
Según G. W. F. Hegel (1770-1831), Estado y sociedad son lo mismo. Esto significa
que el Estado es una continuación (una extensión) de la sociedad y, por ende, una
entidad ética con identidad propia. El hombre es un animal social y su ser viene
determinado por el vasto mundo de las relaciones cívicas. Así, el hombre naturalmente
se rige por leyes que luego el Estado cristaliza de forma escrita. El Estado es casi una
extensión de la familia pues exige una cuota de altruismo y solidaridad entre los
ciudadanos. El Estado es la consecuencia orgánica e inevitable de nuestra naturaleza
humana. El destino de los hombres se desarrolla solo dentro del Estado.
Para Hegel (1975), la libertad del hombre solo es posible dentro del Estado y este
Estado se encarga de controlar la irracionalidad humana. El Estado permite que los
hombres se dediquen a variadas actividades que les interesen, es decir, fomenta su
libertad. Esto no siempre ha sido así a lo largo de la historia. Antiguamente, en los
pueblos orientales solo uno era libre, a saber, el emperador (tesis). Luego, en las
sociedades griega y romana algunos ya eran libres, pero todavía había esclavos
(antítesis). Finalmente, en la modernidad, específicamente, en el mundo germánico la
idea es que todos sean libres de la mano del Estado (síntesis). Lo anterior ha sido un
caso de lo que se conoce como “dialéctica”, es decir, el método de análisis que consiste
en identificar las negaciones presentes en el desarrollo de la realidad. Para Hegel, la
realidad se desarrolla de modo dialéctico, esto es, empieza con una afirmación (tesis),
continúa con una negación (antítesis) y culmina con una negación de la negación
(síntesis).
Hegel afirma que la historia es el despliegue y la toma de consciencia del Espíritu
Absoluto. En La fenomenología del Espíritu Hegel habla de este Espíritu Absoluto
(manifestación de la razón) encarnado en la cultura de una sociedad (filosofía, arte y
religión). Para Hegel, habrá libertad definitiva cuando el Espíritu Absoluto de una
cultura se vuelva completamente racional. Así, habrá una sociedad unificada en la que
sus leyes e instituciones estén en armonía con su cultura. Esto significa que el Estado
no se impondrá a cada individuo, sino que se manifestará naturalmente para cada uno
de sus ciudadanos.
La historia del mundo, sangrienta y grotesca, es la narración progresiva y evolutiva del
Espíritu (conciencia humana colectiva), es un proceso racional, una progresión de la
razón impulsada por la confrontación pues los seres humanos siempre están en conflicto
54
de manera dialéctica. Esto no ocurre al azar, sino que viene motivado por la búsqueda
de la libertad. Mientras progresa la historia, nos hacemos más autoconscientes, por
ende, más racionales, por lo tanto, más libres. Una buena pregunta es si la historia
siempre seguirá dialécticamente su desarrollo mediante guerras sangrientas o si, más
bien, algún día la guerra se terminará. Los hegelianos de derecha afirman que la
dialéctica es eterna y, en ese sentido, la guerra no terminará jamás. En cambio, los
hegelianos de izquierda (entre los cuales se ubica Marx) sostienen que la dialéctica en
algún momento terminará y así, el ser humano vivirá una próspera paz mundial. Este
paraíso edénico, como se sabe, Marx lo denominó “comunismo”.
Marxismo
Para Karl Marx (1818-83), la realidad económica y las fuerzas materiales objetivas
determinan las ideas. En otras palabras, el ser social determina la conciencia social.
Los seres humanos son seres económicos que luchan por producir bienes materiales.
La estructura económica siempre rige la superestructura (fenómenos políticos,
religiosos y culturales). Ahora bien, la superestructura puede estar plagada de
ideología. La ideología sirve para someter a la clase social pobre. La mayor parte de la
gente sufre de falsa conciencia, acepta como naturales actitudes, valores y creencias
que benefician solo a una clase particular. Cada época es dominada por las ideas de la
clase gobernante. Por ejemplo, la idea de que protestar no sirve para nada es falsa a
todas luces pues los principales beneficios que ha logrado la clase obrera los han
conseguido mediante protestas colectivas.
Otro ejemplo lo podemos tomar desde el derecho. Según Marx (2011), el derecho (y
el Estado) es un instrumento de dominación de una clase sobre otra. Para él, el contrato
y el salario permiten que la explotación aparezca, engañosamente, como un conjunto
de relaciones libres e iguales. Desde el punto de vista de lo jurídico, los trabajadores y
los empresarios son libres (es decir, deciden vincularse o no por un contrato) e iguales
(pues el Derecho es para ambos el mismo). Sin embargo, desde el punto de vista de las
relaciones sociales las cosas suceden de una manera muy distinta. El empresario, en
cuanto parte que toma de verdad las decisiones, impone sus condiciones al trabajador,
que solo es libre de morirse de hambre (si no acepta el contrato) e igual al empresario
(solo porque ambos son humanos, pero sin los mismos privilegios).
La propiedad privada y el capitalismo son contrarios a la naturaleza e injustos y están
condenados a desaparecer. El capitalismo es una forma de actividad económica que
logró producir con éxito grandes cantidades de bienes materiales. Todo esto generó
que la mayor parte del poder económico y político se concentre en la burguesía. En
este sistema los obreros no son dueños de lo que producen ni dueños de su propia vida.
Una prueba de este desbalance entre obrero y burgués es la plusvalía. El salario oculta
el hecho de la plusvalía, es decir, crea la apariencia de que todo el trabajo desarrollado
por el trabajador es trabajo pagado. Así, la sociedad se reduce a un mercado desigual
55
controlado por el poder del Estado y diseñado por unos pocos ricos para someter a los
demás. El Estado es una conspiración destinada a generar capital.
Si el Estado es un instrumento de dominio de una clase sobre otra entonces el Estado
solo puede constituirse si existen clases desiguales. Así, el capitalismo se autodestruirá
porque la pobreza hará intenso el antagonismo social. La revolución proletaria llegará
y triunfará. Después de la revolución seguiría habiendo una clase dirigente con cierto
grado de autoridad, pero ya no senecesario el poder organizado de una clase para
anular a las demás. Los ciudadanos comunistas no tendrían propiedades, serían inmunes
a los anhelos materiales y no ignorarían los principios económicos de la sociedad. Así,
se vivirá en una sociedad racional sin pobreza, sin coacción del Estado, sin escasez. La
política dejaría de existir pues ya no tendría ninguna función. En el comunismo no
habrá propiedad privada, clases sociales, privilegios ni Estado.
Conclusiones
En este capítulo se ha afirmado que en la época antigua la política y la ética estaban
fuertemente ligadas. Por este motivo los planteamientos platónico y aristotélico asocian
ciudadanía con moral y acción política. En la época medieval se relacionó política con
religión. Esto fue sistematizado por Tomás de Aquino quien estableció las bases de una
teocracia católica. Maquiavelo (en pleno Renacimiento) fue el primero en considerar a
la política como algo desligado de la moral y de la religión. En la época moderna, la
política se logra aislar y se la estudia como un fenómeno especial. Hobbes desarrollaría
su idea de Leviatán para fortalecer la presencia del Estado. Rousseau criticaría la
sociedad civilizada que se ha corrompido por la propiedad privada, Hegel defendería el
Estado como aquello que nos permite ser libres y, finalmente, Marx atacó al Estado en
tanto instrumento de dominio de una clase sobre otra.
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Paradojas para pensar I
Las paradojas, desde un punto de vista coloquial, son expresiones que reúnen algún
tipo de contradicción. Por ejemplo, “Gracias a Dios, soy ateo” y “Está prohibido
prohibir” son oraciones cuyo significado alude a una especie de sinsentido. Sin embargo,
desde un punto de vista técnico, las paradojas son argumentos que, partiendo de
premisas aceptables y en base a métodos racionales admisibles, desembocan en una
conclusión inaceptable o sorprendente. Las paradojas son retos y acertijos que disponen
a la razón en actitud reflexiva. La lógica colapsa frente a las paradojas porque plantean
problemas que surgen aplicando las mismas reglas y principios que la lógica respalda.
Las paradojas son interesantes por mismas y, desde luego, pueden ser materia de
investigación en cualquier ámbito académico. De hecho, nosotros hemos desarrollado
tres tesis sobre paradojas, las mismas que exponemos brevemente, a continuación.
Nuestra tesis de licenciatura trató sobre la paradoja de Epiménides. Esta se plantea
del siguiente modo. Epiménides, el cretense, dijo “Todos los cretenses son
mentirosos”. Evidentemente, el análisis de esta paradoja revela un problema porque si
aceptamos que lo que dice Epiménides es verdadero, entonces, como él mismo es
cretense, es falso. Pero, no ocurre lo mismo si partimos de suponer que lo que dice
Epiménides es falso. Este fue nuestro tema para obtener la licenciatura (Mora, 2014).
La tesis de maestría se encargó de rastrear los orígenes de la paradoja de Russell.
La siguiente paradoja es una versión más sencilla que la original. En una ciudad dada,
el alcalde puede decidir vivir o no dentro de la misma. Pues bien, ocurre que, por un
decreto, se dispone que los alcaldes que no vivan en la ciudad que gobiernan deben
vivir en una ciudad aparte. Llamemos “City X” a esta ciudad reservada exclusivamente
para los alcaldes que no viven en la ciudad que gobiernan. Sucede que City X crece
tanto que, después de un tiempo, necesita su propio alcalde. La pregunta
desconcertante es: ¿el alcalde de City X debe vivir dentro o fuera de su ciudad? Por un
lado, si vive dentro de City X, entonces sería un alcalde que vive en su propia ciudad
y, por ende, no debería vivir dentro de City X porque ahí solo viven los que no viven
en su propia ciudad. Por otro lado, si vive fuera de City X, entonces sería un alcalde
que vive fuera de su propia ciudad y, por ende, debería vivir dentro de City X.
Nuevamente, tenemos una situación paradójica.
La forma más popular de esta paradoja se conoce como la del barbero. Un barbero dice
que su éxito se debe a que afeita solo a aquellos que no se afeitan a mismos y, por
supuesto, no afeita a los que ya se afeitan a mismos. La pregunta desconcertante es:
¿y el barbero? ¿se afeita o no a sí mismo? Si se afeita, entonces no se afeita pues él solo
afeita a los que no se afeitan. Y si no se afeita, entonces se afeita por el mismo motivo
anterior. Como sabemos la versión más seria de esta paradoja alude a la teoría de
conjuntos. (Mora, 2016)
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Finalmente, la tesis de doctorado se centró en conocer más a fondo a la paradoja de
Curry la que se plantea con esta expresión condicional: “Si lo que estoy diciendo es
verdad, entonces Quito es capital de Brasil”. En este caso, lo paradójico se muestra en
el hecho de que es posible demostrar usando reglas lógicas que “Quito es capital de
Brasil” o cualquier cosa (sea verdadera o falsa) que aparezca en el consecuente del
condicional entre comillas. (Mora, 2020)
En esta breve sección presentaremos algunas paradojas vinculadas con la ética y la
filosofía política. La siguiente paradoja de la tolerancia fue planteada por Popper:
Menos conocida es la paradoja de la tolerancia: La tolerancia ilimitada debe
conducir a la desaparición de la tolerancia. Si extendemos la tolerancia ilimitada
aun a aquellos que son intolerantes; si no nos hallamos preparados para defender
una sociedad tolerante contra las tropelías de los intolerantes, el resultado será
la destrucción de los tolerantes y, junto como ellos, de la tolerancia. Con este
planteamiento no queremos significar, por ejemplo, que siempre debamos
impedir la expresión de concepciones filosóficas intolerantes; mientras podamos
contrarrestarlas mediante argumentos racionales y mantenerlas en jaque ante la
opinión pública, su prohibición sería, por cierto, poco prudente. Pero debemos
reclamar el derecho de prohibirlas, si es necesario por la fuerza, pues bien puede
suceder que no estén destinadas a imponérsenos en el plano de los argumentos
racionales, sino que, por el contrario, comiencen por acusar a todo
razonamiento; así, pueden prohibir a sus adeptos, por ejemplo, que prestan
oídos a los razonamientos racionales, acusándolos de engañosos, y que les
enseñan a responder a los argumentos mediante el uso de los puños o las armas.
Deberemos reclamar entonces, en nombre de la tolerancia, el derecho a no
tolerar a los intolerantes. Deberemos exigir que todo movimiento que predique
la intolerancia quede al margen de la ley y que se considere criminal cualquier
incitación a la intolerancia y a la persecución, de la misma manera que en el caso
de la incitación al homicidio, al secuestro o al tráfico de esclavos. (Popper,
2017, p. 585)
Esta paradoja plantea el problema de la sobrevivencia de los que tienen una actitud
tolerante. ¿Deberíamos tolerarlo todo? Aparentemente, no porque no podemos tolerar
al intolerante si y solo si estos intolerantes se convierten en grupos violentos. Sin
embargo, esto es contradictorio pues implica que, después de todo, no somos tan
tolerantes.
La paradoja (o el dilema) del prisionero fue sugerida por Merril Flood (1951) y
Melvin Dresher (1950). Un policía atrapa a dos delincuentes Adrián y Benito, pero no
tiene pruebas suficientes para darles una gran sanción. Solo puede acusarlos de portar
armas de fuego ilegalmente y eso amerita un castigo de tan solo un año de prisión.
Entonces, el policía le hace la siguiente propuesta por separado a ambos reclusos que
están dispuestos en lugares diferentes, alejados y sin posibilidad de comunicarse.
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1) Si solamente Ud. confiesa y delata a su cómplice, Ud. saldrá libre y su cómplice
estará veinte años en prisión.
2) Si los dos confiesan a la vez tendrán ambos que cumplir una pena de cinco años.
La siguiente tabla de doble entrada resume todas las posibilidades.
Benito
Adrián
Confiesa
Guarda silencio
Confiesa
Adrián y Benito se
quedan 5 años presos.
Adrián sale libre y Benito
se queda 20 años preso.
Guarda silencio
Adrián se queda 20 años
preso y Benito sale
libre.
Adrián y Benito se quedan
1 año presos.
Ahora bien, Adrián razona que confiese o guarde silencio Benito, lo que le conviene es
confesar. Y lo mismo razona Benito, desde un punto de vista egoísta. Entonces, los dos
confiesan y terminan pagando cinco años de prisión. Sin embargo, esto es paradójico si
se considera que, si ellos hubieran cooperado entre ambos guardando silencio, tan solo
hubieran estado un año en prisión. ¿Cómo se explica esto? Curiosamente, esta paradoja
prueba que la actitud desprendida y altruista sería mejor guía que la puramente egoísta
y oportunista en la que se basan nuestros intercambios económicos.
La siguiente paradoja del extorsionador fue difundida por Paenza:
Suponga que usted y yo entramos en una habitación en donde un señor con un
maletín negro nos dice:
Vean, dentro de esta ‘valijita’ hay un millón de dólares en efectivo. Yo los voy
a dejar solos en la habitación para que piensen cómo distribuir el dinero entre
ustedes dos. Yo volveré en una hora. Si pasado ese tiempo, ustedes me dicen
que han llegado a una decisión de cómo habrán de repartirlo, voy a hacer la
distribución que ustedes me indiquen. En cambio, si no logran ponerse de
acuerdo, yo retiro la oferta y los dos se quedan sin nada. ¿De acuerdo? Ahora sí,
hago correr mi crometro. Tienen una hora para decidir qué van a hacer.
Naturalmente, si usted llegó hasta acá, después de haber leído el párrafo anterior
debe estar pensando que hay ‘algo’ que no entendió. Digo, ¿qué tiene de
intrigante la oferta del señor del maletín? Me imagino la confusión que usted
debe tener: ¿qué es lo que hay que decidir?, ¿qué estrategia hay que determinar?
¿O es que leí algo mal?
No, entendió bien, leyó bien. La única dificultad radica en que usted sospecha
(como lo hice yo e intuyo que cualquier persona a quien se le plantee la oferta
del ‘señor del maletín’) que la solución es decir: “Dividamos por dos el dinero:
vos te quedás con 500 mil dólares y yo también. No dejemos que se vaya el
señor. Llamémoslo rápido y digámosle que ya está todo decidido. No vale la
pena esperar una hora”. Sin embargo, hay algo que no estamos considerando.
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Supongamos que usted me dijera: “Adrián, todo bien, pero yo me voy a quedar
con 900 mil dólares
y vos quedate con los 100 mil restantes”.
Es muy probable que yo la/lo mire con estupor, pensando que es una broma.
Sonreiría y esperaría que usted abandonara esa cara tan seria y se riera junto
conmigo. Pero bien podría pasar que eso no ocurriera… y aún peor. Imagínese
a usted misma/o diciéndome: “Mirá, aceptá rápido lo que te ofrecí porque no
quiero tener que esperar por tu respuesta. Más aún: si no me decís que aceptás
lo que te propuse, estoy dispuesta/o a darte solamente 10 mil y yo quedarme
con los restantes 990 mil. Decime que sí rápido y terminamos el debate. Si no,
cuando vuelva le decimos que no nos pusimos de acuerdo y los dos salimos de
la habitación como entramos: con ‘cero’ dólares cada uno”. (Paenza, 2019, pp.
94-96)
Esta paradoja plantea la cuestión de hasta donde podemos llegar para lograr nuestros
objetivos egoístas. ¿Debemos manipular los intereses de los demás a tal punto de
condicionarlos para que se cumplan únicamente nuestros intereses? Es decir, sabiendo
que el otro necesita dinero, ¿puedo presionarlo para que se adecúe a mis condiciones
bajo amenaza de no recibir nada si es que no se deja someter?
Terminaremos esta sección explicando la paradoja de Newcomb, la cual es
presentada por Clark:
Tienes delante dos cajas: una transparente que contiene 10.000 y otra opaca
que contiene 1.000.000 € o nada. Puedes elegir entre la caja opaca sola y elegir
las dos. Un pronosticador con un alto porcentaje de aciertos ha predicho si vas
a elegir las dos cajas o solo una. Si ha predicho que ibas a elegir solo la opaca,
entonces ha puesto un millón dentro y, si ha predicho que las dos, entonces ha
dejado vacía la opaca.
Todo esto lo sabes. ¿Deberías coger las dos o solo la opaca?
(…)
A simple vista, parece como si nos estuvieran ofreciendo la oportunidad de
enriquecernos fácilmente. La tentación es coger la caja opaca para ganar el
millón. Si seguimos el principio de maximización de la utilidad, eso es lo que
haríamos, dado que, en ese caso, ¿no habrá previsto el pronosticador nuestra
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elección y colocado el millón en la caja? De la otra opción alternativa, elegir las
dos cajas, solo esperamos obtener 10.000 euros.
Pero hay un poderoso argumento en contra de esta estrategia. El pronosticador
habrá hecho ya su predicción y decidido sobre el contenido de la caja. Lo que
hagamos no influye: no podemos cambiar el pasado. Si escogemos las dos cajas,
ganaremos 10.000 € más que si solo escogemos la caja opaca, y esto es así tanto
si está vacía como si contiene el millón. Si resultase que está vacía, escogiéndola
solo a ella no ganamos nada, mientras que, cogiendo las dos, 1.010.000 €. En
cualquier caso, estos últimos ganan más. La opción de las dos cajas se dice que
se “impone” sobre la opción de una sola. (Clark, 2009, pp. 167-168)
En el caso de esta paradoja, la cuestión es que no está clara cuál de las dos opciones se
deben tomar. Parece que solo debemos coger la del millón, pero, por otro lado, no
estaría mal ser precavidos y coger ambas cajas. Veamos un cuadro de doble entrada.
Pronóstico
Acción mía
“Tomarás las dos cajas”
“Tomarás solo la segunda
caja”
Tomo las dos cajas
Ganas 10.000 €
Ganas 1.010.000 €
Tomo solo la segunda
caja
Te quedas con 0
Ganas 1.000.000 €
Si cogemos las dos cajas, en el peor de los casos solo tendremos 10.000 €, pero en el
mejor, si el pronóstico falla, ganaremos 1.010.000 €. Es decir, siempre ganamos algo
bajo esta opción. Sin embargo, podemos pensar que, precisamente, esto es lo que el
pronosticador quiere que razonemos. Por ende, él habrá predicho que tomaremos las
dos cajas y anticipadamente habrá vaciado la segunda caja. Por ende, si escogemos las
dos cajas solo nos llevaremos 10.000 €. Por otro lado, pensamos que lo conveniente
sería tomar la segunda caja pues si el pronosticador quiere que pensemos que él ha
vaciado la segunda caja puede ser que esto no sea así y, por ende, en realidad, el
pronosticador podría haber predicho que solo tomaremos la segunda caja. De este
modo, si tomamos la segunda caja, ganaremos 1.000.000 €. Sin embargo, también es
cierto que podríamos quedarnos con 0 €.
Al respecto de esta paradoja, Nozick afirmó que todos coinciden en que su solución es
fácil, pero la mitad apoya una opción y la otra parte apoya la otra opción. Y además
ambos bandos afirman que los que escogieron la otra opción están errados. Esta
paradoja además representa una crítica a la libertad. La cuestión es si podemos afirmar
que elegimos libremente cuando elegimos en función del resultado esperado. Y si nos
dejamos llevar por los resultados ¿podemos decir que somos libres? ¿no estaremos
siendo manipulados por esos mismos resultados esperados?
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Primera evaluación
1. Indique cuáles son los dos objetivos de la filosofía política
A) Definir conceptos políticos.
B) Valorar creencias políticas.
C) Asesorar a los gobernantes.
D) Hacer activismo político.
E) A y B son opciones correctas.
2. Señale la opción correcta sobre los valores morales:
A) Dignidad alude al máximo respeto entre seres humanos.
B) Solidaridad alude a la capacidad humana de tener decisión propia.
C) Libertad alude a que exista equidad universal entre seres humanos.
D) Justicia alude a que exista ayuda mutua entre seres humanos.
E) Ninguna otra opción es la correcta.
3. Señale las opciones correctas sobre la historia de la filosofía política:
A) Para Hegel, la libertad humana solo es concebible dentro del Estado.
B) Según Rousseau, los hombres del estado civilizado son corruptos y vanidosos.
C) De acuerdo a Hobbes, la obediencia al Leviatán implica gozar de protección.
D) A, B y C son las opciones correctas.
E) Ninguna otra opción es correcta.
4. Señale qué conceptos estudia la filosofía política.
A) Persona moral y vida buena.
B) Comunidad, sociedad y Estado.
C) Ciencia, método y filosofía.
D) Individuo y belleza.
E) Organizaciones sin fines de lucro.
5. Platón, según el relato del “barco de locos”, rechaza la democracia porque
A) apoya los regímenes totalitarios.
B) es promovida por los grupos de poder.
C) es un gobierno de gente necia e ignorante.
D) prefiere las tiranías griegas antiguas.
E) es el justo medio entre dos extremos.
6. Señale lo incorrecto según la concepción política de Maquiavelo.
A) La política trata sobre cómo tomar el poder y cómo conservarlo
B) La política debe tener en cuenta ideas teológicas y morales.
C) Lo importante en política es ser eficaz antes que moral.
D) El gobernante debe ser como la zorra y como el león.
E) Sus ideas se resumen en la frase “el fin justifica los medios”.
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7. Indique qué idea está asociada al pensamiento de Marx.
A) La armonía entre las clases es el motor de la historia.
B) Los esclavos son esclavos por naturaleza.
C) La última etapa de la historia es el capitalismo.
D) En el capitalismo, los hombres son iguales, pero no libres.
E) En el capitalismo, los hombres son libres, pero no iguales.
8. Señale la relación entre normal moral y valor moral
A) Son incompatibles entre sí.
B) La norma moral fundamenta al valor moral.
C) El valor moral fundamenta a la norma moral.
D) El valor social fundamenta a la moral.
E) Ninguna otra opción es la correcta.
9. La persona moral es responsable porque
A) solo posee libertad para actuar bien.
B) no posee ni conciencia ni libertad.
C) posee conciencia, pero no libertad.
D) no posee conciencia, pero sí libertad
.
E) posee conciencia y libertad.
10. ¿Cómo se entiende a la moral en la práctica?
A) Como conjunto de actos morales.
B) Como sistema de creencias teóricas.
C) Como ciencia empírica psicológica.
D) Como voluntariado contra la opresión.
E) Todas las opciones anteriores son correctas.
11. Indique la opción correcta sobre la ética.
A) La bondad o maldad de las acciones es el objetivo de la ética.
B) La valoración o prescripción es el ámbito de realidad de la ética.
C) La mejor manera de vivir es el método de la ética.
D) Todas las opciones anteriores son correctas.
E) Ninguna de las opciones anteriores son correctas.
12. Señale la diferencia entre ética y moral considerando que una alude a la disciplina
filosófica y otra alude al tema de estudio.
A) Es estrictamente lo mismo, no hay diferencias.
B) La ética es la reflexión sobre la moral.
C) La moral es la negación absoluta de la ética.
D) Ninguna opción anterior es la correcta.
E) B y C son correctas.
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13. Señale lo correcto sobre la ética:
A) Una fatalidad es un evento que tiene responsables directos.
B) Una injusticia es un acontecimiento sobre el cual nadie es responsable.
C) Ejemplos de injusticias son terremotos, huaycos y otros desastres naturales.
D) La conciencia moral ha evolucionado a lo largo de la historia humana.
E) Todas las anteriores son opciones correctas.
14. Señale lo correcto sobre las dimensiones teórica y práctica de la moral.
A) La dimensión teórica alude a las creencias morales de una persona.
B) La dimensión práctica alude a la conducta concreta de una persona.
C) Nunca ocurre que alguien piense de una manera y actúe de otra.
D) Las opciones A y B son correctas.
E) Ninguna de las anteriores opciones son correctas.
15. ¿Qué propone el neoliberalismo?
A) Estado mínimo y desregulación del mercado.
B) Control total del mercado por parte del Estado.
C) Reforzar la libre competencia empresarial.
D) Apoyar al 100% la planificación estatal de la economía.
E) A y C son las opciones correctas.
16. ¿De qué pregunta se ocupa la filosofía política?
A) ¿Cuál es el fundamento de la realidad en general?
B) ¿Podemos conocerlo todo de modo seguro?
C) ¿Cuál es la mejor forma de gobierno?
D) ¿En qué momento se jodió el Perú?
E) Todas las anteriores son opciones correctas.
17. ¿Qué significa afirmar, como Thatcher, que la sociedad no existe?
A) Que los individuos no deben ceder frente a supuestas presiones sociales.
B) Que el comunismo tiene toda la razón y debemos abandonar el individualismo.
C) Que la revolución socialista está cerca y es necesario consolidarla.
D) Que nuestros impuestos deben ser utilizados para favorecer a los más pobres.
E) B y C son opciones correctas.
18. El Joker (en tanto sufre de problemas mentales) es una persona amoral y, por ende,
irresponsable porque
A) posee libertad para actuar incorrectamente y, así, siempre es malo.
B) posee conciencia, pero no libertad debido a su enfermedad.
C) no posee conciencia, es decir, no distingue el bien del mal.
D) posee conciencia y libertad plenas pues es un ser racional.
E) no posee ni conciencia ni libertad ya que actúa como un animal.
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19. El cinismo clásico se caracteriza por
A) rechazar las convenciones sociales.
B) aceptar el destino tal cual es.
C) buscar el placer que procure tranquilidad.
D) negar que podamos alcanzar la verdad.
E) impulsar el desarrollo teórico de la física.
20. ¿Cuáles son los objetivos de la moral?
A) Regular la conducta humana.
B) Permitir la cohesión y la convivencia.
C) Formar la conciencia.
D) Procurar la felicidad.
E) Todas las anteriores opciones son correctas.
Solucionario
1. E, 2. A, 3. D, 4. B, 5. C, 6. B, 7. E, 8. C, 9. E, 10. A, 11. A, 12. B, 13. D, 14. D,
15. E, 16. C, 17. A, 18. C, 19. A, 20. E
65
SEGUNDA UNIDAD
Capítulo 5.
Las éticas de Sócrates y Platón.
La filosofía de Sócrates
Sócrates fue un filósofo que buscaba la verdad. Incluso cuando el Oráculo Délfico le
dijo que él era el más sabio, él mismo intentó poner a prueba esa afirmación. Se le
atribuyen las frases: Solo sé que nada o Aquello que no , no pienso que lo .
Por lo cual, se deduce que él no sabía. Esto explica el que no cobre y, desde luego, el
que no escriba. Por este motivo, no hay obra registrada que haya sido escrita por él.
Esto supone una ventaja para Sócrates. Él puede darse el lujo de escoger a sus propios
discípulos. En cambio, si cobrara no podría seleccionarlos pues tendría la obligación de
enseñarles (aunque no estuviesen bien dispuestos) debido a que hay, de por medio,
dinero.
A nivel político, Sócrates cuestionaba la democracia. Este conflicto entre filosofía y
democracia es muy interesante. Por un lado, la democracia permite que el ser humano
actúe con libertad y esa misma libertad puede ser usada para hacer filosofía. Por otro
lado, la filosofía lo cuestiona todo y, por ende, también debe cuestionar a la misma
democracia. El cuestionamiento socrático consistía en afirmar que las personas no
deben simplemente participar en la elección sin tener una buena educación primero.
El riesgo de este sistema es que se puede convertir en una demagogia cuando los
políticos prometen cosas solo para agradar al pueblo y sin explicar cómo o qué
consecuencias trae ello. Por ejemplo, si debaten un médico y un pastelero para
presidente, es posible que el pueblo elija al pastelero si este les promete pasteles todos
los días, aunque esto no les haga bien. El médico perdería porque la masa ignorante
verá con malos ojos que alguien no permita que coman todos los pasteles que quieran.
En ese sentido, el cuestionamiento de Sócrates hacia la democracia se debía a que esta
supone que cualquier persona tiene la capacidad de juzgar quien es apto para gobernar
un país. Esto tiene el riesgo de caer en la demagogia, es decir, el empleo de halagos,
falsas promesas que son populares pero difíciles de cumplir y otros procedimientos
similares para convencer al pueblo y así convertirlo en instrumento de la propia
ambición política. Además, Sócrates se negaba a aceptar el que una opinión pueda ser
verdadera por el solo hecho de que sea defendida por la mayoría. Este último caso
constituye la falacia ad populum.
A este ateniense se le considera el paradigma de filósofo, sobre todo a raíz de su trágica
muerte a causa de la cicuta que fue obligado a beber. De hecho, decía que no le temía
a la muerte pues no es correcto temerle a lo desconocido. Él asum que la virtud está
en la propia alma y que esta no es susceptible de enseñarse al modo de los sofistas pues
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solo se consigue en una búsqueda interior de la persona. Lo importante ante todo es
saber si un argumento tiene lógica y es razonable. Así, la virtud inicia con el saber,
perfecciona el alma y dirige bien los valores mundanos y corporales. Debemos cuidar
del alma pues ello nos permite cultivar virtudes, lo cual, a su vez, nos permite cosechar
riquezas. De ahí que sostenga que es importante que nos conozcamos bien a nosotros
mismos: “Una vida sin examen no es digna de ser vivida”. (Reale y Antiseri, 1995)
Procedimiento socrático
El conocido método socrático tiene dos momentos. El primero es un momento
negativo y se denomina “ironía” pues consiste en mostrarle su ignorancia a alguien que
cree saber algo concreto. Es un momento lleno de argumentación y refutación. El
segundo es un momento positivo y recibe el nombre de “mayéutica”. Este momento se
caracteriza por provocar el alumbramiento de las ideas en aquel que está queriendo
buscar la verdad. El guía orienta al interesado mediante preguntas dirigidas diseñadas
para encontrar la respuesta que él mismo está buscando.
Para entender este método partamos por pensar en ideas normalmente tenidas por
verdaderas, por ejemplo:
1a. Los mejores empleos son los mejor pagados.
2b. El matrimonio trae la felicidad.
Ahora, busquemos excepciones.
1a’. ¿Puede alguien tener un buen sueldo, pero no estar satisfecho con su empleo?
2b’. ¿Puede alguien casarse y ser infeliz?
Este momento es la ironía pues estamos ante refutaciones. Ahora bien, si hay
excepciones, la idea es imprecisa y, por ende, debemos pensar en una nueva idea más
precisa.
1a’’. Es posible ser infeliz en un empleo bien pagado si, creativamente, no nos satisface.
2b’’. Es posible ser infeliz en un matrimonio si se escoge mal al cónyuge.
Busquemos pensar de nuevo la idea hasta abarcar todas sus imprecisiones. La verdad se
encuentra al arribar a una idea imposible de contener contradicción. Este momento
sería la mayéutica pues se buscaría llegar a una verdad pura.
Ética intelectualista
A Sócrates no le pagaban por sus pláticas pues la virtud no necesita de dinero para
manifestarse. Para él, el diálogo era una búsqueda en común en la que colaboran ambos
participantes en una aventura dialéctica. La base de sus enseñanzas fue la creencia en
una comprensión objetiva, a través de la ironía y la mayéutica, de los conceptos de
justicia, amor y virtud, entre otros (esto se conoce como universalismo).
La razón de ser de su accionar era el descubrir aquel conocimiento que sirviera para
vivir bien, es decir, para determinar los verdaderos valores a realizar en la vida humana.
En este sentido a la ética propuesta por Sócrates se le denomina intelectualista: el
67
conocimiento se busca estrictamente como un medio para la acción. De modo que, si
conociéramos lo bueno, no podríamos dejar de actuar conforme a esto; la falta de
virtud en nuestras acciones será identificada pues con la ignorancia, y la virtud con el
saber. Por ello, “es mejor recibir una injusticia antes que cometerlapues el que comete
una injusticia puede ser considerado un ignorante que no sabe lo que hace, en cambio,
el que la recibe es una víctima de la ignorancia del otro. Así, para Sócrates, el mal es
involuntario y quien actúa mal es víctima de la ignorancia.
Un ejemplo será más que necesario. Imaginemos que una persona encuentra una lap
top abandonada en un parque a plena vista y paciencia de todos. Nadie reclama el
aparato y uno lo necesita para poder entregar sus trabajos. Entonces, dicha persona se
lo lleva a su casa pensando que ha encontrado con mucha buena suerte un objeto valioso
en la calle. Esa persona actúa bajo la idea de que ha cometido un acto inocente. Sin
embargo, si más tarde escucha el ruido de las sirenas y ve las típicas luces rojas y azules
de los policías y, además, a su puerta tocan los agentes de la ley, esta persona comenzará
a sentirse mal, pues creerá que lo están buscando para preguntarle por la lap top
desaparecida. Lo que sucedió fue que esta persona no sabía que lo que estaba haciendo,
a saber, llevarse cosas que no son suyas, era algo malo, algo incorrecto. Por ese motivo,
se siente con miedo y preocupado con la llegada del policía. Sin embargo, ahora que
sabe que realizar ese tipo de actos es malo, entonces, según Sócrates, debería actuar en
coherencia y, por ende, ya no hacerlo.
La felicidad es producto de un alma ordenada y armoniosa. Afirmaba Sócrates: Solo
hay un bien, que es la sabiduría, y solo hay un mal, que es la ignorancia”. La felicidad
no se logra con las cuestiones materiales sino con el desarrollo intelectual del saber.
Idealismo objetivo de Platón
Platón nació en Atenas en el seno de una familia aristocrática y noble, emparentada con
algunos gobernantes de la ciudad y familias más antiguas y nobles de la misma. Su
verdadero nombre era Aristocles y fue apodado Platón debido, según algunos, a sus
grandes espaldas, o la amplitud de su estilo o la anchura de su frente. Él fundó la
Academia que fue el prototipo de todas las universidades futuras. Las materias básicas
eran aritmética, geometría, astronomía y armonía sonora.
Dualismo ontológico
La metafísica de Platón (1992) divide al mundo en dos distintos aspectos; el mundo
inteligible (el mundo del auténtico ser), y el mundo que vemos alrededor nuestro en
forma perceptiva (el mundo sensible de la mera apariencia). El mundo perceptible
consiste en una copia de las formas inteligibles o Ideas. Estas formas (o ideas) no
cambian y sólo son comprensibles a través del intelecto o entendimiento, es decir, la
capacidad de pensar las cosas abstrayéndolas de cómo se nos dan a los sentidos.
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Por ejemplo, para Platón la palabra “caballo” no se refería a un caballo en particular
sino a cualquiera. De alguna manera existe un caballo ideal fuera del espacio y del
tiempo. La idea es real, lo particular es solo aparente. Expliquemos detalladamente
este asunto. Para Platón, existe un caballo-idea que es como una base o fundamento
para los demás caballos del mundo sensible. Este caballo-idea forma parte del mundo
de las ideas y los caballos-cosas participan de él, por esta razón, guardan semejanza
entre sí. Las ideas y las cosas son distintas. Las ideas son únicas, inmutables, inmortales,
incorruptibles, perfectas y eternas. En cambio, las cosas son múltiples, mutables,
mortales, corruptibles, imperfectas y efímeras.
Alegoría de la caverna
De acuerdo a este mito que aparece en La República, imaginemos que existe una caverna
en la que varios hombres están prisioneros desde que tuvieron razón. Se alimentan,
saben hablar, pero no pueden salir de la cueva ni mirar hacia la entrada porque sus
cuerpos y cabezas están encadenados.
Estos hombres aprenden observando los reflejos de las sombras que, gracias a una
fogata, se proyectan en un muro por encima del cual pasan los reflejos de las personas
y las cosas.
Supongamos que, de pronto, uno de los presos se libera de las cadenas y logra salir al
exterior. Verá todo muy iluminado y comparará el sol con la fogata de la cueva.
Después, descubriría el modo en qué supuestamente aprendía con las sombras en la
cueva. Se dará cuenta de la situación en la que aún viven los de la cueva y los buscará
para ayudarlos a salir del estado de confusión inconsciente en el que aún se encuentran.
Sin embargo, el individuo que salió de la caverna será tomado por un orate cuando
intente explicarles lo que ha visto al abandonar sus antiguas creencias. Las personas de
la caverna habrán desarrollado tal apego y aprecio por la forma de vida que llevan que,
antes de escucharlo, preferirán ignorarlo, o peor aún, planearán matarlo tal y como
sucedió con el viejo Sócrates. No obstante, el tratar de rescatar de la ignorancia a los
demás es el deber más urgente para el filósofo platónico.
Mito del carro alado
Este mito aparece en el Fedro. Según Platón, nuestra alma inmortal estuvo en el mundo
de las ideas, pero al desplazarse de un lado a otro se tropezó y cayó a este mundo
sensible. Así, se vio sometida al cuerpo (dentro del cual se encuentra como si fuera una
prisionera, es más, Platón afirmará que el cuerpo es la cárcel del alma) y estuvo
reencarnando durante varias generaciones. Sólo cuando logre llevar una vida filosófica,
de acuerdo a Platón, esta alma se liberará del cuerpo y de las reencarnaciones y volverá
a su tierra natal, es decir, el mundo de ideas. En este sentido, para orientar a sus
seguidores acerca de cómo se debería vivir, él pide que nos imaginemos que nuestra
alma es como el cochero de un carro alado que dispone de dos caballos: uno negro y
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otro blanco. Cada uno de estos elementos representa una parte del alma, el cochero es
la parte racional, el caballo negro es la parte concupiscible y el caballo blanco es la parte
irascible. A continuación, Platón nos describe las partes del alma:
Parte del alma
Explicación
La parte sensual (alma
concupiscible)
Está relacionada con los instintos
sexuales y los placeres sensuales. A esta
parte del alma le corresponde una virtud
gracias a la cual es refrenada. Dicha
virtud es la moderación o la templanza.
La parte afectiva (alma irascible)
Esta parte es la relativa a la sensibilidad
(sentimientos), y le corresponde la
virtud de la fortaleza.
La parte intelectual (alma
racional)
Esta parte se ocupa del pensamiento y la
reflexión. Precisamente por esta parte el
alma entra nuevamente en contacto con
el mundo de las ideas. Su virtud es la
sabiduría o la prudencia.
La pregunta que Platón nos hace es la siguiente: ¿Cómo debería organizarse el alma de
una persona que quiere vivir correctamente, es decir, con justicia? ¿Quién debe guiar
a quién en la metáfora del cochero y sus dos caballos? Analicemos esto. Una persona
que se deja gobernar por su parte concupiscente será una persona con altos deseos
carnales y con mucha lujuria. Esto podría llevarlo a malos entendidos que podría evitar,
por ejemplo, coquetear con personas que tienen pareja. En ese sentido, la virtud que
podrá mejorar esa parte es la de la templanza, es decir, la moderación en el ámbito de
los deseos.
Una persona que se deja controlar por su parte irascible se ofuscará por cualquier
sospecha de ofensa. Del mismo modo, podría malinterpretar las palabras de quien para
llamar su atención le dijera: “Amigo, ¿podría decirme dónde queda esta calle?”. Alguien
irascible podría reclamar el hecho de que lo llame amigo sin siquiera conocerlo. A
esta parte del alma se le recomienda la virtud de la fortaleza para que resista cuando
esté a punto de dejarse llevar por la furia o por la pena.
Finalmente, una persona correcta se dejará gobernar por su parte racional y sabrá darle
su lugar a cada hecho que le ocurra en su vida. En ese sentido, el cochero es el que debe
tomar el control del carro alado. La coordinación de estas tres partes le corresponde a
una cuarta virtud que es la justicia. Esta se entiende como armonía entre las partes en
las que cada una cumple con su respectiva función. Gracias a esta virtud, la parte que
debe mandar, manda y la que debe obedecer, obedece.
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Teoría platónica del amor
¿Qué es el amor? En El Banquete, Platón nos habla sobre el amor. En este diálogo
aparece el comediante Aristófanes quien sostiene que el amor es la búsqueda de nuestra
otra mitad. Por eso cuando los enamorados se encuentran quieren estar todo el día
juntos porque sienten que sin el otro están incompletos. Sócrates, en este diálogo,
rechaza tal teoría y explica el amor de otro modo. Hay tres grados de amor en las
personas. En primer lugar, se aman los cuerpos, la carne, el recipiente. Este amor es
muy común, muy básico y natural, pero no es el verdadero amor. En segundo lugar,
se aman las almas. En este sentido, se ama la mente de la otra persona, sus
pensamientos, sus pasiones. Este amor es mejor que el anterior pero no es lo
suficientemente bueno para Sócrates, básicamente porque genera individualismo, es
decir, los amantes (dentro de este tipo de amor) solo se querrán uno al otro y dejarán
a los demás de lado. En tercer lugar, se aman las ideas. Este es el verdadero amor
platónico.
El amor platónico no consiste en amar a Scarlett Johansson porque ella es nuestra
“crush”, porque ella es nuestra “viuda negra” y es famosa y encima nunca volteará a
mirarnos. No, el amor platónico no es el amor imposible. Esa es una idea equivocada.
El amor platónico está vinculado al amor por la sabiduría, la verdad y el bien. El amor
platónico va de la mano con la belleza del alma y, en ese sentido, no consiste en amar
obsesivamente a alguien en particular. Para conocer la esencia de las cosas y la verdad
necesitamos ejercitar el diálogo y la razón y esto se consigue mejor con varias personas,
es decir, en comunidad.
El amor platónico es el amor entre amigos y familiares, es el amor desinteresado, es el
amor que no pone condiciones, que no se fija en posesiones y que solo disfruta de la
buena compañía que fomente el libre pensamiento. Amar platónicamente significa
querer a alguien porque refleja la virtud, porque lleva una vida orientada hacia la
verdadera belleza que tiene que ver con la justicia. Amar platónicamente significa amar
las ideas, es decir, más allá de los cuerpos y las mentes humanas, amar platónicamente
es buscar siempre aquellas ideas por las cuales entendemos qué es lo bueno, lo correcto
y lo mejor. Y esto se expresa de modo mucho más elevado en el cultivo de la filosofía.
Conclusiones
En este capítulo hemos afirmado lo siguiente. El método socrático consta de dos fases:
ironía y mayéutica. Esta segunda fase se caracteriza por el alumbramiento de la verdad
por parte del interrogado. Sócrates consideraba que, si la personas conocen, entonces
actuarán en coherencia con su sabiduría. A esta posición se le conoce como
intelectualismo moral. Ahora bien, Platón fue discípulo de Sócrates y mediante su
alegoría de la caverna fundamentó su dualismo ontológico. Además, en el mito del
carro alado defendió su idea de que el alma tiene tres partes. Finalmente, el amor
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platónico es un concepto que involucra un trato amable con los demás siempre en
búsqueda de la verdad, la belleza y, sobre todo, el bien.
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Capítulo 6.
Los sofistas, Protágoras y el relativismo.
Preliminares.
En el siglo V a. C. la vida cultural griega se había desplazado hacia Atenas. En esta
ciudad se desarrollaba una forma democrática de gobierno. La recién fundada
democracia confería a los ciudadanos el poder para dar su opinión en los asuntos
públicos. Así, los ciudadanos atenienses pronto descubrieron que manejar la capacidad
de persuadir a sus compañeros en la asamblea o ante un tribunal judicial constituía una
gran ventaja política. Entonces, para adquirir y perfeccionar estas habilidades recurrían
a maestros ambulantes de oratoria y retórica. Estos maestros fueron los llamados
sofistas, palabra que deriva del griego σοφία (sabiduría), y que significa sabio (en
griego σοφός). En este sentido, los sofistas eran sabios en contraposición a los
filósofos que dicen no ser sabios sino, más bien, buscar el saber. En la Grecia clásica,
sofista era quien hacía profesión de enseñar la sabiduría y de cobrar por ello. Los más
destacados miembros de la sofística fueron: Protágoras, Gorgias, Pródico, Hipias,
Critias, Antifonte, Trasímaco, Calices y Glaucón, entre otros.
A diferencia de Platón y Aristóteles para quienes el conocimiento político solo era
accesible a personas privilegiadas intelectualmente (aristócratas), para los sofistas
cualquiera (con tal que pague) puede acceder a ese tipo de saber. Asimismo, de la
política no pueden elaborarse leyes universales que sean necesarias como ocurre con
las leyes de la naturaleza. El conocimiento político, para los sofistas, depende de las
circunstancias y de las convenciones que rigen en las diferentes ciudades-Estado.
Además, la virtud política que decían enseñar consistía en el dominio de las palabras
para así ser capaz de persuadir a otros y, de este modo, tener éxito social.
Los sofistas enseñaron gramática, retórica, didáctica, pedagogía, mnemotecnia,
oratoria, etc. Defendían la democracia pues esta permitía que todos (tanto libres como
esclavos) accedieran a la educación pública obligatoria con el fin de mejorarse uno
mismo y esto fundamentaba una cierta idea de progreso. Los sofistas sabían mo a
cada argumento esgrimirle otro en contra y, a cambio de dinero, enseñaban cómo ser
exitoso. Sin embargo, en este caso no hay que entender la expresión “exitoso” como
sinónimo de la expresión “ser bueno o ser virtuoso”. Para los sofistas “alcanzar el éxito”
significaba “lograr ser rico y famoso”. Los sofistas, que podían recibir una paga generosa
a cambio de sus servicios, solían utilizar sus habilidades lingüísticas para defender
cualquier posición que se les propusiera sin importar lo absurda o nefasta que pareciera.
Por eso se dice que en esta época surgen aquellas habilidades que más adelante sabrán
usar los abogados. (Reale y Antiseri, 1995)
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Protágoras
El sofista más famoso fue Protágoras de Abdera (siglo V a. C.) quien consideró al ser
humano como el dueño de su propio destino. Según el sabio de Abdera, el hombre,
que habita un universo indeterminado, debe confiar en sus propios recursos para crear
verdades que de otra manera no podrían existir. El hombre hace su destino. Asimismo,
para él, el conocimiento político depende de aspectos sensitivos y emocionales. En ese
sentido, todo ser humano es un ciudadano en potencia porque posee sensaciones y
emociones que le hacen consciente de su carácter político.
Este sofista defendía el relativismo. Para él, una misma cosa puede ser vista de distinto
modo por distintas personas. El escepticismo relativista enseña que hay una verdad;
pero esta verdad tiene una validez limitada. No hay ninguna verdad universalmente
válida. Toda verdad es relativa. Pero el relativismo subraya la dependencia de todo
conocimiento humano respecto a factores externos. Como tales considera, ante todo,
el influjo del medio ambiente, del tiempo y la pertenencia a un determinado círculo
cultural.
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Su pensamiento se resume con la frase homo mensura: El hombre es la medida de todas
las cosas, de las que son en tanto que son y de las que no son en tanto que no son. Otra
frase asociada es la siguiente: Las cosas son para mí tal como se me aparecen a y son
para ti tal como se te aparecen a ti. Así, las leyes y las costumbres son convencionales.
Por ende, no hay valores universales y absolutos.
Pondremos unos ejemplos para aclarar esto. Primer ejemplo. Cuando un zapato se nos
rompe, ¿esto es bueno o malo? En este caso existen las dos posturas. Es malo para
porque era mi zapato, porque me servía para caminar cómodamente. Pero, a su vez,
es bueno para el vendedor de zapatos puesto que el podrá ganar dinero ofreciéndome
otro nuevo par.
Segundo ejemplo. En nuestra ciudad, Lima de Perú, la temperatura suele ser tropical.
Digamos que tenemos una temperatura promedio: no hay sequías, pero tampoco cae
nieve. ¿Cómo sentiría la temperatura un habitante del África que llega de visita a Lima?
Alguien así, acostumbrado a altísimas temperaturas, dirá que en nuestra ciudad siente
frío. En cambio, ¿cómo sentiría la temperatura un habitante de la Antártida que llega
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Sin embargo, el relativismo se contradice. Si alguien dice: “Todo es relativo”, entonces eso
significa que no existen verdades universales. Esto quiere decir que no todos tienen que sentir calor,
o que no a todos tiene que gustarle comer cuy chactado, o que no a todos debe parecerle bueno la
guerra entre Palestina e Israel. Siempre habrá gente que apoye tal o cual planteamiento. Pues bien,
si esto es así, entonces podemos afirmar que inclusive no a todos tiene que parecerle que todo sea
relativo. Habrá personas que consideren que sí, efectivamente, todo es relativo, pero también habrá
personas que consideren que todo es absoluto. Por lo tanto, no es tan cierto eso de que todo sea
relativo. Esto último, obviamente, constituye una contradicción. En resumen, un relativista que
afirme que no hay verdades sino solo opiniones se arriesga a que le pregunten si lo que plantea es
una verdad o tan solo una opinión.
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de visita a Lima? Alguien así, acostumbrado a bajísimas temperaturas, dirá que en
nuestra ciudad siente calor. Pero ¿nuestro clima es frío o caluroso? Eso depende de
quién lo sienta. La sensación es relativa.
Últimos ejemplos. ¿Es correcto saludarnos entre hombres con un beso en la mejilla?
En Argentina, sí; pero en Perú, no tanto. ¿Es algo normal ser polígamo? En Perú, no
se ve tan bien; en países árabes, suele suceder con más frecuencia. ¿Hay un solo dios o
muchos? Para los judíos, solo uno; para los hindúes, existen varios. ¿Andar desnudo
está bien? En un contexto puede ser normal, pero en otro puede ser motivo de sanción.
En síntesis, la decisión sobre lo correcto, normal o moral es relativo, no es algo
universalmente válido.
En coherencia con este punto de vista, Protágoras fue agnóstico en relación a temas
religiosos. Su agnosticismo teológico se resume en la frase: “Sobre los dioses nada
puedo decir. La vida humana es muy corta y el tema es oscuro”. Esto quiere decir que,
para hablar de la divinidad, que es eterna, debería dedicársele un tiempo eterno
también para dicha meditación. Sin embargo, los seres humanos somos finitos y como
morimos pronto deberíamos aprovechar la vida en cuestiones más prácticas. Por otro
lado, hablar sobre los dioses es oscuro pues nadie ha visto un dios, nadie sabe cómo es.
Solo contamos con especulaciones vagas e imprecisas. Y como no hay claridad al
respecto, es mejor no pronunciarse sobre esa temática.
Protágoras construía discursos usando antilogías los cuales son argumentos
contrapuestos y válidos acerca de una misma cuestión. De este modo, se pueden
defender sobre una misma base dos argumentos totalmente contradictorios entre sí.
Así, la discusión es vista como una competición, un enfrentamiento entre las tesis
contrapuestas de los dialogantes. Pensemos en la paradoja de Protágoras, la cual es una
muestra de absoluto relativismo.
Protágoras ha pactado con Euatlo que le enseñará Derecho a cambio de una
cantidad que le habría de abonar cuando gane su primer caso. Después de la
instrucción, Euatlo no participa en ningún pleito y Protágoras, impaciente, lo
demanda. El razonamiento de Protágoras consiste en que, si él gana, el tribunal
obligará a Euatlo a pagarle sus honorarios; y si él pierde, Euatlo habrá ganado
un caso y también estará obligado por el pacto a pagarle. Euatlo, en cambio,
argumenta que, si Protágoras gana, él no estará obligado a pagar, dado que aún
no habrá ganado ningún caso; si Protágoras pierde, el tribunal decidirá que no
tiene obligación de pagar. (…) (Clark, 2009, p. 13).
Puestas así las cosas ¿Quién tiene la razón? ¿A favor de quién debe fallar el tribunal?
¿Cuál debe ser la decisión final del juez? Notemos lo irónica que resulta esta paradoja
en la que el maestro del relativismo resulta siendo relativizado.
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Gorgias
También existieron otros sofistas además de Protágoras. Gorgias era escéptico o
nihilista. No creía que el ser humano fuese capaz de conocer una verdad válida para
todos. Para él, nadie tiene la razón. No hay una verdad absoluta, todo es una mera
apariencia. Gorgias dirá: “Nada existe. Si existiera no se podría conocer. Si se pudiera
conocer, no se podría comunicar”. A continuacn, explicaremos esta idea.
Tesis 1: Nada existe
Si algo existe, es eterno, o, no lo es. Veamos la primera opción. Si es eterno, luego es
infinito. Pero, si es infinito, no puede estar en nada, porque nada en este mundo es
infinito. Es decir, no hay algo que sea infinito. Así pues, si no hay ni una cosa que sea
infinita, luego nada posee lo infinito. Entonces, ya que nada de lo que existe posee lo
infinito, lo infinito no existe. Por ende, lo eterno tampoco existe. Ahora, veamos la
segunda opción. Si algo no es eterno, entonces tiene un comienzo, es decir, o ha
nacido, o ha sido creado. Pero si nace algo, o, si ha sido creado, luego, antes de nacer,
o, de ser creado no existía (era nada). Sin embargo, si algo no existía (era nada), no
puede generar nada; ya que de la nada, nada puede salir. Por ende, algo no eterno
tampoco existe. Entonces, debido a que lo eterno como lo no eterno no existen, nada
existe.
Tesis 2: Si algo existiese, sería incognoscible
Existe el error, entonces podemos pensar la falsedad. Si pensamos la falsedad, luego,
podemos pensar lo que no existe (como un unicornio). Pero, si pensamos lo que no
existe, no pensamos lo que existe. Es decir, si pensamos la falsedad de algo no pensamos
su verdad. Apues, lo que podemos pensar es diferente de lo que puede existir. De
ahí que si algo existe esto no significa que lo pensemos. Por ende, lo existente puede
no ser pensado, es decir, el ser es diferente al pensar y, en consecuencia, dado que lo
que pensamos es lo que conocemos, el ser es incognoscible.
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A propósito del escepticismo gorgiano, recordaremos a los escépticos de la época helenística-
romana. Esta escuela tuvo como representante a Pirrón de Elis. Para esta posición, no se puede
conocer algo pues toda representación es subjetiva, es decir, propia de un sujeto. Por esta razón no
debemos decir que la miel es dulce, sino que más bien nos parece dulce. En ese sentido, todo es
apariencia y como no podemos distinguir las cosas que nos rodean podemos decir que las distintas
cosas son, en realidad, lo mismo. El escepticismo intenta responder a la cuestión de la búsqueda de
la felicidad y afirma que sin verdades el hombre puede ser feliz. Incluso el ideal divino de los
escépticos es llegar a ser como Dios, esto es, impasible y sin sensaciones. Imaginemos que, por
ejemplo, alguien que viaja de Perú a Inglaterra. En dicho viaje conoce lo mejor del primer mundo.
Y cuando le toca regresar, inevitablemente realiza comparaciones que le permiten darse cuenta de
la situación real que se vive en la patria. Entonces, se molesta, reniega y maldice su vida. Eso
significa que conocer lo hizo más infeliz. Si nunca hubiera viajado, nunca hubiera sabido en que
situación de atraso está el Perú y, por ende, no sería tan infeliz como lo es ahora cuando sabe lo que
pasa dentro y fuera de la patria.
Los escépticos consideran tres conceptos relevantes en su filosofía. La epojé implica no pensar, esto
es, suspender el juicio. La afasia es no hablar de algo como si fuera cierto. Y la adoxasia se entiende
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Tesis 3: Si algo fuese cognoscible, sería incomunicable
Cuando nos comunicamos expresamos palabras y no cosas ni tampoco la realidad. Pero
si conocemos algo, esto puede ser la realidad o las cosas. Luego, si conocemos algo no
podemos comunicarlo, ya que solo comunicamos palabras más no la realidad.
Para Gorgias la retórica es el arte de persuadir en asuntos prácticos como la política.
Mediante esta técnica podemos influir en las opiniones y decisiones de los demás y,
precisamente, eso es crucial en política. La palabra es libre pues no representa lo real,
sino que lo disfraza. En ese sentido, todo es falso. Asimismo, el arte debe provocar
sentimientos sin intereses prácticos. El engaño poético es pura ficción para Gorgias.
Quien engaña actúa mejor que el que no engaña y quien resulta engañado es más sabio
que el que no es engañado. Esto puede afirmarse del teatro. Si un actor me engaña bien
al hacerme creer de verdad que es el Rey de Inglaterra será considerado un gran actor
y la obra que me engañe bien transportándome a otra época y a otras civilizaciones será
vista como una gran obra. (Melero, 1996)
Otros sofistas
Acabaremos esta parte explicando brevemente el pensamiento de otros sofistas no tan
conocidos. Pródico de Ceos afirmaba que los dioses son la encarnación de lo útil y
ventajoso. Para él, los dioses son invenciones humanas que reflejan nuestros intereses.
Para Hipias de Élide, la physis (la naturaleza) ha destinado a todos los humanos a la paz
y concordia, pero el nomos (el orden humano) los hace enemistarse. Esta dicotomía
entre physis y nomos puede expresarse en la distinción entre derecho natural y positivo.
El derecho natural está constituido por leyes naturales. Lo natural se caracteriza por
ser eterno, válido y necesario. En cambio, el derecho positivo está constituido por leyes
jurídicas. El orden humano se caracteriza por ser creado, convencional y contingente.
Según Critias de Atenas, la religión tiene una función política. Los dioses son como
espantapájaros hábilmente introducidos por un político para hacer respetar las leyes.
como el carecer de opiniones. Consideremos una discusión cualquiera. Por ejemplo, un tema
polémico como el aborto. Mientras que ambas posiciones a favor y en contra se pelean, discuten y
se enemistan, los escépticos permanecen a un lado impasibles sin emitir comentarios y solo
contemplando lo que ocurre. De este modo, el que verdaderamente disfruta la discusión es el que
no opina, el que no habla, esto es, el que no piensa. Quizás una anécdota pueda graficar de mejor
modo a los escépticos. Según Plutarco, en Persia cuando llegaron los soldados de Macedonia, un
sacerdote llamado Calano pidió que se levantara una pira funeraria, y después de haber hecho los
rituales correspondientes, procedió a dejarse quemar vivo sin mover un solo músculo. Pirrón, que
formaba parte del ejército de Alejandro Magno en ese momento, quedó asombrado por ese hecho y
aquello le hizo comprender que no conocemos el dolor o que, en todo caso, podemos interpretar el
hecho de quemarse de manera diferente a lo que estamos acostumbrados. Si existen personas
capaces de no sentir dolor ante el fuego, entonces realmente no conocemos el dolor o, mejor dicho,
todo lo que sabemos de esa experiencia es cuestionable e incierto.
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Esto significa que los políticos usan la religión para su beneficio, para manipular a la
población.
De acuerdo a Antifonte de Atenas, todos somos iguales pues tenemos iguales
necesidades. Las leyes de la naturaleza (como las de la física o química) son verdades
permanentes que se deben respetar. Mientras, las leyes positivas (los códigos penales y
civiles) son opiniones variables que se pueden desobedecer. Por ejemplo, el esclavismo
se legitima por una ley positiva y, en ese sentido, se puede desacatar.
Para Trasímaco de Calcedonia, este mundo competitivo, despiadado y cruel es gloria
para los fuertes y sin escrúpulos y tumba para los débiles. Por ende, debemos buscar
ser fuertes para sobrevivir. La justicia es impuesta por un gobernante poderoso y
provoca desigualdad para beneficiarse a mismo. Entonces, para Trasímaco, la ley es
una manera de dominar a una sociedad. El más fuerte decide qué es lo justo o no.
Según Calicles de Atenas, por naturaleza es justo que el fuerte domine y someta al débil
Por ejemplo, un león se come una cebra porque la cebra es débil. Sin embargo, las
leyes positivas (en tanto violación de las leyes naturales) pueden evitar que el fuerte
abuse del débil. Así, el nomos se ha establecido para satisfacer al bil.
Finalmente, para Glaucón de Atenas, las leyes regulan la conducta humana que por
naturaleza es salvaje. Por ello, las sociedades no se forman a partir de instintos de
cooperación, sino de la imposición de leyes artificiales (el orden humano). El hombre
no es un animal social a diferencia de lo que dice Aristóteles. A la postura de Glaucón
se le puede denominar convencionalismo”. Recibe este nombre porque sostenía que
lejos de tener un origen “natural”, la moral, la sociedad, el Estado y los gobiernos eran
creaciones artificiales humanas. (Reale y Antiseri, 1995)
Conclusiones
En este capítulo se ha sostenido lo siguiente. Los sofistas fueron un grupo de maestros
ambulantes que vendían sus servicios para aprender a argumentar y así ocupar puestos
de poder. Protágoras fue un relativista porque consideraba que sobre una misma
cuestión existen dos puntos de vista igualmente válidos. Gorgias fue un nihilista y negó
la existencia del ser, del conocer y del pensar. Finalmente, otros sofistas importantes
fueron Hipias, Critias, Antifonte, etc.
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Capítulo 7.
La ética eudemonista de Aristóteles.
La ética
De acuerdo a Aristóteles, la ética es una ciencia práctica. Esta se relaciona con
la posibilidad de una vida buena, es decir, está orientada al ejercicio de la libertad. El
saber práctico remite a la acción libre o electiva, porque busca la virtud, la regla de la
buena acción. Aristóteles quiere encontrar la manera de hacernos virtuosos. Para
ello, busca el modo de formar el carácter, a partir del hábito, de la práctica.
La reflexión ética de Aristóteles (384-322 a. C.) parte de considerar que el ser humano
es un animal dotado de razón. Como animal, es natural que en él surjan deseos y
apetitos. Sin embargo, el ser humano, a diferencia de los otros animales, tiene la
capacidad de razonar; por ello, en la vida humana debe imponerse el razonamiento
sobre esos deseos y los apetitos. Para Aristóteles (1998), un individuo bueno es aquel
que logra la felicidad actuando de acuerdo a lo razonable, y no solo de acuerdo a sus
deseos y apetitos. La virtud del hombre es pensar y debemos dominar a través de
nuestros pensamientos los instintos naturales.
Eudemonismo I
Todos tendemos al bien. Somos buenos por naturaleza y queremos llegar al bien, pero
fallamos en el modo de llegar a ese bien. El fin de la vida humana es la felicidad (a este
aspecto se le conoce como teleológico) y esto se logra con la virtud. La felicidad se
consigue al encaminarse a un bien supremo, impersonal, inmaterial y abstracto. La
felicidad es una actividad encaminada a lograr bien-estar.
La felicidad no es el placer o el goce, pues si esto fuera cierto llamaríamos felices a los
cerdos cuando comen. Los cerdos comen por instinto no ‘buscando’ ser felices. El ser
humano piensa, pregunta, reflexiona. La felicidad tiene que ver con ir cumpliendo un
proyecto de vida. La felicidad tampoco es el honor o la fama, pues esto es efímero.
Toda fama dura un momento y luego se disuelve. Además, si se busca ser famoso a toda
costa esto puede generar acciones inmorales como las que hacen algunos para tener
audiencia. La felicidad tampoco es el dinero, pues como se sabe, el dinero no compra
la felicidad. Así, si tuviéramos mucho dinero, pero sin nadie con quien compartirlo no
sería disfrutable. La clave de la felicidad es tener amigos.
La felicidad, que puede ser definida como una actividad racional en la cual uno mismo
se autorrealiza perfeccionándose mediante su buen y virtuoso actuar, se caracteriza por
ser:
Autárquica: No es medio para otra cosa, sino que es el fin de todo, un fin en mismo.
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Perfecta: No se puede ser más feliz cuando uno es feliz. El estado de felicidad implica
plenitud y satisfacción total.
Excelente: Es un estado positivo, bueno, recomendable, loable, celebrable,
saludable. Al feliz le debemos tener una sana envidia.
La felicidad se consigue viviendo bien, humanamente, con rectitud, actuando de
acuerdo a la razón.
La virtud
La virtud es la capacidad de realizar de modo adecuado lo que uno hace. El virtuoso es
alguien que destaca en algún aspecto, por ende, cuando uno elige el camino de la virtud
busca ser de la mejor manera que uno pueda ser. La frase “busca ser la mejor versión
de ti mismo” explica lo que implica ser virtuoso. Las virtudes humanas son parte de la
superación personal. En principio, las virtudes que el ser humano puede realizar son
las virtudes éticas, las mismas que vienen dadas por el justo medio: ni abundancia ni
carencia. Esto se logra con hábitos y costumbres autoimpuestos por la práctica
constante.
Aristóteles (1998) se pregunta entonces ¿cómo puede hacer el ser humano para
distinguir, en una situación determinada, qué es lo más razonable? Él propone como
criterio elegir el justo medio. Sostiene que los impulsos, las pasiones y los sentimientos
tienden siempre hacia los extremos.
El apetito, por ejemplo, suele descontrolarse y lleva a comer en exceso. El otro
extremo, sin embargo, tampoco es sano, pues comer muy poco o dejar de comer
conduce a la debilidad, la enfermedad y hasta la muerte. En esta disyuntiva es que deben
intervenir la razón y la experiencia, que sirve para hallar la a media entre ambos
extremos.
Virtudes aristotélicas
A diferencia de Platón que solo reconocía cuatro virtudes, Aristóteles considera una
larga lista de virtudes propias de las relaciones sociales.
Virtudes
Definición
Valentía
El punto medio entre la cobardía y la
imprudencia (temeridad).
Templanza
El punto medio entre la abstinencia y la
desenfreno.
Generosidad (caridad)
El justo medio entre la tacañería y la
dadivosidad irresponsable
(prodigalidad).
Magnificencia
Esta es la virtud de vivir con abundancia.
Yace en el medio entre la mezquindad y
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la vulgaridad. Aristóteles no ve razón
para ser ascético, pero también se opone
a ser llamativo o vanidoso.
Magnanimidad
Es la virtud relacionada con el orgullo.
Es el punto medio entre no darse
suficiente crédito y tener delirios de
grandeza. Es un hecho que también se
debe actuar buscando la autoestima y la
grandeza.
Paciencia
Esta es la virtud que controla el
temperamento y permite que una
persona no sea víctima de excesos
emocionales. Sin embargo, debe tenerse
cuidado de no caer en la pasividad. Hay
momentos que merecen el enojo. Es
decir, la persona paciente no debe
enojarse demasiado, ni dejar de enojarse
cuando debería.
Honestidad (verdad)
Aquí, el justo medio yace entre el vicio
de la mentira y el vicio de no saber tener
tacto para determinar cuándo es mejor
no hablar.
Ingenio
El punto medio entre la bufonería y el
aburrimiento.
Amigabilidad (simpatía)
Para Aristóteles, la amistad es parte
central del sentido de la vida. No
obstante, se debe evitar ser demasiado
amistoso, dejando de lado otras
actividades. Esta virtud está en el justo
medio entre no ser amable en absoluto y
ser demasiado amigable con demasiadas
personas.
Vergüenza
Aunque hoy la vergüenza está
devaluada, de hecho, puede ser una
importante virtud moral, no en el
sentido de que nos avergüence ser
quienes somos o hacer lo que queremos
hacer, sino en el sentido de que sintamos
verdadera pena y arrepentimiento por
nuestros errores cometidos. Es el punto
medio entre ser demasiado tímido y ser
desvergonzado. La persona que tenga la
cantidad correcta de vergüenza
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entenderá cuando haya cometido un
error social o moral, pero no tendrá
miedo de aceptar su responsabilidad.
Justicia
La virtud de ser equitativos yace en el
medio entre el egoísmo y el desinterés.
Eudemonismo II
Aristóteles considera que, sin embargo, no siempre es suficiente con este criterio del
justo medio. Una persona carente de una buena educación, o alguien que es muy joven
e inexperto, puede equivocarse al intentar hallar el justo medio de acciones que, de
por sí, son malas. No es correcto, por ejemplo, buscar el justo medio entre robar
mucho o robar poco, puesto que robar es algo intrínsecamente malo.
Para Aristóteles, más importante aún que el criterio del justo medio es el del hombre
prudente. Esto significa que dentro de una comunidad existen miembros que son
reconocidos como personas de bien, y aquellos que recién se están formando deben
tomarlos como modelos de sus acciones y consejeros en las decisiones difíciles.
Para salir de un conflicto moral se debe recurrir a los mayores pues ellos han logrado
mayor experiencia en el arte de vivir. Pero también ayuda el poseer virtudes
dianoéticas que se obtienen por la educación (prudencia y sabiduría). La educación
purifica el alma racional humana. Bajo este punto de vista, solo los filósofos pueden ser
felices-de-verdad cuando se dedican al puro pensamiento tal y como lo hace Dios, el
Primer Motor Inmóvil, que es un puro pensar, un pensamiento que se piensa a
mismo.
La amistad
Para Aristóteles la amistad es muy importante para poder lograr la felicidad. Nuestra
felicidad depende de cómo interactuamos socialmente con ciertas personas a las que
somos cercanas y tenemos apego. Habrá muchas personas con las que compartiremos
un momento de nuestras vidas, sin embargo, serán muy pocas aquellas personas con las
que podremos conversar y compartir nuestros más íntimos pensamientos, anhelos y
planes. Según Aristóteles, hay tres tipos de amistad.
Tipos de amistad
Explicación
Hedonista
Esta amistad llega cuando uno busca diversión. Su
interés principal es el placer personal y busca vivir el
momento junto a la otra persona.
Utilitaria
Esta es una amistad estratégica que solo disfruta de la
compañía de los otros siempre y cuando tengan la
esperanza de sacarle algún provecho o ganancia.
82
Buena
Esta es la del amigo verdadero. No solo es alguien que
se parece a uno mismo, sino alguien a quien uno cuida
tanto como a sí mismo. Sus penas se vuelven nuestras,
sus alegrías, nuestras alegrías también. Nos hace más
vulnerable saber que algo malo le ocurriese a esa
persona. Pero también esa capacidad de preocuparnos
por el otro nos fortalece. Esta es la amistad ideal.
El buen amigo es aquella persona con la que uno puede estar pensando en silencio o en
voz alta, con la que uno se desarrolla, con la que uno crece, con la que uno se vuelve
más listo, más fuerte, más justo y más moderado. El amigo, en sentido aristotélico, es
alguien con uno comparte la vida voluntariamente a diferencia de los familiares a
quienes uno está ligado por obligación. Ni qué decir de las redes sociales en las que a
cualquier tipo de contacto se le llama amigo cuando sabemos que, en realidad, esta
palabra es demasiado grande como para designar a aquellos que están en esos ámbitos
virtuales.
Los amigos son personas que mutuamente se admiran. Los amigos comparten virtudes
y anulan sus defectos mutuamente entre sí. Pero esto no puede extenderse a todos los
seres humanos, es decir, no podemos ni debemos considerar amigos a mucha gente
sino solo a unos cuantos. Esta frase representa el pensamiento de Aristóteles al
respecto: “Quien tiene muchos amigos, no tiene ninguno”. La idea es que los
verdaderos amigos son, en realidad, unos pocos (Aristóteles, 1998) porque no a todos
se les puede dedicar nuestro valioso tiempo a menos que seamos hipócritas. Como dice
la frase “Uno es soledad, dos es compañía y tres es multitud”. Por ende, no tiene sentido
asistir a una reunión con muchos amigos bajo la creencia de que así será más divertido.
Lo mismo sucede con el amor. No podemos amar a todo el mundo pues solamente
podemos dedicarnos de lleno a un número muy reducido. Así, la amistad nos enseña
cómo debemos ser y de qué manera debemos buscar la excelencia
9
.
9
Cicerón (1997) también reflexiona sobre la amistad. Para él, la verdadera amistad solo es posible
entre hombres comunes que se esfuerzan por ser buenos en sus actos. Así, el hombre es feliz y
bueno si sigue su naturaleza social. No hay amistad sin cariño y esta se expresa como relación
íntima y cercana. La amistad es el acuerdo, consenso con benevolencia y afecto en todas las cosas
divinas y humanas. Esta contiene muchos bienes pues adonde quiera que uno vuelva está la mano
amiga. La amistad de ningún lugar es excluida y nunca es intempestiva, nunca es molesta. La
amistad superior permite considerar al amigo como una copia y reflejo de uno mismo pues un
verdadero amigo está dispuesto a correr riesgos por su amistad. La amistad es un impulso natural,
una inclinación del alma basada en el amor. Es desinteresada. En la amistad nada es fingido, nada
simulado y cualquier cosa que haya es verdadera y voluntaria. La amistad es una virtud que
representa la honestidad y veracidad como contrapuesta al propio interés y la utilidad. Los amigos
verdaderos son leales pues tienen estabilidad en sus opiniones y conductas. Por ello, no a cualquiera
se le debe llamar amigo a la ligera.
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Conclusiones
En este capítulo hemos encontrado lo siguiente. Aristóteles afirmaba que la clave de la
felicidad tiene que ver con el cultivo de la virtud en la vida humana. Una de las formas
de lograr esa virtud se relaciona con actuar de modo prudente y con moderación. A
esto lo denomina Aristóteles justo medio. La virtud verdadera y auténtica para el
Estagirita consiste en vivir contemplando el mundo y pensando como hacen los
filósofos y también Dios mismo, en tanto pensamiento que se piensa a mismo.
Finalmente, para Aristóteles la amistad es fundamental para encontrar la felicidad.
84
Paradojas para pensar II
La paradoja de Easterlin (1974) plantea que el dinero no da la felicidad, es decir, a
partir de una determinada suma de dinero, las personas no son más felices si acumulan
más dinero. En un primer momento, el estudio transversal en un instante determinado
afirma que los altos ingresos van a la par con el incremento de la felicidad, pero,
posteriormente, realizando un estudio longitudinal a lo largo del tiempo se puede
asegurar que llegados a cierto nivel económico (el mínimo vital, por ejemplo) la
cantidad de ingresos no es directamente proporcional con el nivel de felicidad y, por
ende, no es cierto que a más dinero, más felicidad.
Según la paradoja del trabajo y la libertad expuesta por Aguirre (25 de octubre
del 2017), trabajamos para ser libres, es decir, mediante el trabajo conseguimos dinero
y con ese dinero podemos darnos las libertades de comprar, comer, viajar, estudiar
algo que nos guste, etc. También, con el trabajo podemos escalar posiciones en la
sociedad y ser más reconocidos. Pero, apenas el dinero se agota y los cargos y
privilegios cesan tenemos que dejar de lado nuestra libertad para volver a trabajar y
vender nuestro tiempo a alguien que lo use para producir ganancias. Ahora bien, en
estos tiempos a nadie le gusta el trabajo porque esto supone estar bajo condiciones de
explotación y sometimiento difícilmente soportables. Eso convierte al trabajo en una
labor opuesta a la libertad entendida como facultad para ejercer nuestra propia
voluntad. Sin embargo, necesitamos esa no-libertad para poder ser realmente libres en
esta sociedad.
La paradoja de Condorcet fue planteada en 1785 por el marqués de Condorcet en
su “Ensayo sobre la aplicación del análisis a la probabilidad de las decisiones sometidas
a la pluralidad de voces”. Las votaciones constituyen un tipo de elecciones
especialmente importantes. Condorcet sostuvo que existía la posibilidad de que los
colectivos se contradijesen entre sí. Es decir que, teniendo en cuenta las preferencias
de voto individuales, las intenciones eran claras, pero ante una votación colectiva se
generaba una paradoja.
Imaginemos una votación en la que hay tres grupos políticos como candidatos: Partido
Popular, Frente Unido y Nuevo País. Asimismo, existen solo tres electores: Alex, Beto
y Carlos. Así, ellos votan expresando sus preferencias del siguiente modo:
Preferencia
Elector
Alex
Partido Popular
Frente Unido
Nuevo País
85
Beto
Nuevo País
Partido Popular
Frente Unido
Carlos
Frente Unido
Nuevo País
Partido Popular
Con este cuadro, donde cada grupo político es el primero para un elector, el segundo
para otro y el tercero para otro, comparando dos a dos las opciones, podríamos llegar
a lo siguiente:
Partido Popular frente al Frente Unido: si comparamos Partido Popular con el Frente
Unido, vemos que Partido Popular está por delante de Frente Unido en dos ocasiones
(Alex y Beto) y Frente Unido solo una vez frente al Partido Popular (Carlos). Así
diríamos que la opción del Partido Popular es preferida a la del Frente Unido.
Partido Popular frente al Nuevo País: dado que el Partido Popular es preferido al Frente
Unido, vamos a comprobar qué ocurre cuando comparamos el Partido Popular con el
Nuevo País. Nuevo País está por delante del Partido Popular en dos ocasiones (Beto y
Carlos) y el Partido Popular solo una vez frente al Nuevo País (Alex). Por tanto, el
Nuevo País, sería la opción ganadora.
Ahora vamos a cambiar el orden de la votación:
Partido Popular frente al Nuevo País: como ya hemos visto ganaría Nuevo País.
Nuevo País frente al Frente Unido: dado que el Nuevo País es preferido al Partido
Popular, vamos a comprobar qué ocurre cuando comparamos al Nuevo País con el
Frente Unido. El Frente Unido está por delante del Nuevo País en dos ocasiones (Alex
y Carlos) y el Frente Unido solo una vez frente al Nuevo País (Beto). Por tanto, Frente
Unido sería el ganador.
Cambiaremos el orden una última vez más:
Nuevo País frente a Frente Unido: como ya hemos visto ganaría el Frente Unido.
Partido Popular frente a Frente Unido: Dado que el Frente Unido es preferido al Nuevo
País, vamos a comprobar qué ocurre cuando la comparamos con el Partido Popular.
Vemos que el Partido Popular está por delante del Frente Unido en dos ocasiones (Alex
y Beto) y el Frente Unido solo una vez frente al Partido Popular (Carlos). Así diríamos
que la opción del Partido Popular es la opción ganadora.
Debemos darnos cuenta de que hay un triple empate. Así, si se eligiera al Partido
Popular, se podría impugnar la decisión alegando que dos de los tres electores (Beto y
Carlos en este caso) consideran que Nuevo País es mejor que Partido Popular, y lo
mismo cabría alegar si se eligiera a Frente Unido o a Nuevo País. Esto significa que a
86
nivel individual se tiene muy claro el orden de las preferencias, pero a nivel colectivo
los resultados son oscuros. (López, 30 de abril del 2019)
Enseguida, presentamos la paradoja de Arrow, de acuerdo a Bix:
teorema de Arrow. También conocido como “paradoja de Arrow” o “teoría de
la imposibilidad”, es un principio fundamental de la teoría de la elección social
que demuestra que regularmente no existen mecanismos racionales para sumar
preferencias individuales y obtener como resultado una elección social. Más
técnicamente, se puede demostrar que, para una determinada elección entre tres
o más opciones, hay cinco condiciones, aparentemente razonables e intuitivas,
que no pueden ser cumplidas simultáneamente en muchas situaciones: (1)
racionalidad mínima (transitividad) si la sociedad prefiere el resultado A frente
al resultado B, y el resultado B frente al C, entonces la sociedad prefiere A frente
a C; (2) óptimo de Pareto si al menos una persona prefiere A frente a B, y
cualquiera otra está de acuerdo con ello o le es indiferente, entonces la sociedad
prefiere A frente a B; (3) ausencia de dictadura las preferencias de la
sociedad no deben ser identificadas sencillamente con las preferencias de una sola
persona; (4) la independencia de las alternativas irrelevantes si la opción C
no está siendo considerada, entonces que se prefiera A frente a B no debería
depender de cómo alguna de ellas quedaría frente a C, y (5) dominio irrestricto
que no haya restricciones en cuanto a la manera en que los votantes pueden
jerarquizar individualmente las opciones disponibles.
A pesar de que la prueba es relativamente complicada, los ejemplos son comunes.
Considérese tres votantes: el votante 1 prefiere A frente a B y B frente a C; el
votante 2 prefiere B frente a C y C frente a A; el votante 3, por último, prefiere
C frente a A y A frente a B. Entre estos tres votantes, una mayoría preferiría A
frente a B, aunque también hay una mayoría de B frente a C, así como una de C
frente a A. Colectivamente, la transitividad no funciona (esto es, aunque el grupo
colectivamente prefiera A frente a B y B frente a C, no prefiere sin embargo A
frente a C) y se pueden dar resultados incongruentes dependiendo del orden en
el cual las alternativas son jerarquizadas por los votantes. (Bix, 2009, p. 257-258)
La paradoja de Arrow representa una crítica a la democracia en tanto sistema que busca
expresar fidedignamente mediante el voto colectivo la decisión individual de los
electores. Evidentemente, guarda conexiones con la paradoja de Condorcet porque se
basa en ella y resulta ser una consecuencia de esta. Según López al respecto de la
mentada paradoja de Arrow:
Supongamos un caso en el que tres individuos Marta, Juan y Clara, quieren
comprar un coche y deben decidir entre tres colores: Azul, Blanco y el Caqui.
Cada uno ellos ordenan los colores por preferencia, por si se da el caso de que
el modelo que quieren, no está en su color favorito.
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Nombre
Preferencia 1
Preferencia 2
Preferencia 3
Marta
Azul a Blanco
Blanco a Caqui
Azul a Caqui
Juan
Blanco a Caqui
Caqui a Azul
Blanco a Azul
Clara
Caqui a Azul
Azul a Blanco
Caqui a Blanco
En este ejemplo, se observa que las preferencias individuales son transitivas. En
otras palabras, si cada uno de ellos elige el color de su coche de forma individual,
si, como Marta, se prefiere A a B y B a C, de ello se deriva que se prefiere A a
C.
Sin embargo, si se trata de una votación para elegir colectivamente el color de
un coche que van a compartir, y se cumplen los criterios de democracia (no
dictadura y no imposición), puede darse el escenario que se observa en el
cuadro, en el que la mayoría prefiere A a B y B a C pero, en cambio, no prefiere
A a C. De esta forma, la suma de preferencias individuales transitivas ha dado
como resultado una preferencia colectiva intransitiva.
¿Qué implicaciones tiene todo esto?
El teorema demuestra que, dadas estas suposiciones mínimas, es imposible
construir un procedimiento que resulte en una expresión colectivamente
racional de los deseos individuales.
Aunque altamente técnico en su declaración, el teorema tiene implicaciones
importantes para las filosofías de la democracia y la economía política, ya que
con él se rechaza la noción de una voluntad democrática colectiva, ya sea
derivada a través de la deliberación cívica o interpretada por expertos que
aplican el conocimiento de la mejor manera para una población.
(López, 30 de mayo del 2020, párr. 16-21)
A nivel matemático, esta paradoja resulta en un cuestionamiento al principio de
transitividad, según el cual, si P guarda una relación 𝛼 con Q y Q guarda la misma
relación 𝛼 con R, entonces P guarda una relación 𝛼 con R. Si vemos el cuadro y nos
fijamos en las columnas “Preferencia 1” y “Preferencia 2” notaremos que las opciones
“Azul a Blanco” y “Blanco a Caqui” son apoyadas dos veces cada una. Sin embargo, solo
una vez es considerada la opción “Azul a Caqui” y esta se da en la columna “Preferencia
3”.
Sobre la paradoja del hambre en el mundo escribe Senovilla:
En un mundo en el que se producen alimentos para el doble de personas que lo
habitan, 854 millones de personas pasan hambre y desnutrición. Con la
agravante de que el 75% de los hambrientos, 3 de cada 4 personas que pasan
88
hambre, son pequeños agricultores, pescadores o pastores que no tienen acceso
a los recursos necesarios para producir los alimentos que necesitan para llevar
una vida plena y digna.
¿Por qué? Las raíces del hambre del siglo XXI hay que buscarlas en la exclusión
y en la marginación de pueblos enteros, en una injusta distribución de los
recursos, en las políticas agrarias y comerciales internacionales que anteponen
los intereses de los grandes mercados a la satisfacción de las necesidades más
básicas del ser humano y en la no realización del derecho a la alimentación como
derecho humano fundamental, proclamado en la Declaración Universal de
Derechos Humanos y que, como tal, entraña obligaciones, hoy no cumplidas,
para todos los gobiernos, y una responsabilidad colectiva para la sociedad en su
conjunto. (Senovilla, s.a., párr. 3-4)
Resulta llamativo que los responsables de la agricultura a nivel mundial no sean los más
reconocidos a pesar de que con ellos se dan los primeros pasos del proceso económico.
Según la BBC (16 de octubre del 2019) al respecto de la misma paradoja:
Imagina sembrar comida y estar hambriento.
Esa es la paradoja del hambre.
Los trabajadores de la agricultura son un tercio de la población trabajadora del
mundo.
Los campesinos producen 80% de la comida en el mundo en desarrollo. A pesar
de ello, son los más propensos a sufrir hambre, de acuerdo a datos de la ONU.
(…)
Algunos campesinos no pueden pagar por la comida que producen.
En los países en desarrollo, la comida puede costarles hasta el 50% de sus
ingresos.
En el mundo, 1 de cada 9 personas no tiene suficiente comida para llevar una
vida activa y sana.
(…)
En el mundo se produce suficiente comida para alimentar hasta 10.000 millones
de personas, cuando hay solo unos 7.500 millones.
¿Qué está pasando con la comida?
Cada año, un tercio de toda la comida se pierde o se desperdicia.
Sobre todo, por los desperdicios de las casas, el mal almacenamiento y el
transporte.
Esa comida vale aproximadamente USD$1 billón.
Si se recuperara el 25% de la comida que se desperdicia, se podría alimentar a
870 millones de personas con hambre.
(…)
La equidad de género es clave para erradicar el hambre.
En todo el mundo, las mujeres son más propensas a sufrir hambre.
Las campesinas generalmente ganan menos y trabajan en peores condiciones.
89
Habría 150 millones menos de personas con hambre en el mundo si las
campesinas tuvieran acceso a los mismos recursos que los hombres.
(…)
El cambio climático es una causa importante del hambre en el mundo.
Las temperaturas en aumento y el clima extremo amenazan la agricultura y
muchos campesinos sufren una disminución en la calidad de sus cosechas. (BBC,
16 de octubre del 2019, párr. 1-6)
Hay varias razones que explican mas no justifican el hecho de que las mismas personas
que se encargan de los cultivos pasen hambre: la pobreza, el despilfarro, el género y el
calentamiento global son factores para tomar en cuenta, si se quiere resolver este
problema.
90
Segunda evaluación
1. Protágoras busca demostrar que dos argumentos opuestos pueden ser igual de
válidos para describir el mismo objeto, por lo tanto,
A) ninguna cosa puede ser apreciada desde un solo único punto de vista.
B) un argumento es verdadero y el otro, en consecuencia, es falso.
C) debe buscarse un solo argumento válido para describir al objeto.
D) todo objeto puede ser apreciado desde un único punto de vista.
E) la verdad es única e irrepetible con respecto a los objetos.
2. En el país donde vive María, las personas consideran que un buen gobernante lo es
por la cantidad de obras que construya y no por su honestidad; en cambio, en el Estado
de Pedro los buenos gobernantes son aquellos que son honestos y buenos modelos para
seguir y no toman en cuenta solo las pistas que construyen. De acuerdo a los sofistas,
esto se debe a que
A) los valores son absolutos en todas sociedades.
B) la sociedad de María es corrupta y la de Pedro es honesta.
C) los valores que rigen una sociedad varían en cada lugar.
D) los gobernantes que ignoran el bien actuarán mal.
E) ambas sociedades carecen de valores morales adecuados.
3. Juliana es una estudiante universitaria que presencia un debate entre dos amigos
suyos: uno de ellos considera que un feto tiene vida y es persona con derechos; en
cambio, el otro, afirma que el feto tiene vida, pero no es una persona con derechos.
Ella considera que no es posible determinar si un feto es persona con derechos o no.
Por lo tanto, su postura concuerda con la de Protágoras porque
A) la ciencia aún no puede determinar la respuesta a su problema.
B) niega poder establecer un conocimiento universal.
C) considera que el problema real sería establecer qué es la vida.
D) todas las personas deberían respetar los derechos humanos.
E) es posible establecer cuál es la perspectiva correcta.
4. Alberto vio un celular abandonado y decidió tomarlo. Pensaba que estaba actuando
con
esa ‘viveza’ tan típica de nuestra sociedad. Pero, después de tomar ese celular, Alberto
tuvo consciencia de que había perjudicado a otra persona. A pues, sintió
remordimiento al darse cuenta de que había actuado mal al no tomar en cuenta el bien
de los demás. Esto revela que, según el ateniense _____, cuando actuamos ignorando
el bien seremos malos no por propia voluntad sino por ser víctimas de la ignorancia.
A) Aristóteles
B) Sócrates
C) Protágoras
D) Platón
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E) Diógenes
5. Señale lo incorrecto de acuerdo a Platón.
A) La alegoría de la caverna es una crítica sobre lo que denominamos conocimiento.
B) Afirma que el amor platónico es un ideal que es imposible que se concretice.
C) La virtud suprema es la justicia pues es señal de una armonía entre las partes.
D) Su dualismo ontológico se relaciona sistemáticamente con su concepción ética.
E) El mito del carro alado trata sobre aquello que debería gobernar nuestros actos.
6. Señale la alternativa correcta según la ética aristotélica de la virtud.
A) La felicidad es el objetivo principal de la vida humana.
B) La virtud enseña a resignarse ante el destino.
C) Las virtudes éticas son la sabiduría y la prudencia.
D) Las opciones A y C son correctas.
E) Ninguna opción es correcta.
7. Marque la opción correcta de acuerdo con la ética de Aristóteles.
A) Las acciones humanas no tienen sentido o finalidad pues todo es ctico.
B) El placer es el fin de todas las acciones humanas. Debemos aprovechar el momento.
C) Solo el filósofo puede alcanzar la vida teorética y, así, ser feliz auténticamente.
D) Las opciones A y B son correctas.
E) Ninguna opción es correcta.
8. Señale la afirmación correcta con respecto a la aparición de los sofistas.
A) Crearon grandes escuelas y centros de enseñanza sin costo.
B) Se preocuparon, principalmente, por el estudio y la enseñanza de la astrología.
C) Enseñaron a manejar el lenguaje para llegar a ser exitosos socialmente.
D) Todas son correctas.
E) Las opciones A y B son correctas.
9. Indique la alternativa correcta con respecto a Sócrates.
A) No dejó ningún texto o diálogo.
B) Se preocupó por la virtud humana.
C) Defendió la verdad relativa.
D) Las opciones A y B son correctas.
E) Todas son opciones correctas.
10. Los filósofos se caracterizan por pensar, reflexionar y meditar. Según Platón, ¿esta
característica a qué tipo de alma corresponde?
A) Alma irascible.
B) Alma concupiscible.
C) Alma racional.
D) Alma material.
E) Alma sensitiva.
92
11. Señale a qué pensador pertenecen las siguientes frases: “Una vida que no ha sido
examinada no merece ser vivida”, “Solo existe un bien: el conocimiento. Solo hay un
mal: la ignorancia”, “Es peor llevar a cabo una injusticia que recibirla, ya que quien la
comete se transforma en injusto pero el otro no”.
A) Sócrates.
B) Protágoras.
C) Aristóteles.
D) Platón.
E) Trasímaco.
12. Respecto de las virtudes de tipo ético, según Aristóteles, podemos señalar que
A) expresan la parte irracional del alma.
B) excluyen el “término medio”.
C) requieren del ejercicio del hábito.
D) la sabiduría es la máxima virtud ética.
E) la imprudencia es la finalidad de la moral.
13. ¿Qué acciones debo practicar?”, le consultó un joven a su maestro. Este le
contesto:
“Antes de practicar tal o cual acción moral, debes estudiar y conocer qué es la moral,
qué es el bien, qué es la justicia y qué es la virtud. Sin conocimiento del bien no hay
acción buena”. Esta opinión del maestro coincide con el pensamiento socrático
denominado:
A) Intelectualismo moral
B) Dualismo ontológico
C) Ironía socrática
D) Relativismo
E) Cinismo
14. Karla, sumida en problemas y al verse aquejada por males corporales como el dolor
de espalda y constantes alergias, recibe el consejo de su compañero Alberto quien le
recuerda el consejo de Platón:
A) Preocúpate solo por el cuerpo sensible.
B) Evita preocuparte por el alma y cuida del cuerpo.
C) Solo cuida del alma pues ella es mortal.
D) Despreocúpate del cuerpo, es la cárcel del alma.
E) Debes cuidar tanto del cuerpo como del alma.
15. Adriano considera que no se debe ser cobarde ni temerario sino valeroso, pues el
verdadero valor resulta del justo medio entre tales actitudes extremas. Adriano ha
quedado persuadido de la teoría ética de _____________.
A) Platón
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B) Aristóteles
C) Sócrates
D) Diógenes
E) Protágoras
16. Señale las afirmaciones que están de acuerdo con el pensamiento de los sofistas:
A) Todo juicio es mera opinión.
B) Los valores morales son absolutos.
C) Los dioses son invenciones humanas.
D) Las opciones A y C son correctas
E) Todas son correctas.
17. El hecho de que en la cultura inca se creyera en el dios Sol; en la cultura maya, en
el dios Kukulkán y en la griega, en Afrodita evidencia para los sofistas, como Pródico
de Ceos, que los dioses
A) son inventados por el hombre.
B) constituyen conocimiento científico.
C) representan verdades universales.
D) pueden ser conocidos realmente.
E) solo pueden ser vistos por los creyentes.
18. Oyó un anciano a un joven decir: “El honor, la riqueza o el placer son los suficientes
medios para vivir mejor”, y tras ello el joven recibió este consejo del anciano: “De qué
te sirve adquirir semejantes posesiones o deseos si apenas te has investigado a ti mismo.
Recuerda, joven: una vida sin autoexamen no merece ser vivida”. Esta opinión del
anciano es compatible con la tesis de ____________.
A) Sócrates
B) Protágoras
C) Aristóteles
D) Platón
E) Diógenes
19. En una discusión se presentan varios argumentos sobre los dioses. Algunos
consideran que los dioses poseen formas humanas, otros conciben a la divinidad bajo la
figura de la ancianidad; otros, por el contrario, sostienen que lo divino no posee forma
ni figura. A juicio de Protágoras, esta multiplicidad de opiniones coincide con su
postura denominada
A) teleologismo.
B) relativismo.
C) idealismo.
D) intelectualismo.
E) dualismo.
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20. Señale lo correcto sobre la paradoja de Protágoras
A) Ocurre cuando Protágoras le enseña a un alumno abogacía a cambio de que este le
pague la mitad del monto por sus servicios y luego la otra mitad al ganar un juicio.
B) Termina mostrando que todo es relativo pues tanto Euatlo como Protágoras tienen
razón a pesar de defender posiciones opuestas.
C) Definitivamente, tiene razón Protágoras y su discípulo Euatlo debe pagarle su
deuda.
D) Definitivamente, tiene razón Euatlo y su maestro Protágoras no debe reclamar el
pago.
E) Las opciones A y B son correctas.
Solucionario
1A, 2C, 3B, 4B, 5B, 6A, 7C, 8C, 9D, 10C, 11A, 12C, 13A, 14D, 15B, 16D, 17A,
18A, 19B, 20E
95
TERCERA UNIDAD
Capítulo 8.
Kant y la Escuela de Frankfurt: ética y razón.
La filosofía crítica de Kant
En plena Ilustración, Inmanuel Kant (1724-1804) fue el gran filósofo alemán del s.
XVIII. Estuvo influenciado por el racionalismo de Leibniz y Wolff, el empirismo radical
de Hume, la ciencia físico-matemática de Newton, el pensamiento moral de Rousseau,
además de la tradición religiosa pietista. En esta oportunidad nos ocuparemos de su
ética y, luego, de su concepto de “razón” para después compararlo con el uso que hacen
de ese concepto los teóricos de la escuela de Frankfurt.
Decisiones éticas
La ética se relaciona con decisiones trascendentales que tomamos en nuestra vida. El
responder a estas preguntas conflictivas forma el carácter. Veamos algunas de ellas:
a) ¿Tenemos el hijo o no? ¿abortamos o no?
b) ¿Cambio de empleo o no?
c) ¿Me voy del país o no? ¿emigro o no?
d) ¿Denuncio un hecho reprobable pero que me puede traer muy malas consecuencias
o no?
e) ¿Defiendo a una persona que está siendo atacada por malhechores al riesgo de mi
propia vida o no?
f) ¿Me dejo hundir en el barco en el naufragio para que se salven personas más débiles
o no?
Estas preguntas sirven para dar cuenta de la cotidianidad de la ética y su relevancia en
la vida práctica. Según Kant, la ética debe encontrar los fundamentos del deber, es
decir, se trata de saber fundamentar aquello que explica qué se debe hacer y qué no se
debe hacer.
Lo repugnante o lo moralmente reprobable
La ética estudia la moral. Pero, también se suele decir que la idea fundamental de la
ética es no dañar, no causar dolor a otro. En ese sentido, hay que analizar la relación
entre acciones repugnantes y acciones que dañan pues no son lo mismo. Veamos
algunos casos. Si alguna familia decide comerse a su perro que acaba de morir o una
señora lava el wáter con la bandera peruana ¿esto es moralmente reprobable o tan solo
es repugnante?
Dado que el perro está muerto, nadie sufre si se comen al perro. Asimismo, debido a
que lavar el inodoro con la bandera no daña a nadie, no hay personas sufriendo
moralmente a causa de esto. Lo único malo de esto es que resulta repugnante comerse
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a la mascota o manchar la bandera, pero no podemos afirmar que estas acciones sean
moralmente reprobables, es decir, malas.
Analicemos otro caso. Un joven promete a su madre desahuciada en el hospital que le
llevará flores una vez que se muera. Pero pasa el tiempo y no cumple su promesa ¿esto
es moralmente reprobable? En este caso, tampoco hay personas que puedan sufrir. Sin
embargo, hay algo malo a nivel moral, a saber, no cumplir una promesa hecha a un ser
querido. Esto es malo porque entendemos que debemos honrar nuestra palabra. Para
comprender esta apreciación profundizaremos en la filosofía kantiana.
La teoría ética de Kant
La pregunta fundamental de la ética es: ¿cómo debo vivir? Dicho de otra manera, la
reflexión ética versa sobre los criterios de elección en función de los cuales el ser
humano toma las decisiones más importantes de su vida. No existen respuestas
definitivas ni acabadas sobre este tema. Sin embargo, es ilustrativo revisar lo que ha
planteado Kant al respecto.
Postulados de Kant
La teoría kantiana es compleja. Enseguida, presentaremos la parte metafísica de su
propuesta moral pues es fundamental para entender por qué debemos cumplir con el
deber. Comenzaremos por explicar el punto de vista de Kant sobre la fundamentación
de la razón. Esta necesita tres postulados:
1) la libertad de la voluntad: la voluntad será libre cuando se actúe conforme a la
razón buscando cumplir el deber por el deber mismo.
2) la inmortalidad del alma: dado que los seres humanos de este mundo material
no son infalibles moralmente, el progreso infinito de su perfeccionamiento seguirá
todavía su proceso inclusive aún después de la muerte.
3) la existencia de Dios: Este absoluto es la garantía de que exista concordancia
entre moralidad y felicidad.
El Dios al que alude Kant no necesariamente es parte de una religión. Se trata más bien
de algo absoluto. Lo absoluto es un término filosófico que designa a aquello que es
independiente, generador de todo, que permanece siempre igual, que es indivisible,
incondicionado y que existe por mismo. Ahora bien, para Kant, es importante
asegurar esas tres condiciones con respecto a la moral. No se puede probar, pero se
debe asumir que el hombre es libre, que su alma es inmortal y que un supremo juez,
Dios, lo juzgará por sus actos. Esto quiere decir que podemos tomar nuestras propias
decisiones y hacernos responsables, y, aunque podemos “pecar” en este mundo también
podemos reivindicarnos moralmente en el más allá porque nuestra alma es inmortal y,
finalmente, Dios será quien juzgue nuestros actos y evalúe nuestra brújula moral.
97
Kant sobre el alma y dios
Dios puede ser considerado como la fuente de sentido para la existencia humana. Sin
Dios la vida sería un absurdo carente de sentido. Así, Kant probará que el alma y Dios
existen mediante este argumento.
1. La esperanza íntima del ser humano es alcanzar la felicidad con el ejercicio de su
deber.
2. Pero, en este mundo, felicidad y deber son irreconciliables. Si apuesto por la
felicidad, no cumplo con mi deber y viceversa.
3. Como no puedo renunciar a mi esperanza, tiene que existir otra vida después de la
muerte en la que pueda seguir mejorándome y por la que tenga sentido cumplir el
deber a pesar de que no pueda ser siempre feliz y, además, debe haber un Dios que
califique mi vida moral y me felicidad en proporción directa al cumplimiento que
hice del deber en mi vida.
C. Por tanto, mi alma es inmortal y Dios existe.
¿Felicidad (inclinaciones naturales) o deber (racionalidad)?
La conciencia moral es el saber acerca de lo que está bien y lo que está mal. Existe en
nosotros absolutamente y todos la tenemos. Todos sabemos cuándo estamos haciendo
algo bien y cuándo no. Es algo que solemos llamar la voz de la conciencia, el
remordimiento o el sentimiento de culpa. Pensemos este caso.
Imaginemos que alguien nos da una cantidad de dinero para que se la entreguemos a su
familia. Pero, al siguiente día esa persona muere. No hay ningún registro ni vestigio de
que haya habido esa transacción económica. Así, si uno se queda con ese dinero, no
habría forma de probar fraude y podríamos quedar impunes. ¿Qué hacemos? ¿nos
quedamos con el dinero o lo devolvemos? ¿qué nos dice Kant?
Si uno se queda con esa plata está haciendo algo malo porque no le pertenece. Ahora
bien, sumemos esta información. Consideremos que esta familia es muy odiosa y que,
además, tiene muchísimo dinero (como Donald Trump). ¿Nuestra respuesta cambiaría?
Para Kant (2003), nosotros siempre debemos cumplir con el deber de devolver lo que
no es nuestro a pesar de la situación.
Veamos este segundo caso. Imagine que Ud. es un médico y que tuvo que salvarle la
vida a un pederasta sabiendo que lo es. Ahora bien, sucede que al día siguiente de
curarlo el hombre abusa de un menor. ¿Debió haberle curado? Para Kant, desde el
punto de vista moral no es viable un mundo donde la gente es salvada en función de si
las personas son buenas o malas. Simple y llanamente debemos cumplir con nuestro
deber.
Analicemos este tercer caso. Imagina que un hombre se esconde en tu casa huyendo de
otro que le quiere matar. Cuando llega el asesino te pregunta si tienes escondido en tu
casa a ese hombre. ¿Qué harías? ¿le dirías una mentira? Para Kant, no se debe mentir
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ni siquiera cuando creemos que está justificado, pues ¿es factible un orden moral en
una sociedad que permite la mentira o el egoísmo? El tema de la mentira nos lleva a
discutir la cuestión actual de la posverdad.
Posverdad
En el mundo de internet estamos asediados continuamente por bots, trolls, fake news,
phishing y doxing. Lo que tienen en común estos elementos es que forman parte de lo
que podemos denominar la posverdad. La posverdad es aquella información en la que
los hechos objetivos no cuentan en lo respectivo a formar una opinión como la
apelación a la emoción, al deseo y a la propia creencia. Se trata de un nuevo fenómeno
caracterizado por la creencia de que no es relevante distinguir entre verdadero o falso.
Lo que justifica que algo sea creído es su intensidad y la extensión, es decir, algo es
creído si y solo si es impactante y es aprobado por muchas personas (y así se vuelve
“viral”).
Esto es, en la medida en que el sujeto o el colectivo se sientan cómodos y satisfechos
con la noticia se anula la natural capacidad de juicio y critica al respecto. Así, la
posverdad puede describirse como una suerte de renuncia al pensamiento crítico. Esto
significa que la gente, finalmente, creerá en algo porque le gusta y no porque sea cierto.
En relación a Kant, la cuestión moral surge del problema de permitir la mentira. Lo
anterior es discutible pues las redes sociales están plagadas de mentiras por todos lados
y esto en vez de indignar a las personas, hoy parece de lo más normal.
Formalismo (ética deontológica)
Según Kant, para actuar bien uno debe basarse en una buena voluntad, esto es, hay que
tener buenas intenciones, que conforme a la razón cumpla el deber por el deber mismo
(considerando principios). Cumplir el deber significa comportarnos según la ley moral
que nos dicta la propia razón. Así, somos libres cuando actuamos no guiados por
nuestras pasiones o intereses privados (el placer, los deseos, el dinero) sino motivados
por la razón, nuestra mejor naturaleza (el deber). Así, es lo mismo la voluntad libre y
la voluntad de actuar bajo normas morales porque el que conoce su deber entenderá
que es libre siempre y cuando respete el cumplimiento de ese deber.
La reflexión ética de Kant parte de considerar que el ser humano es,
fundamentalmente, un ser racional y libre. La idea del respeto a ese carácter racional y
libre de todos los seres humanos es fundamental en el desarrollo de su propuesta. El
origen de las decisiones libres que dan lugar a los actos humanos es la voluntad. Kant
considera que los actos en mismos no son buenos ni malos moralmente; es la voluntad
que los origina lo que los hace buenos o malos. En este sentido, es posible, por ejemplo,
que una madre, actuando con buena voluntad, suministre una medicina a su hijo, sin
saber que es alérgico a la misma, y debido a esa alergia, finalmente su hijo muera. Sin
embargo, desde el punto de vista de Kant, el acto de esa madre es moralmente bueno,
99
si la voluntad que tuvo al suministrar la medicina fue buena. De hecho, la madre lo
quiso salvar y, por eso, ella es buena.
Por el contrario, los actos de una persona pueden tener consecuencias buenas, pero si
la voluntad que la movió fue mala, Kant considera que la persona actuó moralmente
mal. Por ejemplo, una persona puede incitar a su enemigo a apostar una gran suma de
dinero a los caballos, pensando que así su enemigo va a perderlo todo. Aunque esta
persona, por casualidad, gane, desde el punto de vista moral el acto de quién incitó a
la apuesta es incorrecto, puesto que actuó de mala voluntad, con mala intención. Actuó
con el fin de causar daño y eso basta para saber que es malo, aunque el resultado haya
sido beneficioso. Lo fundamental es la intención, la voluntad.
Pensemos en este caso. Imaginemos que una persona se está ahogando en un río y que
uno pasa por ahí. Frente a esto me puedo preguntar: ¿me arrojo al río o no? Si me
arrojo, hay dos posibilidades: la salvo o no. Pero, ¿acaso la persona que se tiró a salvarla
y la salvó tiene mayor valor moral que la que se tiró y no la salvó? No, porque la acción
moral no tiene que ver con los resultados o consecuencias. El acto moral es
desinteresado. Uno hace el bien porque sí, porque es su deber.
Moral heterónoma
La moral heterónoma es aquella en la que otros elementos externos a nuestra razón
(iglesia, policía, sociedad, etc.) influyen en nuestra decisión para la realización o no de
un acto determinado. Esta moral está asociada a los imperativos hipotéticos que son
condicionales, particulares y contingentes. Estos imperativos valen bajo el supuesto de
un fin que se persigue y expresan solo un deber condicionado: PQ. Por ejemplo:
a) Como la policía te puede meter a prisión, no debes robar. En este caso, no debes
robar porque la policía puede intervenirte. Pero, eso significa que, si tuvieras la
seguridad de que no te están vigilando, entonces puedes robar porque te puedes salir
con la tuya.
b) Para que te vuelvan a comprar en tu negocio, debes tratar bien a los clientes. Kant
pone el ejemplo de un comerciante que siempre es honesto y no estafa a sus clientes,
pero es honesto no porque ser honesto sea bueno, sino porque de esta manera no pierde
a sus clientes. Este comerciante no es una persona moralmente buena; lo sería si fuera
honesto porque su deber es ser honesto. En este caso, él piensa que debes tratar bien a
tus clientes porque ello garantiza que regresen a comprarte. Pero, si supieras que ellos
nunca volverán, eso fundamentaría que los trates mal a propósito. Y esto no tiene
sentido.
Situación inesperada
Pero ¿qué pasaría si alguien nos dice que no le importa ir a la cárcel o que no necesita
que vayan a su negocio? Si le digo a un niño que debe ayudar a los demás para que tenga
amigos y este me dice que no le importa tener amigos. ¿Qué hacemos en estos casos?
100
Si amenazamos seguimos en lo mismo. Si le decimos “si no ayudas a los demás, te
castigo o te pegode nuevo podría decirnos que eso no le interesa. Esto revela que este
tipo de justificación no es del todo convincente. La estrategia para enfrentar estas
situaciones es situar la moralidad de un acto no en el cumplimiento de condiciones
previas sino más bien en el propio acto. En los casos presentados, lo que tenemos que
decir es que no se trata de evitar la cárcel, tener más clientes o buscar más amigos. En
realidad, debemos portarnos bien porque el acto de portarnos bien forma parte del
deber que tenemos que cumplir como ciudadanos racionales que forman parte de una
sociedad organizada. Hacer lo correcto es valioso por mismo y no porque aquello
genere alguna ganancia o pérdida.
Moral autónoma
Se logra una moral autónoma cuando decidimos por nuestra cuenta si un acto es bueno
o no considerando si se ajusta a la forma esquemática (sin tomar en cuenta el contenido
de la acción) de los imperativos categóricos que son leyes morales a priori,
incondicionales, universales y necesarios. Estos imperativos confieren a la ley moral
una validez formal y absoluta. Precisamente, esta ética se llama formalista porque una
acción se considera correcta si es coherente con la forma de los imperativos categóricos.
Esto significa que una acción es correcta si cumple con algunos de esos imperativos,
por ejemplo, si se trata de una acción cuya universalización permite construir una
sociedad, entonces dicho acto es bueno.
Una consecuencia, desde este punto de vista, es que solo la propia persona puede ser
juez de la moralidad o inmoralidad de sus actos, pues solo ella es capaz de saber si su
voluntad fue buena o mala. Nadie más puede juzgarte, nadie es más persuasivo que tu
propia consciencia. La doctrina moral kantiana, por lo tanto, no puede ser un conjunto
de preceptos y normas específicas que las personas tengan que cumplir, pues siempre
cabe la posibilidad de que el que actúa cumpla los preceptos y normas, pero con mala
voluntad.
Kant considera que son personas moralmente buenas las que actúan por deber, no solo
de acuerdo o conforme al deber. Los que actúan conforme al deber son “conformistas”,
es decir, cumplen a regañadientes, pero tal vez sin convicción. Actuar por deber
implica seguir los imperativos categóricos. Los imperativos categóricos son tres:
a. Actúa de tal modo que la máxima de tu acción siempre pudiera valer al mismo tiempo
como el principio de una legislación universal (Universalidad)
b. Actúa de tal modo que uses la humanidad, tanto en tu persona como en la persona
de cualquier otro, siempre como un fin al mismo tiempo y nunca solamente como un
medio (Dignidad)
c. Actúa exteriormente de tal modo que el libre uso de tu albedrío pueda coexistir con
la libertad de todo el mundo conforme a una ley universal (Libertad)
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Los casos anteriores se pueden responder de este modo: no se debe robar porque robar
es malo, debes tratar bien a la gente porque todos deben ser tratados bien. La clave del
sistema moral esen que colectivamente existan reglas formales que garanticen que
ninguno con el fin de alcanzar su propia felicidad avasalle la persona del otro. En otras
palabras, una persona sabrá si sus actos son moralmente correctos si puede querer que
todos actúen como él. La prioridad está en el cumplimiento de las reglas y después
podemos evaluar el asunto de la felicidad privada.
¿Por qué hacer el bien?
A veces se hace un bien pensando en que va a tener un impacto próximo, por ejemplo,
Hago el bien para ir al cielo”, No me cuadro en este sitio porque es para discapacitados
y me pueden multar. Sin embargo, para Kant la idea es hacer el bien sin esperar nada
a cambio, sin mirar a quien se beneficia sino porque se intuye que es una especie de ley
universal. La idea es actuar de forma desprendida. Así, nos podemos asegurar de hacer
las cosas de la manera correcta y por las razones correctas. Esto es tener buenos
modales. Hay que actuar por cortesía: saludar, agradecer, decir “por favor” y ser
considerados con los demás. No hay que esperar a que nos den un certificado o diploma
por tener buena conducta. Se trata de ser morales porque comprendemos que nosotros
mismos no solo así lo queremos, sino que, además, nos lo exigimos.
En lo que sigue, después de haber analizado la ética kantiana se realizará una
comparación entre el estudio de la razón que ofrece Kant y el que realiza la escuela de
Frankfurt.
Tres interpretaciones de la Razón
El pensamiento de Kant surge a raíz de la problemática gnoseológica vigente en relación
a la posibilidad y el origen del conocimiento y también está motivado por la idea de
clarificar el concepto de hombre y de la sociedad en el contexto de la Ilustración.
Existen tres interpretaciones de la Razón y Kant las someterá a análisis para resolver
este antagonismo.
1) Tenemos, en primer lugar, al dogmatismo racionalista que considera que la sola
Razón, autosuficiente y al margen de la experiencia y de lo dado por el mundo, puede
dar cuenta de la estructura y sentido de la totalidad de lo real. La metafísica racionalista
había construido las grandes ideas de Dios, alma y la sustancia corpórea. Pero, ¿cómo
demostrar la objetividad de estas ideas metafísicas? ¿qué correspondencia existe entre
esos grandes conceptos y la misma realidad? Esos asuntos quedaban como problemas
pendientes
2) En segundo lugar, ubicamos al empirismo que, como intento de reducir el
pensamiento a lo dado por el mundo, culmina en el escepticismo de Hume con la
evidente derrota de la Razón. Por un lado, Kant parece darle la razón al empirismo al
102
afirmar que no se puede dudar de que todos nuestros conocimientos inician con la
experiencia. Pero, por otro lado, criticando esta posición añade que, si bien es verdad
que nuestros conocimientos surgen en la experiencia, sin embargo, no son productos
de ella.
3) Finalmente, en tercer lugar, está el irracionalismo que sobrevalora el
sentimiento, la emoción, la fe mística o el entusiasmo subjetivo llegando a derivar a
una negación de la Razón misma. Esto sobre todo será notable con el inicio del
Romanticismo con Rousseau en el s. XIX y luego con Kierkegaard, Schopenhauer,
Nietzsche y hasta Bergson.
Las tres interpretaciones antagónicas de la Razón preocupan a Kant y él se dispone a
realizar en modo formidable el proyecto de construir una idea de razón.
Sobre la Ilustración
Someter a juicio a la Razón significa criticarla. Este enjuiciamiento se justifica por el
modo en que los hombres de su época vivían: un modo no-ilustrado, de minoría de
edad, de dependencia total, de irresponsabilidad. En ese tiempo, según Kant, la
humanidad vivía así debido a la ociosidad, al aislamiento, al individualismo y, sobre
todo, por la falta de verdadera libertad. La tarea de la crítica de la Razón tendrá como
objetivo principal la realización de esa libertad que la Revolución Francesa ya había
anticipado. En realidad, la reducción de la libertad implica desconocer que la misma
razón impone su propia legalidad a la conducta humana. Este tema ya fue expuesto
cuando se analizaron los imperativos categóricos y la moral autónoma dentro de la ética
kantiana.
Para solucionar esta situación de abandono de la Razón, Kant plantea la crítica de esa
Razón atreviéndose a buscar la verdad por cuenta propia, pues la Ilustración es
representada por la consigna de atrevernos a pensar por nosotros mismos (“sapere
aude”). Entonces, una crítica de la Razón exige que el ser humano sea claro con
respecto a lo que él mismo es, sobre sus últimos fines e intereses. Por ello, la crítica de
la Razón debe estar acompañada de la libertad, una libertad que no se satisface
viviéndola de manera irreflexiva e irresponsable. El objetivo es buscar también el orden
social. Así, se busca fundamentar una idea de libertad que sea efectiva para la acción.
Kant sostenía que el mayor derecho de la humanidad consistía en ejercitar su
racionalidad buscando la verdad.
Concepción kantiana de la Razón
En la Crítica de la Razón Pura (2009), Kant sugiere que la Razón es la misma para todos
los hombres, es decir, le otorga la característica de la universalidad. Esto no significa
que todos los hombres deben pensar lo mismo sobre todas las cosas. En realidad, los
hombres tienen la misma Razón porque son capaces de comunicarse con los demás con
103
la finalidad de explicitar sus pensamientos y así se puede dar lugar a la crítica y al
posterior perfeccionamiento. De este modo, nadie podría decir que es racional lo que
fulano piensa si todos los otros llegan a pensar lo opuesto. Nadie podría afirmar que
tiene derecho a algo si todos los otros creen que no es así. La verdad debe ser
intersubjetiva.
Ahora bien, si la Razón debía ser un derecho humano, entonces debía delinear las
formas de vivir y de relacionarse con los demás. Así, la Razón debe definir al hombre
mismo. La Razón debía dedicarse a hallar lo que es común a todos los hombres. Por
ello, en los hombres la igualdad antecede a la libertad. (Cruz, Granada, Lledó, Viciana
y Villacañas, 2011)
Para Kant, la filosofía persigue dos objetivos. El primero consiste en realizar una crítica
de las concepciones degradadas de la Razón. El segundo consiste en el proyecto de un
Estado nuevo de la Humanidad libre. Ahora bien, para realizar estas metas previamente
debemos descubrir y establecer cuáles son los principios, las leyes y los fines últimos
que la Razón, auténticamente, se impone a misma. En ese sentido, procederemos a
investigar críticamente a la Razón.
Crítica de la Razón
En primer lugar, Kant va a analizar la Razón misma en tanto principal elemento
involucrado con el conocimiento. A esta Razón la va a someter a crítica, es decir, va a
establecer los límites de su capacidad para así evitar el error de asignarle tareas que la
Razón no puede llevar a cabo. En segundo lugar, este estudio lo va a ejecutar
analizando la Razón pura, es decir, la Razón libre y sin elementos extraños a ella, tal
como es, previo a cualquier contenido empírico. Y, en tercer lugar, esta tarea se
realizada por la propia Razón. (Lobosco y Bianchini, 2006)
En consecuencia, la Razón pura será entendida como la esencia de la misma Razón en
tanto que facultad que establece desde misma: a) los principios que rigen el
conocimiento, b) las leyes que regulan la acción humana libre, y c) los fines últimos de
la Razón, así como las condiciones bajo las cuales estos podrán ser logrados. (Navarro
y Calvo, s.a.)
Los intereses esenciales de la Razón son los aspectos de la vida humana en las que la
Razón debía intervenir activamente. Estos intereses se resumen en tres preguntas
fundamentales sobre la gnoseología, la ética y la teología (es necesario mencionar que
la cuarta pregunta involucra a las demás y versa sobre la antropología). Dichas
preguntas son:
1) ¿Qué puedo conocer?: puedo conocer solo aquello a lo que mis herramientas
mentales se aplican. Esta pregunta se responde en la Crítica de la Razón Pura.
104
2) ¿Cómo debo obrar?: debo obrar de acuerdo a las exigencias morales que la Razón
universal establece. Esta pregunta se responde en la Crítica de la Razón Práctica.
3) ¿Qué me cabe esperar?: espero que haya una fuerza superior que me vigile y que
me juzgue al morir para determinar si fui justo o no y, en consecuencia, si merezco la
felicidad o no. Esta pregunta se responde en La Religión dentro de los límites de la mera
razón.
4) ¿Qué es el hombre?: el hombre es un ser racional que cuenta con alma inmortal y
libertad.
En términos de derechos humanos, podemos afirmar que todo hombre tiene derecho
a conocer, a obrar según su deber, y por ello, a esperar la felicidad, pues si no
conocemos, no podremos actuar cumpliendo nuestro deber; y si no buscamos cumplir
con nuestro deber, no tenemos derecho a esperar ser felices. Es evidente el orden y la
sistematicidad de las ideas kantianas.
Las tres primeras preguntas, por lo tanto, están muy relacionadas. En ese sentido, se
entiende que Kant pensara que la Razón humana era solo una. Cuando nos hacemos
estas preguntas, estamos preguntándonos qué hacemos con nuestra propia existencia.
Y, solo respondiendo estas cuestiones podremos llegar a la “sabiduría” (Cruz, Granada,
Lledó, Viciana y Villacañas, 2011). En el siglo XX otra investigación sobre la Razón fue
realizado por un grupo interdisciplinario de investigadores que conoceremos
enseguida.
Las críticas de Horkheimer y Adorno a la Ilustración
La denominada Escuela de Frankfurt tiene su origen en el Instituto de Investigación Social,
fundado en Alemania en 1922. Fue su segundo director, Max Horkheimer, quien
consiguió reunir, a partir de 1930, a diversos pensadores que serían muy influyentes
posteriormente. A estos se les conoce como los frankfurtianos.
Teoría tradicional versus Teoría crítica
El núcleo del pensamiento frankfurtiano empieza con el análisis del rol jugado por la
ciencia como forma de entender la realidad. Estos pensadores consideran que la ciencia
ha desarrollado un modo ideológico de interpretar la realidad social y natural. Para
entender esto debemos analizar los presupuestos de la ciencia. Estamos ante la llamada
teoría tradicional. Aunque, en principio, una teoría se refiere a un cierto campo de
trabajo, su ideal es alcanzar una explicación universal de los hechos unificando así todas
las regiones del saber. El objetivo no confesado de los científicos es unificar las distintas
ciencias, sean sociales o naturales, para que puedan utilizarse los mismos conceptos y
métodos tanto en el ámbito de lo vivo como de lo inerte. Este ideal de la ciencia fue
iniciado por Descartes, continuada luego por Comte y se agudizó, finalmente, en
Schlick con el Círculo de Viena.
105
Los filósofos de Frankfurt se oponen a esta visión tradicional de la ciencia. Ellos niegan
la posibilidad de una ciencia imparcial, neutral y objetiva. Con ello, logran romper
tanto con los racionalistas como con los positivistas. Este grupo sostiene que con esa
manera de entender la ciencia se invisibiliza su función real en la sociedad, su
dependencia de las condiciones sociales específicas y así la ciencia termina
convirtiéndose en una estructura ideológica al servicio de ciertos intereses que tratan
de conservar y reproducir lo ya establecido, aunque sea injusto.
Para los frankfurtianos, ni el científico ni la ciencia son absolutos e independientes. En
realidad, son modos de reproducción social. El objeto de estudio de la ciencia no debe
ser la realidad externa sino la acción histórica y social. El olvido de esta dependencia
entre realidad social y teoría científica deslegitima la relación entre la praxis y el
ejercicio de la razón y el pensamiento crítico. En la teoría tradicional, la acción del
hombre (su praxis) debe seguir sin cuestionar lo dictaminado como verdadero. Por
ejemplo, esto ocurre con la economía que muchos consideran algo neutral. Sin
embargo, esta ciencia suele ser usada por los grupos de poder para asustar a los sectores
sociales más vulnerables con la subida del dólar o de los precios o el nivel de la inflación,
si hiciera falta.
Frente a esta concepción, la teoría crítica pretende darle su lugar tanto a la razón
como a la praxis. La teoría crítica se aleja del “cientificismo” y propone una nueva
perspectiva que descubra los supuestos que sustentan a lo existente. El alejamiento del
“cientificismo” permitirá la real independencia del investigador. Todo buscador de la
verdad debe convertirse en alguien con pensamiento crítico para así realizar una
propuesta cuya meta sea la transformación de la realidad social a favor de todos los
ciudadanos. Así, se comprende que la teoría crítica se caracterice por su aspecto
reformador. Su principal objetivo es una sociedad donde haya más justicia. (Lobosco y
Bianchini, 2006)
En pocas palabras, la filosofía frankfurtiana trata de presentar una propuesta teórica que
considere las transformaciones que se están produciendo en las sociedades desarrolladas
avanzadas. En concreto, hay que advertir y explicar a la sociedad sobre las formas de
dominación y de manipulación de la conciencia actuales. Por ende, se debe promover
un debate para discutir los supuestos ideológicos que operan bajo nuestras formas
habituales de investigación y que, también, plantee la cuestión de qué idea de Razón
nos parece la mejor. Por ejemplo, es evidente que algunos gobiernos priorizan
investigaciones sobre armas de destrucción masiva a costa de los intereses de la gente a
la cual no le interesa la guerra. Nadie discute esto y, sin embargo, estos proyectos
bélicos reciben altísimos financiamientos.
106
Las tres razones
La Escuela de Frankfurt analizó la evolución de la Razón desde la formación de la
racionalidad moderna y encontraron estas tres razones: la objetiva, la subjetiva y la
instrumental. A continuación, explicamos cada una.
1) La Razón objetiva: la finalidad de la razón objetiva es representar la estructura de
la realidad sin considerar la existencia del ser humano. Esta razón es considerada la
instancia suprema que permite delimitar las conductas humanas desde una “objetividad
abstracta. Bajo esta concepción, la razón humana es vista como una expresión limitada
de esa razón objetiva. Lo que sea verdad depende de la aceptación, por parte del
hombre, de lo establecido por esa racionalidad objetiva. Así, los frankfurtianos
cuestionaron la razón objetiva porque esta propone limitados y cerrados modelos de
análisis. Según la teoría crítica, esta forma de razón se desvincula de la realidad histórica,
absolutiza los conceptos y oculta los intereses del poder presentes en la actual sociedad.
2) La Razón subjetiva: el fundamento de la razón subjetiva se encuentra en la
capacidad de los hombres para organizar sus vidas racionalmente. Esta razón se
manifiesta en la capacidad de calcular lo más probable y así adecuar los medios correctos
a un fin determinado. Desde la época moderna se ha dado a la razón el máximo valor
en tanto capacidad subjetiva. Esta razón subjetiva es la única responsable de las
actividades humanas. En ese sentido, la razón subjetiva se vuelve un instrumento cuyo
objetivo es resolver los problemas para alcanzar ciertos fines. La degeneración de esta
razón origina la razón instrumental.
3) La Razón instrumental: la característica fundamental de este tipo de razón es su
carácter operativo y pragmático. No se preocupa por lo adecuado o no de los fines. Lo
que le importa es qué medios debe usarse para alcanzar ciertas metas. Las metas
dependen de la operatividad y la eficacia y así quedan alejadas totalmente de
consideraciones morales. Con la aparición de la sociedad burguesa este tipo de razón
cobra sentido. Esto es, esta razón se vuelve aliada de la productividad de la sociedad
industrial (es decir, la Ilustración) y su única meta consiste en obtener productos y
ganancias.
Como consecuencia de este planteamiento, se identifica la razón con la utilidad y de
este modo los medios dependen de los fines: “El fin justifica los medios”. Esta es una
razón pragmática, en la que ya no se discute la verdad, sino más bien la utilidad: solo la
eficacia cuenta y solo lo que es útil es verdadero. Así pierden su valor todos los
conceptos considerados metas dignas de los seres humanos. Por ejemplo, la
racionalidad instrumental no puede comprobar la eficacia de la justicia o la libertad.
Inclusive, si el objetivo es el resultado, puede ser más útil y factible la injusticia que la
justicia y la esclavitud antes que la libertad pues estas permiten una explotación más
107
eficiente y productiva. Todo queda sometido al modo de producción y a la organización
industrial.
Las expresiones puramente humanas (la cultura) pierden su sentido propio (ser un
medio de placer o goce estético o cognitivo), para tener un valor de acuerdo a su
rendimiento económico. Así, surge la cultura de masas, en la que el tiempo de ocio se
define desde fuera del individuo y solo en su conexión con el proceso de producción.
De este modo, se instituye un proceso de cosificación (o fetichización) por el que todos
los productos se transforman en pura mercancía. Como resultado, se vuelve natural el
considerar que lo único que realmente importa es el dinero y lo rentable y esto se
convierte en una nueva “objetividad”. De este modo, el individuo queda sometido a un
incuestionable Absoluto en el cual él mismo ha dejado de ser un sujeto y se ha
convertido en un medio, en un elemento de la naturaleza. Por supuesto, esto implica
que quede bajo el dominio de una sociedad anónima en la que todo es racional (en el
sentido instrumental) excepto la propia Razón.
El hombre, de esta forma, se vuelve un ser dependiente y manipulable, pues cuanto
más se debilita el concepto de Razón, tanto más fácilmente es presa de la ideología y
de la difusión de las mentiras más descaradas y persuasivas. Lo estamos viviendo ahora
con la aparición de la “posverdad” en el mundo informático. Llegados a este punto,
según Horkheimer y Adorno, descenderemos a la barbarie o al inicio de la historia. La
sociedad industrial en la que manda la razón instrumental hace de la vida humana algo
indeseable e innoble. Por ende, es necesario reivindicar la Razón que Kant anheló a fin
de retornar a una Razón reconstruida que evite los males del individuo. (Lobosco y
Bianchini, 2006)
La dialéctica de la Ilustración
Según esta escuela, la Razón se convierte en la Ilustración en un instrumento al servicio
de la dominación de la naturaleza y del hombre. Es un hecho que, a partir del siglo
XVIII, la Razón, pretendiendo reemplazar a la superstición y al mito, se ha convertido
ella misma en un cierto tipo de mito. La Razón tiende siempre a mirar imparcialmente
con cada vez más énfasis a la naturaleza y así esta última se ha convertido en un
instrumento de sometimiento. De esta manera, desviada de sus objetivos liberadores,
la Razón se ha convertido en posibilidad de alienación y falta de libertad. Curiosamente,
el mismo individuo desviado por siniestros intereses, cosificado y convertido en
mercancía, ha anulado la posible emancipación que la Razón prometía.
Nuestras sociedades actuales dirigidas por especialistas tecnócratas y burócratas
mezquinos han disuelto progresivamente a los sujetos individuales en enormes sistemas
como, por ejemplo, los tan lamentables totalitarismos del siglo XX. Incluso, el arte se
ha tornado en un producto más de la industria cultural que busca, a través de sus
108
estrategias de marketing, consolidar la manipulación (Huisman, Vergez y Le Strat,
2001).
Nuestra época valora mucho su aspecto tecnocientífico. En esto radica su razón
instrumental. Adorno y Horkheimer estudiaron esta racionalidad y concluyeron que
los hombres actuales aplicamos la Razón, pero solo en lo que respecta a los medios
que utilizamos para las conseguir nuestras metas. Así, estos hombres modernos solo se
fijan en los instrumentos técnicos, científicos e incluso en los mecanismos de
organización sociales, pero solo con el objetivo de sacar provecho. Todos sus análisis
están indiscutible y racionalmente sirviendo a un cierto fin. Pero, ¿este fin es racional?
¿tiene sentido? ¿se justifica? ¿vale la pena? Esas son las preguntas que Adorno y
Horkheimer se plantean en La dialéctica de la Ilustración (1998).
Para ambos, en plena Ilustración el desarrollo intelectual, la crítica, la ciencia, el
abandono de la religión y de las supersticiones y las falsas creencias, crearon un orden
racional, pero solamente centrado en aspectos instrumentales. ¿Cuándo
reflexionaremos sobre si los fines son adecuados y correctos? Por ejemplo, si hacemos
sufrir a los animales con tal de conseguir maquillaje para los seres humanos tenemos
que preguntar ¿para qué todo esto? ¿qué queremos buscar? ¿realmente eso queremos?
¿por qué nadie se indigna por este maltrato? Esto sigue siendo irracional a pesar de
tanto adelanto tecnológico.
Nuestra sociedad ha derivado en experiencias terribles tales como el nazismo y el
stalinismo totalitarios. Ambas propuestas políticas no tienen nada de racionales. Sin
embargo, los métodos empleados que lo fueron, en el sentido de que fueron
“estratégicos”. Así, se buscó la toma del poder, el dominio y la manipulación de la
población y de sus libertades. Se trataron de métodos racionales, pero al servicio de
fines y objetivos absolutamente irracionales (Savater, 2008). Sin embargo, el problema
no solo viene de regímenes políticos inhumanos sino que también ahora podemos estar
viviendo bajo la dictadura de las empresas en plena democracia. Podemos decir que
actualmente vivimos sometidos bajo redes sociales que definitivamente nos espían para
conseguir datos y así manipular nuestro consumo. Esto es lo realmente preocupante.
Conclusiones
En este capítulo se ha arribado a lo siguiente. La ética formalista de Kant se plantea
criterios para evaluar si los actos tienen una forma adecuada. Esos criterios se deno-
minan imperativos categóricos. La moral que considera esos imperativos es la moral
autónoma. Frente a esta, tenemos la moral heterónoma. Esta moral se basa en im-
perativos hipotéticos que están condicionados por circunstancias sociales, policiales o,
incluso, religiosas. Ahora bien, Kant elabora un concepto de razón universal y
necesario. Precisamente, la Escuela de Frankfurt considera que toda teoría debe estar
vinculada a circunstancias sociales particulares, pues no existen teorías neutrales libres
109
de compromisos políticos. Finalmente, esta escuela, que admira ese concepto kantiano
de razón, cuestiona la razón instrumental que surgió en la misma Ilustración.
110
Capítulo 9.
La ética utilitarista de Bentham y Mill.
Dilema moral
Un dilema moral es una situación en la que hay que elegir entre dos consecuencias
desagradables. Por ejemplo, ¿qué pasaría si en un avión queda solo un paracaídas y
dentro de este avión, que está a punto de estrellarse, se encuentra un médico y un
emolientero? Salvar a uno implica necesariamente dejar morir al otro. ¿A quién se
debería rescatar?
Se puede decir que hay que rescatar al médico pues él puede salvar más vidas y es mucho
más costoso en tiempo y esfuerzo formar a un médico que a un emolientero. En
cambio, casi cualquier persona puede ser un emolientero. Este análisis costo-beneficio
que considera los pros y los contras realizado líneas arriba obedece a criterios
utilitaristas.
En cuanto al tema de si uno mintiera para salvar la vida de un amigo a quien un asesino
busca, el utilitarismo, a diferencia del kantismo, podría argumentar que es mejor
mentir que no hacerlo pues al mentir uno puede lograr mejores consecuencias. Es
decir, si al mentir podemos salvar una vida, debemos hacerlo. En este punto debe
quedar claro que la ética kantiana es una ética de principios mientras que la utilitaria es
una ética consecuencialista.
Utilitarismo
Esta doctrina surgió en Inglaterra durante la revolución industrial. Sus principales
representantes fueron J. Bentham y J. S. Mill. La ética utilitarista se basa en la idea de
que la mejor acción es la que genera la felicidad máxima al mayor número de personas
y la peor, la que ocasiona miseria (dolor, sufrimiento) en forma análoga. De este modo,
es mejor construir un hospital que hacerle un monumento al Papa Francisco. Es mejor,
si no hay otra salida, dejar morir a uno que dejar morir a cinco personas tal y como lo
plantea el dilema del tranvía
10
.
10
El dilema del tranvía es un experimento mental planteado por Philippa Foot en 1967. De acuerdo
a este dilema, imaginemos que estamos sobre un tren y vemos a lo lejos que en el carril hay
trabajando 5 personas que no se han dado cuenta que viene el tren a toda velocidad y que puede
matarlos. Asimismo, antes de esos cinco trabajadores hay un segundo riel que conduce a un
escenario menos trágico, solo hay un trabajador distraído en esa vía. Además, supongamos que
sabemos que tenemos la opción de apretar un botón y así cambiar el rumbo del tren hacia otro riel
para que no mate a cinco. El problema es que moriría el trabajador solitario en la otra vía. La
pregunta es ¿apretaríamos el botón?
Existe otra versión mucho más polémica. Imaginemos que estamos sobre un puente acompañados
de un hombre extremadamente obeso que se ubica al filo del puente. Al mismo tiempo, viene un
tren a toda velocidad y todo parece indicar que terminará matando a 5 personas que se ubican
trabajando en el riel por donde pasará fatalmente el tren. Sabemos, además, que si empujamos al
111
En nuestra vida tomamos decisiones debido a una serie de cálculos que realizamos. Así,
decido dejar de beber alcohol (un placer intenso) porque temo el dolor a largo plazo
que pueda traer consigo (cáncer, úlceras, fiebres, mal estado de salud). Hay personas
que escogen un trabajo cómodo y simple, aunque monótono y repetitivo (como, por
ejemplo, ser profesor), frente al riesgo de algo emocionante pero tremendamente
ocasional (como, por ejemplo, grabarse practicando peligrosos deportes extremos para
difundirlos en redes sociales). Así, debido a que las resacas suelen estar asociadas al
consumo excesivo de bebidas alcohólicas, preferimos cultivar nuestro gusto musical o
cualquier otro talento que tengamos, etc. En todo caso, estos cálculos parecen sugerir
que todos los placeres (ya sean tener sexo, leer un libro, jugar al ajedrez, escuchar
música) pertenecen a un mismo tipo de experiencia que solo difiere en relación a la
cantidad: en su intensidad, su duración, su pureza, etc.
Pero, si asumimos lo escrito por Bentham (1970) entonces cada uno se va a preocupar
solamente por buscar su propio placer (y, al mismo tiempo, evitar el dolor). Esto nos
volvería personas egoístas. Ahora bien, si somos personas egoístas y solo nos
preocupamos de nosotros mismos, es decir, de nuestros propios placeres y dolores,
¿cómo podemos esperar que una persona egoísta se preocupe por la felicidad general?
Esta pregunta es importante porque la ética trata de la cuestión de no hacer daño a los
demás. Al respecto, hay al menos tres razones para que el egoísta se preocupe por la
felicidad de los demás:
1) Darnos cuenta de que otro sufre (o goza) también nos produce sufrimiento (o goce)
porque tenemos empatía.
2) Un ser demasiado egoísta que roba, engaña y mata se arriesga a ir preso. Esto es
contraproducente porque le causaría dolor y así resultaría contrario a la idea de que
cada quien debe buscar su propio placer.
3) Si, a pesar de mi egoísmo, colaboro con los demás puedo salir más beneficiado que
trabajando solo porque al formar parte de un colectivo obtendré mejores resultados
que actuando solitariamente.
Todas las personas son iguales y sus opiniones se deben tener en cuenta en lo que
respecta al cálculo de la felicidad general. El problema es que alguien que siga a
Bentham no podrá creer firmemente en los derechos individuales. Por ejemplo, si
tenemos capturado a un individuo sospechoso que ha puesto una bomba en una
universidad pública que sabemos que va a estallar y matar a muchas personas,
¿deberíamos torturarlo lo más que se pueda hasta obtener la información sobre la
hombre obeso hacia los rieles del tren este podrá impedir que siga su transcurso y así evitaríamos
que mate a esas cinco personas, pero, inevitablemente, el hombre obeso moriría. La pregunta es
¿empujaríamos al obeso? Curiosamente, en el primer caso casi todos los encuestados aceptan que
la mejor opción es apretar el botón, pero en este segundo caso, dudan y lo piensan más antes de
responder. Esto puede deberse a que mientras en el primer caso el procedimiento parece más técnico
(se trata de apretar un botón) en el segundo el hecho de empujar a alguien hacia su muerte parece
más incriminatorio, criminal y personal.
112
ubicación de la bomba o deberíamos respetar su humanidad y dignidad y esperar a que
él nos diga voluntariamente lo que sabe al respecto? Pensemos en otro ejemplo: si
estamos atrapados en un bote a la deriva sin agua ni comida y dos de nuestros amigos
han muerto, ¿sería aceptable comernos sus cadáveres para sobrevivir o, más bien,
deberíamos respetar sus restos? El utilitarista que sigue a Bentham no dudará en
permitir la tortura o el canibalismo si piensa que con ello se evitaran más desgracias y,
por ende, más dolores.
El utilitarismo de Mill
Mill desarrolla el utilitarismo criticando a Bentham, precisamente, en relación al
aspecto puramente cuantitativo de los placeres o deseos. Mientras que para Bentham
no se podría afirmar que es mejor escuchar a Mozart que reggaetón o que practicar
ballet es mejor que entretenerse con videojuegos on-line (Dota 2, Counter Strike,
Warcraft, Free Fire), Mill piensa que puede haber una manera de comparar los placeres
a fin de saber cuál es mejor (López, 2016).
Pocos hombres aceptarían transformarse en algún animal, aunque se les prometiera el
más completo disfrute de los placeres de estas bestias. Ningún ser humano inteligente
quisiera convertirse en un estúpido, ninguna persona sabia querría ser un ignorante.
Ninguna persona con sentimientos y conciencia buscaría rebajarse a fin de volverse
egoísta y depravada, aunque se le asegurase una mejor situación económica. Esto quiere
decir que, entre los placeres, además de diferencias en relación a la cantidad, también
hay diferencias cualitativas. Es decir, algunos tipos de placeres tienen más valor que
otros, independientemente de su cantidad. Esta es una de las diferencias fundamentales
con respecto al utilitarismo de Bentham.
Si entre dos placeres hay uno al que todos o la mayoría conceden una mayor
preferencia, independientemente de cualquier aspecto social, ese es el mejor placer.
De este modo, Mill afirma que es mejor ser un ser humano insatisfecho que un cerdo
satisfecho, en otras palabras, es mejor ser un Sócrates insatisfecho que un necio
satisfecho. Pero para poder saber que debemos superar al necio o al cerdo se necesita
conocer ambas caras de la moneda, es decir, se debe comparar la vida de ambos y así
decidir. Así pues, un ser humano puede preferir leer un libro y ver un documental
antes que enterarse acerca de la vida de Susy Díaz, Laura Bozzo, Monique Pardo (o ver
los programas de chismes “En boca de todos”, “Magaly Tv, la firme” o Amor y Fuego)
pues conocer los chismes de la farándula local no lo elevaría tanto como sí el aumentar
su intelecto. Pero solo puede llegar a esta conclusión si ha conocido ambas caras de la
cuestión, esto es, si ha conocido lo que experimenta un necio y se ha percatado de su
mala calidad en comparación a lo que experimenta un Sócrates.
Se hizo un experimento con ratas a las cuales se les colocó un dispositivo craneal por
las cuales ellas eran capaces de estimular su cerebro y causarse a mismas un intenso
113
placer repetidamente al apretar un botón continuamente. Las ratas no comieron ni
bebieron y después murieron. Definitivamente, estaban experimentando un intenso
placer. El mensaje es claro. Si hay que elegir entre un placer intenso o tener una vida
completamente llena de buenos placeres, aunque no tan intensos, es necesario afirmar
que el placer intenso es un placer inferior. Todos afirmarían que preferirían ser un
humano con placeres superiores que una rata con un intenso placer, pero por un corto
periodo de tiempo. Esto sobre todo lo experimentan los adultos mayores que deben
llevar una vida más tranquila si es que quieren vivir más años.
Sin embargo, si estamos frente a la posibilidad de seleccionar entre las temporadas
enteras de un programa de entretenimiento (digamos, “JB en ATV”, “Esto Es Guerra”,
Jirón del Humor”, etc.) o las obras completas de todos los literatos peruanos del siglo
XX, ¿cuál diríamos que representa un placer superior? Evidentemente, las obras de los
literatos representan un placer más elevado. Luego, de responder esta pregunta ahora
cuestionemos ¿cuál realiza la mayoría de la gente en el Perú? Lamentablemente, la
mayoría de los peruanos quiere buscar distracciones.
Esto genera un problema. Pues, por un lado, sabemos que es superior visitar el museo
de Historia Natural que ir de paseo a Disneyworld pero, por otro lado, la mayoría quiere
ver a Mickey Mouse. Podemos preferir lo inmediato, lo que no requiere esfuerzo.
Podemos elegir tumbarnos en el sofá para ver un programa de chismes sabiendo muy
bien que hay placeres más elevados. ¿Por qué ocurre esto? Probablemente, sea porque
no sabemos valorar adecuadamente lo que nos hace bien.
Ahora bien, que nuestras acciones no correspondan a nuestros propios juicios no
significa que estos no sean apropiados. Además, determinados placeres son aprendidos
y necesitan de educación y cultura previas para saberlos valorar. La conclusión de Mill
es interesante. Si es necesario aprender a valorar los placeres más elevados relativos al
cultivo de la mente y el cuerpo, entonces queda justificado que el Estado invierta
grandes sumas de dinero en la difusión de las bellas artes, las ciencias, las humanidades,
los deportes y las letras.
Mill acepta que, a diferencia de un necio que se conforma con poco, un ser dotado de
facultades superiores (un sabio) necesita cosas de más calidad para sentirse feliz, por
ende, tiene más difícil la conquista de la felicidad y sufre más pues contempla como la
mayoría de las personas se sumergen en la ignorancia y el mal gusto. Por ello, el más
desarrollado intelectualmente se decepciona más del mundo al ver que se premia al
flojo y se ignora al esforzado. Por ejemplo, un “guerrerito” de reality gana más que un
ingeniero y un médico y mucho más que un filósofo promedio.
Mill cree que todos los seres humanos tienen algo de dignidad en mayor o menor
medida y esto guarda alguna correlación con sus facultades más elevadas. Esto le lleva
a establecer una distinción fundamental entre los conceptos de contento y feliz”.
114
Mientras que la felicidad alude a algo ciertamente objetivo cuyo valor trasciende y va
más allá de las experiencias o juicios individuales concretos (pensemos en la idea de
“proyecto de vida”), el contento estaría ligado a algo más particular y pasajero (por
ejemplo, comer un rico pastel de acelga nos deja contentos, pero no nos hace felices).
Mill considera que la naturaleza humana debe ser el criterio para jerarquizar los
placeres, que los seres humanos deben tener como fin supremo el desarrollo más
elevado y armonioso posible de todas sus potencialidades, aunque tambn hayamos
visto que esto es casi imposible. La idea es tener siempre en mente que podemos ser
mejor de lo que somos a nivel intelectual, físico y moral.
Los seres humanos obtienen placer no solo de experiencias particulares (por ejemplo,
del acto concreto de tomar una cerveza en una tarde calurosa), sino de la realización
de proyectos de amplio alcance (conseguir acabar la carrera universitaria, terminar de
hacer la tesis, lograr ser profesor del centro de estudios en el que te educaste, formar
una familia, viajar y conocer el mundo). Estos proyectos forman parte de lo que
llamamos nuestro plan de vida. Por eso, Mill va a insistir en enfocar al ser humano
como alguien que progresa y avanza.
Aquí la felicidad ya no es un objetivo directo. No es que la felicidad no sea el fin que se
persigue en la vida, sino que es una especie de subproducto. Como dice un refrán, no
se trata de llegar primero a la meta sino que se trata de saber llegar. No es el fin del
viaje lo que se debe buscar sino disfrutar del viaje. Así, la felicidad se logra apuntando
a la mejora de la Humanidad que hay en nosotros, practicando algún arte o deporte del
que se disfruta, aprendiendo idiomas nativos o extranjeros, divulgando la sabiduría o
las buenas costumbres, etc. De este modo, uno ya no busca solo satisfacciones pasajeras
en la vida, sino que va desarrollando las cualidades de su interioridad más profunda.
Conclusiones
En este capítulo se ha hallado lo siguiente. El utilitarismo fue una corriente filosófica
que afirmaba que si algo es beneficioso entonces es bueno. Para Bentham lo esencial de
lo beneficioso se relaciona con aspectos cuantitativos. En cambio, para Mill lo esencial
de lo beneficioso se relaciona con aspectos cualitativos. Asimismo, Mill consideraba
que los placeres deberían tener cuenta elementos que eleven el espíritu humano, por
eso afirmaba que “es mejor ser un Sócrates insatisfecho que un cerdo satisfecho”.
Finalmente, Mill sostenía que, dado que las personas suelen escoger aquello que más
les divierte o distrae, el Estado debería invertir en la formación humanística y científica
de la ciudadanía para que se sepa reconocer el valor de lo cultural.
115
Capítulo 10.
La filosofía política de Locke.
Preliminares.
La moderna filosofía política consideró la relación entre el individuo y el Estado. John
Locke (1632-1704) se interesó por la libertad individual desde el campo de la filosofía
política. Fue el padre del liberalismo, la síntesis de la razonabilidad empirista y ejerció
notoria influencia en la Declaración de la Independencia de 1776 y la Constitución
Norteamericana de 1787 las cuales incorporaron tanto la idea de los derechos del
hombre como la de la separación de los poderes. Su influencia sobre la Ilustración fue
enorme. La revolución francesa en 1789 es una clara muestra de ello.
Los dos tratados de Locke sobre el gobierno civil fueron publicados en 1689 y 1690
(pero ya habían sido escritos de modo anónimo antes durante los disturbios producidos
por las revueltas sociales que buscaban retirar del poder a Carlos II), luego de la gloriosa
revolución inglesa que le dio a la burguesía facultades parlamentarias dentro de una
monarquía constitucional. Lo que le tocaba a Locke era explicar cómo un individuo se
relacionaba con el Estado. Esto lo logrará valiéndose del liberalismo y conceptos tales
como propiedad, derechos, rebelión y estado de naturaleza entre otros.
Contexto histórico
La Inglaterra que a John Locke le tocó vivir estaba bajo un régimen monárquico en el
que una familia real decidía qué era lo mejor para sus bditos. Pero la idea de que
existe un derecho divino que le da facultades absolutas al dirigente máximo de los
designios de tal o cual pueblo no era sostenible. Siguiendo las líneas maestras del
empirismo lockeano, podemos afirmar que no es cierto que existan personas superiores
o mejores que otras. No hay personas privilegiadas de sangre azul que sean dignas de
dirigir y fáciles de obedecer porque al nacer somos una tabula rasa, nuestra mente es un
papel en blanco. Todo lo que sabemos lo aprendemos y todos por igual tenemos las
mismas potencialidades.
Los reyes no deberían hacer mal uso de su poder basándose en la idea de que ellos, cual
supremos jueces, “saben” lo que es bueno y lo que es malo. Ante la queja del pueblo no
está permitido responder con represión social: el individuo más consciente de su
relevancia está dispuesto a dar muestra de máximo desacato. Las revoluciones europeas
no se harán esperar cuando los regímenes totalitarios (o absolutistas) actúen dejando a
sus gobernados en la miseria y la podredumbre.
116
Liberalismo
La filosofía de liberalismo es una concepción del individuo, de la economía, de la
sociedad y del rol del Estado. Se trata de vivir con apego a los principios que rigen la
práctica de la libertad. Tales principios incluyen, primero, aceptar la primacía moral
del individuo frente a los reclamos y demandas de cualquier colectivo o sociedad;
segundo, resaltar que la condición moral (la consciencia) de los humanos es común a
todos y, por ello, se debe rechazar cualquier sistema de castas, excepciones o privilegios
para el ordenamiento legal o político de la sociedad; tercero, afirmar la unidad moral
de todos los seres humanos, por lo que cualquier vínculo histórico o cultural es
secundario a la condición de seres humanos; y cuarto, actuar bajo el convencimiento
de que toda condición política o pacto social es susceptible de perfeccionamiento.
El liberalismo es opuesto al absolutismo político, a la teocracia y a las dictaduras. En la
praxis económica, la doctrina es una vigorosa defensora del mercado, pero se opone al
capitalismo que conduce al insano abuso o a la asociación entre Estado y empresarios,
y, por lo tanto, a la acumulación de poder político o económico injustificables. El
liberalismo propone el ejercicio de la libertad del individuo para ser, pensar, hablar,
actuar y emprender. Concibe que el ordenamiento social debe fundamentarse en la ley
y en la democracia representativa. Demanda, además, que es responsabilidad del
Estado proteger el ejercicio del derecho de propiedad y de la seguridad jurídica; así
como tender el marco legal conducente al bien común y no al privilegio de unos pocos.
Locke
Según Locke (2002), no poseemos leyes y principios prácticos de carácter innato. Lo
que empuja al hombre a actuar y lo que determina su voluntad y sus acciones, es la
búsqueda del bienestar y la felicidad y, el sentido de incomodidad en el que se halla
continuamente (a esta incomodidad podemos llamarla “deseo” que es una sensación de
molestia del espíritu debido a la necesidad de un bien ausente). La libertad no reside
en el querer sino en el poder actuar o abstenerse de la acción. El hombre tiene el poder
de suspender la ejecución de sus deseos, para examinarlos con atención y ponderarlos,
reforzando así aquel poder concreto.
Las leyes a las que los hombres refieren por lo común sus acciones pertenecen a tres
tipos diferentes:
1) leyes divinas, de acuerdo a estas leyes las acciones humanas son pecados o no lo
son;
2) leyes civiles, tomando en cuenta estas leyes podemos clasificar las acciones
humanas en delictivas e inocentes, y
3) leyes de la opinión pública o reputación, de acuerdo con este tipo de leyes
las acciones humanas serán virtuosas o viciosas.
117
La monarquía no se funda en el derecho divino. Según Locke, a pesar de lo difundida
que está en los tiempos modernos, dicha tesis no se encuentra en las escrituras ni en los
antiguos Padres. La sociedad y el Estado nacen del derecho de naturaleza, que coincide
con la razón, la cual afirma que, siendo todos hombres iguales e independientes, nadie
debe provocar en los demás ningún daño a la vida, la salud, la libertad y las posesiones.
Por lo tanto, el derecho a la vida, el derecho a la libertad, el derecho a la propiedad y
el derecho a la defensa de estos derechos constituyen derechos naturales que el Estado
se debe encargar de defender.
Estrategia argumentativa de Locke
En el estado de naturaleza los hombres son libres e iguales. Libres porque pueden hacer
lo que deseen sin tener que pedir permiso a nadie, iguales porque no existe ninguna
autoridad política susceptible de imponerles un estado de sujeción jerárquica.
Locke pensaba que el derecho a la propiedad privada estaba implícito en la ley natural.
Todo es común a Dios y Dios es común a los hombres. Por lo tanto, todo es común a
los hombres. Dios nos entregó el mundo a todos nosotros, para el uso del “industrioso”
o “empresario”, que mediante su trabajo saca, por así decirlo, de la naturaleza objetos
manufacturados que luego vende.
La médula de la argumentación lockeana sea basa en la idea de propiedad, la misma que
le permite configurar su antropología del “productor-propietario”. Aunque la tierra y
todos los animales sean a todos los hombres comunes, sin embargo, cada hombre tiene
una “propiedad” en su misma “persona”: el hombre se pertenece a mismo. A esta
propiedad nadie tiene derecho alguno, salvo él mismo.
Locke aducía que la propiedad privada se justificaba por el trabajo del hombre, y era,
por consiguiente, natural. Esta importante idea se basaba en la premisa de que el trabajo
del hombre le pertenece y, en consecuencia, todo lo que él transformaba con su trabajo
también era suyo pues le otorga un valor agregado al objeto trabajado. El “trabajo” de
su cuerpo y la “obra” de sus manos son propiamente del hombre.
En el estado de naturaleza, señala Locke, nace la moneda, lo que permite la
acumulación a los más industriosos y trabajadores. Esta acumulación trae dos
consecuencias: por un lado, aumentan las desigualdades sociales y favorece el desarrollo
de la población lo que reduce la disponibilidad de los recursos naturales, haciendo cada
vez más difícil encontrar tierras disponibles sin poner en peligro la propiedad de otros.
En este contexto, la violación de la propiedad privada es inminente.
Los hombres se unen en naciones y se someten a un gobierno o Estado con el propósito
de lograr la preservación de su propiedad. De hecho, según Locke, la propiedad es el
motivo principal de que los hombres hubiesen abandonado el estado de naturaleza y
118
establecido un gobierno civil, es decir, el estado de civilización. Es decir, para evitar
los males sociales los individuos acuerdan formar una sociedad semejante a una entidad
comercial para beneficiarse mutuamente entre sí: el Estado. Este es una autoridad
neutral necesaria para dirimir disputas y garantizar sanciones justas para los
delincuentes. Es decir, el individuo para entrar en la sociedad civil (o estado de
civilización) debe renunciar a ser juez e intérprete único del ejercicio de sus derechos
pues esto lo deja en manos del Estado político. Así, se crea el gobierno para preservar
la propiedad y proteger los bienes de las personas. Este gobierno es como un
administrador, depende del consenso ciudadano y su autoridad es limitada.
La finalidad de tener un rey, unas leyes y una sociedad civil regida por un contrato
social era que los hombres pudieran gozar de sus derechos inalienables, establecidos
por Dios. Debe haber un Estado porque las pasiones de los hombres podrían llevar el
castigo, mediante la aplicación del derecho, demasiado lejos (hasta la tortura y la
muerte). Ante este riesgo, el gobierno civil, que proviene del consentimiento social es
el remedio apropiado para las inconveniencias de la ley. Además, como seres libres en
el Estado de Naturaleza, la incertidumbre de estar constantemente expuestos a la
invasión de otros sin seguridad alguna para gozar de lo propio también nos lleva a
formar la sociedad civil.
Estado tripartito
Se atribuye correctamente al siglo XVIII la época en que Occidente toma plena
consciencia de los derechos humanos. A esta toma de consciencia contribuye Locke
pues fue el primero en sostener que, para evitar la arbitrariedad del gobernante, hay
que dividir el poder en 3 instituciones: el Poder Legislativo, el Poder Judicial y el Poder
Ejecutivo. Esta idea sigue siendo aún hasta hoy el pilar principal de la democracia
El fundamento del origen del Estado es la razón y no el instinto salvaje, como afirmaba
Hobbes. Al reunirse en una sociedad, los ciudadanos renuncian únicamente al derecho
de defenderse cada uno por su cuenta mediante el castigo al infractor, con lo que no
debilitan sus otros derechos, sino que los fortalecen. Si hay propiedad en el estado de
naturaleza, entonces la asociación política no tendrá otro fin que proteger esa
propiedad privada.
Cuando Locke explica que dicho Estado ha sido creado para proteger la propiedad se
refiere con ello a la protección de todo lo que hoy llamaríamos los derechos de los
individuos; aquellos derechos que, según Locke, son propiedad natural de los hombres,
por esa regla moral elemental que establece que cada individuo sea el único propietario
de su cuerpo, y cuyo necesario corolario es que todos poseen, por definición, un
derecho absoluto a no ser agredidos por los demás ni en su cuerpo, ni en su vida, ni en
su libertad, ni en sus posesiones.
119
El Estado tiene el poder de hacer las leyes (Poder Legislativo), de interpretar su
carácter de justo y necesario (Poder Judicial), de imponerlas y de hacerlas cumplir
(Poder Ejecutivo). Los límites del poder del Estado están establecidos por aquellos
derechos de los ciudadanos para cuya defensa se instituyó dicho Estado. Por
consiguiente, los ciudadanos conservan el derecho de rebelarse contra el poder estatal,
cuando este actúe en contra de las finalidades para las que nació, pues el Estado tiene
su razón de ser en la defensa de los derechos básicos de la persona (y sobre todo el
derecho a la propiedad privada). Así, los gobernantes siempre se hallan sometidos al
juicio del pueblo.
Pero, la parte más avanzada de la teoría política de Locke fue su idea de los controles y
equilibrios dentro del Estado. Se refería a los reyes y parlamentos, a los que llamó,
respectivamente, el Poder Ejecutivo y el Poder Legislativo. El Poder Judicial mediador
entre el Legislativo y el Ejecutivo se encargará de interpretar las leyes con justicia a fin
de que el gobernante pueda estar seguro de aplicar una ley justa para el pueblo.
Locke afirmó que, en vez de una monarquía absoluta, tenía que haber una separación
de poderes y que el legislativo debía ser el poder supremo. En el Poder Legislativo,
ubicamos el parlamento conformado por personas representativas del pueblo. El
parlamento (congresistas, diputados) tenía que poder ser destituido por el pueblo, en
caso de que cayera en contradicción con sus electores, el juez del Poder Judicial tenía
que mostrar imparcialidad para convertirse en árbitro entre la razón y el sentido común
del pueblo; y si el Poder Ejecutivo (los reyes, los presidentes) se negase a escuchar las
justas demandas del parlamento debía ser posible destituirlo por la fuerza. A todas
luces, la propuesta de Locke era el producto de la experiencia de Inglaterra durante la
guerra civil. Locke afirmó que la fuerza no debe usarse contra otra cosa que la fuerza
injusta e ilegítima. Por supuesto, es difícil decidir cuándo una fuerza es injusta e
ilegítima, y, por lo general, esto se decide por la fuerza.
Conclusiones
En este capítulo se ha sostenido lo siguiente. Locke, padre del liberalismo, se opuso a
las tiranías de su país sobre la base de que nadie tiene el privilegio divino de mandar
porque nacemos al mundo como una tabula rasa. En ese sentido, somos iguales y
también libres. Asimismo, en oposición a Hobbes, sostuvo que en el estado de
naturaleza los seres humanos son libres e iguales y, además, se apoyan mutuamente.
Sin embargo, debido a los problemas sociales se decide entrar en un estado de
civilización creando las instituciones políticas a fin de que se proteja, principalmente,
la propiedad privada. Finalmente, una vez fundamentado el gobierno democrático,
Locke explica la necesidad de dividir el poder en tres para que se garantice la libertad
de los ciudadanos.
120
Paradojas para pensar III
Plantea Popper la paradoja de la democracia:
En su crítica de la democracia y en su explicación del surgimiento de la tiranía,
Platón expone implícitamente la siguiente cuestión: ¿q pasa si la voluntad del
pueblo no es gobernarse a mismo sino cederle el mando a un tirano? El
hombre libre -sugiere Platón- puede ejercer su absoluta libertad, primero,
desafiando a las leyes, y, luego, desafiando a la propia libertad, auspiciando el
advenimiento de un tirano. No se trata aquí, en modo alguno, de una posibilidad
remota, sino de un hecho repetido infinidad de veces en el curso de la historia;
y cada vez que se ha producido, ha colocado en una insostenible situación
intelectual a todos aquellos demócratas que adoptan, como base última de su
credo político, el principio del gobierno de la mayoría u otra forma similar del
principio de la soberanía. Por un lado, el principio por ellos adoptado les exige
que se opongan a cualquier gobierno menos al de la mayoría, y, por lo tanto,
también al nuevo tirano. Pero por el otro, el mismo principio les exige que
acepten cualquier decisión tomada por la mayoría y, de este modo, también el
gobierno del nuevo tirano. La inconsecuencia de su teoría les obliga,
naturalmente, a paralizar su acción. (Popper, 2017, p. 139)
Esta paradoja es inquietante. Puede ocurrir que democráticamente la población elija la
opción que los tiranizará. La democracia en tanto promueve la libertad puede generar
las condiciones para que la ciudadanía termine apoyando regímenes que limitan o
incluso anulan las libertades. Esta paradoja apoya el mensaje de la ya mencionada
paradoja de Arrow en tanto cuestiona que la democracia sea una opción política ideal.
La paradoja de la unanimidad es explicada por Weinberg:
Según la antigua ley judía, si todos los jueces declaraban culpable unánimemente a un
sospechoso en juicio, el sospechoso era absuelto. Este razonamiento suena contradictorio,
pero los legisladores de la época habían notado que un acuerdo unánime a menudo indica
la presencia de un error sistémico en el proceso judicial, incluso si la naturaleza exacta
del error aún no se ha descubierto. Intuitivamente razonaron que cuando algo parece
demasiado bueno para ser verdad, lo más probable es que se haya cometido un error.
(…) [Al respecto] el físico e ingeniero electrónico Derek Abbott (Adelaide),
dice:
A menudo se asume que la unanimidad es confiable. Sin embargo, resulta que la
probabilidad de que un gran número de personas esté de acuerdo es pequeña, por lo que
nuestra confianza en la unanimidad es infundada. Esta "paradoja de la unanimidad"
muestra que a menudo estamos mucho menos seguros de lo que pensamos.
121
Si bien el acuerdo unánime generalizado puede seguir siendo confiable en los
casos en los que hay un sesgo nulo o cercano a cero, “los investigadores dicen
que esta paradoja surge con más frecuencia de lo que podríamos pensar”,
proporcionando una serie de ejemplos. Aquí hay una de las fuerzas del orden:
los investigadores demostraron que incluso un pequeño sesgo puede tener un impacto muy
grande en los resultados en general. Específicamente, muestran que cuando solo el 1% de
las filas muestran un sesgo hacia un sospechoso en particular, la probabilidad de que los
testigos estén en lo correcto comienza a disminuir después de solo tres identificaciones
unánimes. Contrariamente a la intuición, si uno de los muchos testigos identificara a un
sospechoso diferente, entonces la probabilidad de que los otros testigos estuvieran en lo
cierto aumentaría sustancialmente. (Weinberg, 7 de enero del 2016, párr. 1-5)
El mensaje de esta paradoja es que es una buena señal el hecho de la variedad de datos
disponibles, si es que hay algún tipo de sesgo, desviación o influencia de otros factores
desconocidos. El margen de error es deseable de tal modo que si todos coinciden en
una misma cuestión hay algo que no está funcionando bien y, por ende, debemos
desconfiar. Análogamente, debemos desconfiar de aquellos regímenes que realizan
elecciones y terminan con el 100% de los votos. Curiosamente, la unanimidad no es
una buena señal.
Escribe Agarwal sobre la paradoja del valor:
Imagínate en un programa concurso, y que puedes elegir entre dos premios: un
diamante o una botella de agua. Es una elección fácil. Los diamantes son claramente
más valiosos. Ahora imagina tener la misma elección de nuevo, solo que esta vez, no
estás en un programa concurso, sino deshidratado en el desierto después de vagar
durante días. ¿Elegirías de manera diferente? ¿Por q? ¿Ya no son los diamantes tan
valiosos? Esta es la paradoja del valor, famosamente descrita por el economista
pionero Adam Smith. Y lo que nos dice es que la definición de valor no es tan simple
como parece. En el programa concurso, estabas pensando en el valor de cambio de
cada elemento, lo que podrías obtener por ellos en un momento posterior, pero en
caso de emergencia, como el escenario desierto, lo que importa mucho más es su
valor de uso, lo útiles que son en la situación actual. Y debido a que tenemos que
elegir solo una de las opciones, también tenemos que considerar su costo de
oportunidad, o lo que perdemos al renunciar a la otra opcn. Después de todo, no
importa cuánto se puede obtener de la venta del diamante si nunca se puede sacar del
desierto. (29 de agosto del 2016, párr. 1)
Esta paradoja del valor nos permite comprender la contraposición entre el valor de
cambio y el valor de uso. Por ejemplo, Marx planteaba que el trabajo del obrero
también tenía un valor de uso y un valor de cambio. El trabajo proletario puede ser
cambiado por un salario (valor de cambio) y puede ser usado por el burgués para
producir mercancías (valor de uso). Dejando de lado la idea de que para Marx el valor
de uso del trabajo es el que generaba la plusvalía necesaria para explotar al trabajador,
122
el hecho de que un diamante (cuyo valor de cambio puede ser de unos 63 millones de
dólares) pueda valer menos que el agua (cuyo valor de uso consiste en ser vital para la
subsistencia del organismo humano) es para muchos, hoy en día, algo no tan fácil de
aceptar.
Según Clark, la paradoja del libertino se plantea del siguiente modo:
Es mejor avergonzarse de haber hecho algo despreciable que obrar
desvergonzadamente. Pero, si a uno le resultase agradable sentirse avergonzado,
su sentimiento de vergüenza disminuiría.
Un hombre regresa a casa a hurtadillas después de un encuentro adúltero,
“sintiéndome un auténtico libertino, y sin estar muy contento conmigo mismo,
y sintiéndome bastante buena persona por estar descontento conmigo mismo, y
totalmente descontento conmigo mismo por sentirme bastante buena persona”.
(…). Fue Richard Moran quien extrajo la paradoja de la novela de Kingsley
Amis (…).
Si sentimos la vergüenza debida, podemos reflexionar sobre ella después y
sentirnos bien por no haber perdido la vergüenza; asimismo, esto puede
parecerle bien a los demás. En tal caso, ¿por qué no podemos sentirnos bien sin
que disminuya el sentimiento original? Porque estaremos pensando en nuestro
sentimiento de vergüenza en lugar de en nuestra acción vergonzosa y el
desagrado que nos produce el avergonzamiento estará mitigado por nuestra
satisfacción con nosotros mismos. Por eso, el adúltero de Amis termina
“totalmente descontento [consigo] mismo por sentir[se] bastante buena
persona”, ¡si bien no debería sentirse bien por ello! (Clark, 2009, p. 129)
Un libertino es alguien que se entrega sin freno a los placeres. Pues bien, si este
libertino se siente mal por haberse entregado a sus deseos, eso muestra que al menos
tiene la capacidad de avergonzarse de sus malos actos y esto es moralmente elogiable.
Sin embargo, por el hecho de ser una persona aun capaz de reconocer que ha actuado
mal podría sentirse bien por ello, pero, considerando que ha cometido un acto de
adulterio, de traición conyugal, el sentirse bien por ello es moralmente cuestionable.
De acuerdo a Clark, la paradoja de la suerte moral se explica de la siguiente
manera:
Es irracional elogiar o censurar a alguien por algo que no depende
completamente de él: “Deber implica poder”. Pero, dado que nuestras acciones
dependen de nuestra manera de ser, así como de circunstancias y factores que
escapan a nuestro control, y como sus resultados a menudo son impredecibles,
parece que la suerte desempeña un papel determinante en la formación de
nuestra personalidad y conducta, de las cuales somos responsables moralmente.
Por tanto, somos moralmente responsables de cosas por las que, en rigor, no se
nos puede exigir responsabilidad moral.
(…)
123
Nuestra personalidad y nuestras acciones están condicionadas de varias maneras.
Que la gente nazca con un carácter admirable o violento depende en gran
medida de la herencia genética; hay personas que nacen con temperamentos
amables y bondadosos, mientras que otras son malvadas y egoístas. Sus
inclinaciones y valores sociales dependen mucho de la educación recibida. Las
personas criadas en una subcultura de delincuencia probablemente vean el
mundo de manera diferente de cómo lo verían si se hubiese formado en un
ambiente más propicio; probablemente se comportarán en consonancia, y, sin
embargo, no han elegido nacer en esas circunstancias. La situación en la que la
gente se encuentra determina si tendrá oportunidades de comportarse
heroicamente o cometer atrocidades: en la Alemania nazi mucha gente tuvo
oportunidades de hacer el bien o el mal que no hubo en otros tiempos. Nuestras
elecciones están condicionadas por factores que no controlamos y el resultado
de nuestras acciones no siempre se puede predecir. Como dice Williams, “todo
lo que es producto de la voluntad está rodeado, sostenido y en parte conformado
por cosas que no lo son”.
La importancia de la suerte moral está excelentemente representada en dos
ejemplos de Nagel. Imagínate que vuelves corriendo al baño al recordar que has
dejado el grifo abierto con el bebé en la bañera. Si se ha ahogado, has hecho algo
horrible y mereces la reprobación moral más severa; si no se ha ahogado, ha sido
descuidado y no ha pasado nada. O bien, un camionero no revisa los frenos y, si
poco después le fallan y atropella a un niño, se echará a sí mismo, con razón, la
culpa de la muerte, si bien, de no haberse producido el accidente, solo sería
culpable de una negligencia menor. (Clark, 2009, pp. 234-235)
Es importante pensar en que no podemos controlar las circunstancias que determinan
y condicionan la calidad de nuestras acciones morales. Precisamente, la paradoja de la
suerte moral consiste en mostrar que, por un lado, somos responsables por los actos
que realizamos, pero, por otro lado, las condiciones que determinan y condicionan la
moralidad de esos actos no es algo que esté bajo nuestro control y, por ende, dado que
es posible que nuestras descuidadas acciones no tengan desastrosas consecuencias, no
somos estrictamente responsables pues podría no haber ocurrido nada realmente malo
a pesar de nuestra negligencia.
124
Tercera evaluación
1. Después de su clase de religión, Adrián repite: “Debo hacer el bien sin importar a
quien vayan dirigidos mis actos”. Si a la idea que exhibe dicha frase se le añadiese “…
siguiendo la voluntad de mi conciencia” ¿qué propuesta filosófica sería pertinente
relacionar según lo ya mencionado?
A) Ética utilitarista.
B) Ética deontológica.
C) Ética teleológica.
D) Ética eudemonista.
E) Ética socrática.
2. “Seré solidario, y al serlo estaré deseando que la solidaridad se eleve al rango de ley
moral”. Esta reflexión se inscribe dentro del marco de la filosofía de
A) Kant.
B) Mill.
C) Aristóteles.
D) Platón.
E) Protágoras.
3. Verónica le dice a Alicia su compañera de trabajo: “En realidad, yo soy fiel porque
considero que eso es lo correcto y mi deber como esposa. Y con esta acción no espero
nada a cambio. Si me entero de que mi esposo me es infiel, no actuaría de la misma
manera, pues eso sería rebajarme a su nivel”. Alicia, luego de escucharla le dice: “Tú
eres una persona que actúas por buena voluntad, en el sentido que tu acción no espera
recompensa solo busca el bien por el bien mismo”. ¿Con qué pensador de la ética se
podría asociar la filosofía de vida de Verónica?
A) Kant.
B) Aristóteles.
C) J.S. Mill.
D) Protágoras.
E) Platón.
4. Atenea les comenta a sus amigas que ha decidido casarse: “Me casaré con Rómulo
pues es un chico que tiene estabilidad económica y por ello podrá comprarme un
departamento, un carro y podré viajar al extranjero. Él podrá cumplir todos mis sueños
pues tiene el dinero para hacerlo”. Su amiga, Blanca le dice lo siguiente: “Parece que te
casarás con él no por amor sino por su dinero, en ese sentido creo que lo estás utilizando
como un medio para tus fines”. Blanca está cuestionando el proceder de Atenea,
basándose en
A) el imperativo kantiano que ordena tratar a la gente como un fin y no como un medio.
B) la teoría del justo medio de Aristóteles, pues Atenea está cometiendo vicio por
exceso.
125
C) el principio de utilidad, pues su acción no producirá la mayor felicidad para todos.
D) la propuesta de Platón que sugiere cultivar el alma antes que el cuerpo.
E) el relativismo de Protágoras que considera que todo punto de vista es opinión.
5. Dante se esfuerza mucho en ser muy profesional y responsable en los distintos cursos
que dicta en la universidad, porque espera recibir una buena calificación en la encuesta
docente. ¿Qué le diría Kant sobre su proceder?
A) Que su acción no es buena porque se debe hacer el bien por el bien mismo y sin
esperar ninguna recompensa.
B) Que si el salir bien encuestado lo hace feliz, entonces su acción es buena.
C) Que puede elegir lo que quiera en un sentido moral.
D) Que su acción es mala, porque conoce el bien y elige el mal.
E) Que si su acción le permite la mayor felicidad al mayor número de alumnos,
entonces es buena.
6. Señale las opciones correctas respecto a la ética kantiana.
A) Es una ética caracterizada por ser heterónoma.
B) Es una ética centrada en la idea de deber.
C) El bien proviene de la buena voluntad.
D) Colocó por encima del deber a la felicidad.
E) Las opciones B y C son correctas.
7. Carlos sale de la universidad muy apurado porque desea llegar a su casa y repasar lo
que aprendió en clase. Quizás por eso cuando ve una anciana que necesita ayuda para
cruzar la pista, finge no haberla visto. Sin embargo, cuando se da cuenta que su profesor
lo está observando, decide ayudarla. ¿Qué diría Kant sobre la manera de comportarse
de Carlos?
A) Que no es una acción buena porque no obra por deber sino por interés.
B) Que es una acción moral porque, finalmente, ayuda a la anciana.
C) Que es una acción moral porque ayudar a la anciana le genera felicidad.
D) Que es una acción buena porque elije libremente.
E) Que no es una acción moral porque no sabe q es el bien.
8. El Estado expropió terrenos en los que habitaban algunos pobladores -previo pago
de una imdemnización económica a favor de estos para minimizar el perjuicio- con el
fin de construir un viaducto que agilizará el tránsito por la ciudad. Si bien se perjudicó
a estos pobladores, la expropiación se justificó por el ordenamiento de la ciudad y el
beneficio que obtendrán los miles de conductores que la transitan. Esta política estatal
es comprendida dentro del marco filosófico
A) de la ética del deber.
B) del utilitarismo.
C) de la ética de la virtud.
D) del intelectualismo moral.
126
E) del relativismo de los sofistas.
9. Alguna vez se escuchó lo siguiente: “Es mejor matar a unos cuantos para salvar a
miles que matar a miles para salvar a unos cuantos”. De acuerdo a las teorías éticas, esta
expresión concordaría con la ética
A) utilitarista.
B) deontológica.
C) teleológica.
D) eudemonista.
E) socrática.
10. En cuanto al tema de si uno mintiera para salvar la vida de un amigo a quien un
asesino busca, _________ podría argumentar que es mejor mentir que no hacerlo
pues al mentir uno puede lograr mejores consecuencias.
A) la ética del deber
B) el utilitarismo
C) la ética de la virtud
D) el intelectualismo moral
E) el relativismo de los sofistas
11. Señale lo incorrecto según el utilitarismo.
A) Una manera de explicarlo es a través del dilema del tranvía.
B) Según Bentham, los placeres solo se distinguen por su cantidad.
C) Según Mill, los placeres se distinguen por su cantidad y calidad.
D) Las propuestas de Mill y la de Bentham son necesariamente iguales.
E) Es necesario, para Mill, que el Estado invierta en educación y cultura.
12. Pocas criaturas humanas consentirían en transformarse en alguno de los animales
inferiores ante la promesa del más completo disfrute de los placeres de estos. Ningún
ser humano inteligente admitiría convertirse en un necio, ninguna persona culta querría
ser un ignorante. Ninguna persona con sentimientos y conciencia querría ser egoísta y
depravada, aunque se le asegure una mejor situación económica. Lo anterior puede
resumirse en la frase________, la misma que le pertenece a ________.
A) una vida sin análisis no merece ser vivida Kant
B) el fin justifica los medios Sócrates
C) es mejor ser un Sócrates insatisfecho que un necio satisfecho Mill
D) “la felicidad es el fin de todos los actos humanos” Aristóteles
E) “el hombre es la medida de todo” – Protágoras
13. Señale la frase que, en términos de la filosofía utilitarista, Mill afirmaría.
A) Los más inteligentes son los más felices.
B) Los más felices son los más inteligentes.
C) A mayor inteligencia mayor decepción del mundo.
127
D) A menor infelicidad mayor inteligencia.
E) Los más adinerados son los más felices.
14. Señale la afirmación correcta, según Locke.
A) Se opone al derecho a la rebelión contra el gobernante
B) Defiende el derecho a la vida y a la propiedad
C) Afirma que la constitución es la causa formal del Estado
D) La buena voluntad respeta el imperativo categórico.
E) El gobernante fuerte pone orden en la sociedad.
15. Según Locke, los ______ por naturaleza son previos a la aparición de la
sociedad civil, siendo estos la propiedad privada, la________y la vida. Todos ellos
representan los intereses privados del hombre.
A) acuerdos - virtud
B) derechos - libertad
C) poderes - dignidad
D) contratos - voluntad
E) poderes - virtud
16. A diferencia de ____, para _____, el estado de naturaleza no fue un estado de
guerra, pues concibe al ser humano como un animal sociable y dotado de razón, según
su versión _____ de la teoría moderna del contrato social.
A) Locke - Hobbes - absolutista
B) Hobbes - Locke - liberal
C) Hobbes - Maquiavelo - liberal
D) Locke - Hobbes - realista
E) Maquiavelo - Locke - liberal
17. Micaela piensa que la propiedad privada debe ser eliminada pues es la principal
causa de desigualdad entre los seres humanos. Esta opinión se contrapone al
planteamiento de _______, quien afirma que el derecho a la propiedad es natural
respecto de los ciudadanos.
A) Kant
B) Aristóteles
C) J.S. Mill
D) Locke
E) Platón
18. Para John Locke, los______son dados por Dios al ser humano, por lo que no hay
autoridad humana que los pueda negar. Estos son ____, ______ y _____.
A) derechos positivos-educación-propiedad-libertad
B) deberes naturales-igualdad-libertad-solidaridad
C) deberes estatales-solidaridad-existencia-libertad
128
D) derechos naturales-vida-libertad-propiedad
E) derechos naturales-libertad-rebelión-educación
19. Mario ha decidido dejar de pagar sus impuestos porque afirma que su libertad
individual es primero que el beneficio de la comunidad. Sin embargo, según la
propuesta de Locke, el individuo para entrar a la sociedad civil debe
A) renunciar a ser juez e intérprete único del ejercicio de sus derechos.
B) afirmar que la libertad individual es un derecho inalienable.
C) reunirse con otros para afianzar sus derechos particulares.
D) desistir en que los derechos individuales son por naturaleza.
E) romper con toda legalidad e instaurar la anarquía.
20. Señale la alternativa incoherente con el liberalismo.
A) El individuo tiene primacía moral y puede hablar, pensar, emprender, etc.
B) La condición moral de los humanos no es compartida por todos.
C) Toda condición política o pacto social es perfectible, nada es absoluto.
D) El orden social debe basarse en acatar la ley respetando el orden democrático.
E) El Estado debe proteger la propiedad, la seguridad jurídica y el bien común.
Solucionario
1. B, 2. A, 3. A, 4. A, 5. A., 6. E., 7. A, 8. B, 9. A, 10. B, 11. D, 12. C, 13. C, 14.
B,
15. B, 16. B, 17. D, 18. D, 19. A, 20. B.
129
CUARTA UNIDAD
Capítulo 11.
El comunitarismo de Taylor.
Preliminares.
La crítica comunitarista tayloriana se opone a la individualista antropología del
liberalismo. Frente al universalismo que exalta al individuo abstracto, el
comunitarismo representa una forma de particularismo, que surge a partir del hombre
como formando parte de su comunidad concreta.
Desde el comunitarismo se afirma que para adquirir una identidad personal es necesario
un proceso previo de socialización, es decir, de integración en una determinada
comunidad, donde es posible la acción de reconocimiento. Para tener una existencia
singular y diferenciada, es preciso poder vivir en una comunidad en la que se remarque
el valor de lo emotivo, lo tradicional y lo biográfico, frente al frío y abstracto
racionalismo instrumental propio de las sociedades liberales.
Para los comunitaristas los criterios de justicia deben buscarse en cada sociedad
particular. Sin embargo, ningún filósofo comunitarista aceptará como justas las
prácticas de sociedades no occidentales que oprimen o dañan a algunos de sus miembros
en función del género, la etnia, la religión o el nivel social. Por ejemplo, la
palabra sánscrita sati se refiere al rito o acto en el cual una mujer se inmola en la pira
funeraria del recién fallecido marido. Este acto es tradicional y la mujer ha sido educada
para sentir que debe hacerlo para honrar la imagen de su marido y de su familia. Frente
a esta situación surge la pregunta ¿deberían ser tolerables prácticas como el sati?
Este controversial acto de inmolación ha despertado el interés, la admiración o el
rechazo de grupos tanto dentro como fuera de la India. Algunos arguyen que no tiene
nada de malo si la mujer así lo desea, pero otros afirman que la mujer realmente no
decide porque ha sido condicionada culturalmente a pensar de ese modo. Esto ha
sembrado la polémica de si es posible defender valores liberales en estas sociedades no
occidentales.
Entre las comunidades por las que se interesa el comunitarismo, destacan las
comunidades culturales, es decir, las que tienen diferentes costumbres y tradiciones
con respecto a la vida social genérica propia de la metrópoli. Por esta razón, los
comunitaristas han prestado atención al fenómeno del multiculturalismo. En clara
oposición al liberalismo, que plantea reconocer universalmente iguales derechos
individuales para individuos homogéneos y abstractos, el comunitarismo propone otras
formas de proceder. A este conjunto de procedimientos Taylor (2009) ha denominado
“política del reconocimiento”.
130
Occidente y oriente
Los filósofos comunitaristas ofrecen valiosas herramientas para pensar uno de los
problemas acuciantes del siglo XXI: el asunto de los poderosos Estados orientales,
como China o India, por ejemplo. Si bien existe un consenso sobre la necesidad de
defender los derechos humanos, las posiciones comunitaristas han contribuido a
reivindicar los aportes particulares de perspectivas no occidentales con respecto a la
organización social.
Las sociedades orientales enfocan los derechos de modo distinto a como lo hacen las
sociedades occidentales. En Estados Unidos, por ejemplo, se tiende a privilegiar las
libertades individuales; en China ocurre lo contrario, pues es sabido que la libertad está
supeditada a las políticas del gobierno. Taylor considera que un diálogo intercultural
enriquecería la perspectiva de todos los involucrados, que podrían llegar a consensos
sobre los derechos fundamentales sin que necesariamente estén de acuerdo en los
motivos que dan sustento a esos derechos.
Tomar en serio las diferencias culturales y preservar las comunidades en las que
permanecen estos rasgos típicos y diferenciadores, exige atribuir derechos diferentes a
comunidades culturales diferentes. Esto es lo que se conoce como reconocimiento.
Desde esta postura, el universalismo de los iguales derechos humanos y de la igual
identidad humana es susceptible de ser acusada de constituir un falso universalismo
pues, en realidad sería un particularismo disfrazado. Lo que se busca es imponer la
cultura liberal dominante que es propia de los occidentales como algo universal cuando
sus circunstancias evidencian que es una concepción particular de cómo debe ser una
sociedad. Frente a ese falso universalismo, lo que se busca reivindicar es la identidad
cultural como una particular identidad propia y respetable de estas comunidades.
El caso peruano
Últimamente parece haber cierto interés en el estudio del quechua. Esto es curioso
porque el argumento que se suele usar para rechazar el quechua es que no da las
oportunidades laborales que permite el inglés o el francés. Sin embargo, es verdad
que el impulso del quechua se está notando en la ciudad. Se pueden ver algunos locales
que usan el quechua para autodenominarse. Por ejemplo, existe la florería “Wayra”, el
salón de belleza “KillaSumo” y la clínica de ojos “Ñahui”. El problema es que si bien se
está revalorando al quechua al mismo tiempo se está ignorando la situación económica
y cultural del quechuahablante y, en consecuencia, no se le está dando el
reconocimiento debido. Esto ocurre no solamente con el habitante del ande sino
también con otros miembros del Pecomo los afrodescendientes y hasta con los
selváticos y los homosexuales.
Nuestro país es multicultural. La mayoría de las sociedades latinoamericanas lo son.
Este rasgo de multiculturalidad debería llevarnos a considerar los diversos puntos de
131
vistas éticos de las minorías culturales. Para Taylor solo podemos ser auténticos cuando
reconocemos nuestros lazos con los demás. Es decir, no se puede ser uno mismo en
soledad y en retiro individualista. Nuestra identidad debe considerar la tradición, la
naturaleza, el factor religioso, los deberes morales, etc.
Nuestro modo de pensar solo puede ser ejercitado en el intercambio personal en el que
hay comunicación, valores morales y leyes vinculantes. Nos podremos autorrealizar
cuando nos sintamos vinculados con los otros y, por ende, es necesario conocer nuestra
cultura, así como la cultura de los otros y sus límites. Lo cultural va aparejado con la
originalidad.
Política de la diferencia y multiculturalismo
Existe la necesidad de reconocernos mutuamente como seres valiosos y que provienen
de culturas igualmente valiosas y respetables. El reconocimiento se asocia con la
democracia y la con la igualdad. Nos reconocen cuando consideran nuestras
necesidades como prioridades tan válidas como las de los demás. La autenticidad es
posible debido a la identidad y el reconocimiento. Los individuos son auténticos cuando
ellos se reconocen a sí mismos como parte de un grupo cultural y al mismo tiempo los
otros también lo reconocen de este modo.
Taylor (2009) impulsa la política de la diferencia que sugiere que cada ser humano debe
ser reconocido como tal considerando su particularidad y su unicidad. Con la
interacción multicultural se fundamenta la idea de que los derechos son universales y
particulares a la vez. Con respecto al Perú, hace falta que se promueva un mayor
respeto por las identidades culturales que son distintos al modo genérico de ser de la
gente de Lima o de otras ciudades metrópoli. Es importante resaltar los modos de vida
y las experiencias de los miembros menos poderosos de la sociedad. El racismo de
nuestro país afecta tanto a los andinos como a los afrodescendientes.
Mediante la educación podría mejorarse esta situación. Por ejemplo, la publicidad no
suele verse como problemática a pesar de que prácticamente toda la propaganda de
ropa, viajes y maquillaje sea protagonizada por gente blanca mientras que todo el
marketing dirigido a la comida o la limpieza muestren a personas cuyo color de piel es
cobrizo o negro. La publicidad aspiracional domina la manera de pensar del ciudadano
que solo es enfocado como consumidor. Este tipo de cuestiones debería discutirse en
el colegio y en las universidades del país. Por supuesto que también ayudaría conocer
el quechua, el aymara y otras lenguas nativas, así como toda la rica herencia cultural de
los afros en el Perú.
Habida cuenta de la heterogeneidad cultural una sociedad multicultural debería tomar
en cuenta y respetar los aportes culturales de las diversas colectividades. Debe
combatirse la idea de una cultura dominante pues ello atenta contra las minorías
132
culturales que han sido históricamente marginadas. Es necesario que la educación les
preste más atención a los cursos de sociología y antropología pues ello mostraría que la
diversidad cultural es algo objetivo y no solo parte de un mero proyecto político. No
se trata de alterar las culturas sino de entrar en contacto con estas para que esto pueda
generar más unidad en el país.
Defensa de la religión
El comunitarismo en tanto respetaba la diversidad cultural implicaba problemas que
fueron debilitándolo. Por ejemplo, ¿qué podemos argumentar frente a una cultura,
como la musulmana, cuya principal característica es la intolerancia religiosa? ¿cómo
podemos convencer a los musulmanes de no ser intolerantes a nivel religioso cuando
están siendo sometidos militarmente por una de las principales potencias del mundo?
La tradición liberal ha estado asociada tradicionalmente al laicismo. Así, Taylor fue
moderando su posición inicial y se reconoció a mismo como liberal y cristiano pues
buscaba destacar el papel de la religión en la esfera pública. Por un lado, puede ser
difícil entender en qué sentido Taylor es liberal, pues el comunitarismo se opone al
liberalismo. Sin embargo, su particular liberalismo se caracteriza por aceptar la
igualdad ciudadana y la libertad de consciencia. En este sentido, se le suele considerar
un liberal blando. Por otro lado, su cristianismo le permite unificar sin ningún
problema la necesidad de la deliberación democrática con la búsqueda de consensos
políticos por parte de los grupos religiosos, siempre y cuando estos sean tolerantes y
consideren respetuosamente la diferencia cultural.
Para Taylor, la religión cristiana es tan razonable como la Ilustración a pesar de que
este movimiento combatió al cristianismo tildándolo de prejuicioso. La idea es que los
cristianos creen en la igualdad de derechos, así como en el respeto mutuo. Es necesario
que el Estado permanezca neutral con respecto a la diversidad cultural, sin embargo,
esto no significa que deba imponerse la secularización como algo obligatorio. El Estado
debe ser laico, pero no debe atacar el carácter religioso de algunas instituciones. Por
ejemplo, no debería prohibirse la enseñanza religiosa en algunos centros educativos,
pero tampoco desde el Estado debería promoverse ni un curso de religión ni una
filosofía atea que todos deban seguir obligatoriamente.
Taylor (2014) en La era secular rastrea la historia del secularismo contemporáneo y
analiza la manera en la que hoy se da. En este texto, él no cree correcta la explicación
que afirma que el secularismo es el resultado de un proceso de limpieza del contenido
religioso de algunas instituciones y costumbres antiguas. Así pues, él considera que el
secularismo es una construcción ideológica positiva y escéptica que intenta convencer
a la sociedad de que la religión es inútil, indeseable, anticuada o un puro sinsentido.
133
Según Taylor, el ateísmo militante de algunos intelectuales implica la pérdida de la
necesidad de estar completos o la negación de una lida búsqueda de la totalidad que
caracteriza a los hombres. Es decir, el ateísmo no considera que el ser humano tiene
hambres epistémicas y metafísicas que van más allá de lo puramente observable. Taylor
considera que la herencia cristiana, debidamente actualizada y depurada de su rechazo
por el cuerpo o la carne, puede otorgar un sentido de totalidad en las sociedades
actuales en las que hay una permanente transformación de creencias.
Conclusiones
En este capítulo hemos encontrado lo siguiente. La propuesta multiculturalista de
Taylor se denomina comunitarismo porque sostiene que el ser humano individual
abstracto no existe pues todo ser humano siempre está vinculado a su comunidad y a
sus tradiciones. Su propuesta se aplica para entender las profundas diferencias
culturales entre Oriente y Occidente. A partir el planteamiento de Taylor podemos
entender que el racismo es un problema que trastorna el ideal de autenticidad e
identidad a los que todos deberíamos aspirar. Finalmente, es importante tomar en
cuenta el factor religioso porque este podría ser compatible con una vida respetuosa de
los valores democráticos.
134
Capítulo 12.
El liberalismo utilitarista de Mill
La ética utilitarista
El utilitarismo sostiene que el ser humano busca maximizar el placer y evitar el dolor
para, de este modo, beneficiarse individualmente. Sin embargo, no toda acción
orientada de esta manera es necesariamente buena. Solo será buena la acción que al
buscar el beneficio individual produzca, también, el mayor beneficio o utilidad a la
mayor cantidad de personas. Así, el beneficio individual será coherente con el beneficio
de la mayoría.
La preocupación central de Mill es que el utilitarismo parece aceptar la tiranía de la
mayoría. Por este motivo, trató de hacer cálculos de la felicidad no solo cuantitativos
sino también cualitativos. A Bentham le daba lo mismo. Si la mayoría desea
entretenerse con juegos como el billar mientras bebe una cerveza en una taberna, no
hay razón para prohibirlo. Esto diferencia el utilitarismo de Bentham del de Mill pues
para Mill el ser humano debe practicar actividades que le procuren placeres superiores.
Como ya hemos visto en el capítulo 9, Mill (1984a) afirmó que es preferible ser un ser
humano insatisfecho antes que un cerdo satisfecho. Así, debemos anteponer los
placeres elevados y superiores a los bajos y degradantes. De este modo, la lectura de
libros (o la contemplación de la ópera) será vista como más importante que jugar
videojuegos (o formar parte de la hinchada de algún equipo). Está claro que, para
algunos críticos, esta concepción del utilitarismo es menos democrática además de
elitista.
Liberalismo clásico
Mill era un liberal. El liberalismo clásico fue una corriente política que surgió entre los
siglos XVII y XVIII y se oponía al absolutismo o a la intervención de la autoridad política
en asuntos civiles y privados. El liberalismo cuestionaba los privilegios legales que
tenían algunos miembros de la sociedad, con el objetivo de que el individuo pueda
llevar a cabo sus propias capacidades y su libertad en todos los ámbitos de la vida civil
y pública.
En el siglo XIX el liberalismo clásico enfatiza en garantizar la libertad del individuo al
mismo tiempo que limita el poder del Estado y maximiza el desempeño de las fuerzas
del mercado capitalista en plena Revolución Industrial. Los liberales creen en la política
económica del laissez faire, laissez passer la cual es una expresión francesa que significa
«dejen hacer, dejen pasar».
El utilitarismo y la política
135
El utilitarismo aplicado al ámbito político considera que las leyes deberían reflejar el
hecho de que los hombres (naturalmente egoístas) tratan de procurarse placer y evitar
el dolor diseñando estrategias para garantizar la felicidad de la mayoría y la infelicidad
de la minoría. Entonces, el utilitarismo demuestra que toda actividad de un gobierno
puede someterse a un análisis de costo-beneficio. Por ejemplo, construir desagües,
bibliotecas, hospitales y escuelas públicas y accesibles a la población con escasos
recursos maximiza la felicidad y minimiza la infelicidad.
El utilitarismo es consecuencialista, es decir, no le importa conocer los motivos
individuales sino las consecuencias de las acciones. Por ejemplo, el firmar un contrato
legal desalienta su no cumplimiento no porque esto sea malo en sí, sino porque genera
consecuencias indeseables (la pérdida de tiempo, el valor del dinero involucrado, los
compromisos futuros asumidos, etc.). Veamos este otro ejemplo. Los delincuentes
deben ser castigados por la ley, no para retribuir al Estado o como una forma de
venganza sino para que quienes quieran imitarlos sepan lo que pueden obtener, si
actúan contra la ley.
Ahora bien, esta postura sostiene que el capitalismo es la única forma práctica exitosa
de crear riqueza y bienestar. En ese sentido, el Estado no debe interferir en el mercado
fijando precios para los productos ni interviniendo en la actividad privada. Sin embargo,
el Estado sí debe buscar mecanismos para controlar la desigualdad y el malestar social.
Por ejemplo, ¿es bueno defender y mantener la riqueza privada? De acuerdo a Mill, es
correcto defender la riqueza privada, porque así se defiende el derecho de todos a ser
dueños de la riqueza que puedan obtener con su esfuerzo y trabajo. En cambio, es
incorrecto atacar o limitar la riqueza privada, ya que eso solo beneficiaría al grupo de
los desposeídos en desmedro de los dueños de capital. En este sentido, en tanto liberal,
Mill piensa que es preciso gravar impuestos lo menos posible a la riqueza de los
empresarios prósperos con el fin de no desalentarlos a aumentar la producción y el
empleo. Esto quiere decir que, para Mill, los ricos no deberían pagar impuestos o
deberían pagar muy poco.
Utilitarismo de la ley
El utilitarismo, para Mill, debe tomar en cuenta la conciencia moral, por más que sea
subjetiva, inaccesible al escrutinio público e imposible de medir. Asimismo, considera
que no es aconsejable violar las leyes morales tradicionales, ni siquiera si así se beneficia
a una mayor cantidad de personas. Por ello, suele considerarse a Mill un utilitarista de
la ley, esto es, debemos obedecer las leyes generales que por experiencia histórica han
demostrado brindar mayor felicidad en vez de juzgar los actos individuales por los
beneficios utilitaristas particulares que reportan. Por ejemplo, imaginemos que un
cirujano tiene 5 pacientes cada uno de ellos necesita de modo urgente un trasplante de
un órgano vital. En ese momento, el cirujano recuerda que hay un sexto paciente que
136
ha estado en coma por años y cuyos órganos aún están disponibles. ¿Debe matarlo para
salvar a los otros 5? Para alguien como Bentham, quien fue un utilitarista de los actos,
debemos evaluar cuál acto salva más vidas. Por ende, matar al sexto paciente es
necesario para salvar a los otros cinco.
Pero para Mill, utilitarista de la ley, debemos pensar que la ley que afirma que “un
profesional de la salud está autorizado para matar a un paciente sano siempre y cuando
pueda con ello salvar a más de una persona que necesite de sus órganos generaría
consecuencias negativas en una sociedad y, por ello, no se debería asesinar al sexto
paciente. Ahora bien, para Mill hay que reglamentar incluso las excepciones a las reglas
y estas se deben justificar de modo utilitario. A diferencia de Kant que no contempla
excepciones, Mill las contempla. Mill podría sugerir que en un caso particular sería
aceptable quitar la vida a uno para salvar a otros cinco dependiendo de las circunstancias
y respetando la ley, por ejemplo, solicitando permiso a la familia o considerando los
recursos disponibles.
La libertad
En el marco del utilitarismo, John S. Mill (1984b) no piensa en una única libertad, sino
que habla en plural de varias libertades. Así, piensa la libertad como el más pleno
desarrollo individual que consiste en tres puntos. Primero, libertad de pensamiento, es
decir, de expresar o publicar lo que se quiera. Segundo, libertad de acción, es decir,
de hacer lo que nos guste o de ejecutar nuestro propio plan de vida. Y, tercero, libertad
de asociación para reunirnos o aliarnos con quien nos parezca mejor. El ejercicio de
estas libertades solo tiene un límite: el perjuicio de algún otro. Yo no puedo expresar
ni actuar de manera que afecte ni el bienestar ni la libertad de los demás. Mi libertad
termina donde comienza la libertad del otro. Por ejemplo, yo puedo opinar (de modo
machista) que la mujer tiene como único fin ser madre, pero no puedo exigir que el
Estado inculque a las niñas el rol de madre y las obligue a ser madres desde muy jóvenes.
Mill fundamenta esto en que nosotros somos falibles y, por ende, podemos tener
cualquier tipo de opinión siempre y cuando no intentemos convertirlas en políticas de
estado sin que antes exista una deliberación pública al respecto. En ese sentido, la
libertad es esencial al ser humano. Mill distingue 2 ámbitos:
Ámbitos
Libertad
A. Público (Vida social)
El Estado establece cuáles son las normas
de conducta ciudadana.
A. Privado (Vida íntima)
Aquí la libertad es total. Hay libertades
de reunión, de creencia, de expresión.
Estas nos permiten ser amos de nuestra
vida y vivir en sociedad.
137
Por un lado, el Estado regula el ámbito público, pero no debe tener injerencia dentro
del ámbito privado a menos que nuestras acciones tengan consecuencias negativas para
terceros. Ejemplo: si un hombre maltrata a su pareja en su casa no puede decir que es
su ámbito privado pues eso, definitivamente, afecta a otros. En este caso, el estado
puede intervenir y procesar al agresor.
Por otro lado, Mill sostuvo que la mayoría debía tolerar las extravagancias individuales
y las preferencias personales (aspectos sexuales íntimos, vestimenta, maneras de hablar,
consumo de drogas, etc.), siempre y cuando estas no perjudicasen a los demás. La ley
tenía que abstenerse de reglamentar los estilos de vida personales o las preferencias
sexuales de los otros.
En ese sentido, la elección de nuestra profesión, de cómo debemos vivir frente a los
demás, con quién elijo vivir, si dentro de una congregación religiosa o en familia, todo
esto depende de uno mismo, del éxito o el fracaso para vivir de acuerdo con lo que
para cada uno significa llevar una buena vida. En esta área debemos actuar por nosotros
mismos y ser plenamente independientes.
En defensa de la democracia
Mill defendió la democracia representativa. El liberalismo de Mill se reflejaba en que
defendía al individuo frente a la colectividad y, además, era contrario a las tiranías tanto
del Estado como de la misma sociedad.
Sostenía que era preferible votar por profesionales de clase media con una buena
educación, pues ellos impondrían restricciones a la opinión pública, que por lo general
está mal informada y es presa fácil de la manipulación. Para él, el mejor gobierno está
formado por los más sabios, que siempre constituyen una minoría. Incluso, él mismo
llegó a ser parlamentario en Inglaterra, pues pensaba que para que alguien se interese
por su patria, debe poder hacer algo por ella. En ese sentido, la participación activa en
política debe formar parte de la educación del electorado.
La libertad de expresión permite el debate constante de las verdades heredadas por la
tradición, lo cual genera una lucha permanente entre diferentes ideas políticas pues,
como ya afirmamos, nadie puede considerarse infalible en relación a las ideas.
Asimismo, Mill se hizo famoso por ejercer su propia libertad de expresión, en especial,
para defender la igualdad económica y política de las mujeres. Precisamente, en su
tiempo las sufragistas (inspiradas en la figura de Harriet Taylor, esposa de Mill) hicieron
todo lo posible por ser escuchadas con respecto a su derecho al voto. Al respecto, Mill
(quien luchó sin éxito por incluir a las mujeres dentro de la política) sostenía que era
muy probable que las mujeres consientan en someterse a un gobierno siempre y cuando
puedan influir en sus políticas y modificarlas. Por ello, es importante que todas las
138
personas puedan tener la posibilidad de participar en política, ocupar cargos públicos y
de poder por medio de procesos democráticos de elección.
Conclusiones
En este capítulo pudimos encontrar lo siguiente. El utilitarismo de Bentham se
distingue del de Mill en su enfoque sobre aquello que resulta beneficioso”. Para
Bentham lo central es el acto individual, mientras que para Mill lo esencial se relaciona
con el carácter normativo. Asimismo, Mill afirma que la libertad se puede dividir en
dos: pública y privada. Únicamente podemos ser totalmente libres en el ámbito privado
siempre y cuando no dañemos al otro. Finalmente, Mill es un ferviente defensor de la
democracia, incluso en lo que respecta al feminismo al que defendió bajo la idea de que
las mujeres deberían tener los mismos derechos que los hombres.
139
Capítulo 13.
La teoría de la justicia de Rawls.
Preliminares.
John Rawls (1921-2002) escribe Teoría de la justicia (1971) con intención de
fundamentar una sociedad libre y justa. Por este motivo, rechaza el utilitarismo que
considera “la mayor felicidad para el mayor número de personas” pues todos queremos
ser respetados y tratados con dignidad, aunque seamos parte de una minoría. Nadie
desea ser oprimido o tiranizado por una mayoría. El utilitarismo se perfila como un
mero cálculo frío que no considera el sufrimiento de los menos privilegiados o de los
menos aventajados, por ello, olvida que las personas son distintas. Pensemos en el
siguiente caso: supongamos que tenemos 20 alumnos de los cuales 18 tienen un
rendimiento académico promedio y 2 de ellos tienen problemas de aprendizaje. ¿En
qué debería gastarse el presupuesto educativo? ¿En ayudar a los 2 para que se nivelen
con los demás o en clases extra particulares como ajedrez o música para aquellos que
tienen un rendimiento promedio? La respuesta utilitarista optaría por lo segundo. Pero,
de acuerdo a Rawls un Estado se define como justo o injusto de acuerdo a cómo trata
a aquellos que han tenido peor suerte en la distribución de la riqueza o los que son más
desfavorecidos en la sociedad.
En la mencionada obra, Rawls sostiene que el contractualismo se constituye como un
recurso conceptual útil, no para justificar la autoridad política sino para abogar por una
forma limitada de justicia económica. Escribe Piscoya:
El filósofo norteamericano John Rawls es uno de los especialistas
contemporáneos más versados en este tema [de filosofía política]. En su libro
Teoría de la justicia se propone formular una concepción de la misma, que sea
moralmente aceptable y que, al mismo tiempo, sea lo suficientemente fuerte
como para orientar la vida constitucional de un Estado. Su tesis se denomina
“Teoría contractualista de la justicia” debido a que recoge el aporte del contrato
social que formularan Juan Jacobo Rousseau y Thomas Hobbes, entre otros.
(Piscoya, 1999, p. 189)
Kant pensaba que los contratos resultantes del acuerdo universal podrían servir como
una guía moral porque si todos deben acatarlos, no puede haber minorías
desfavorecidas. Análogamente, Rawls propone algo bastante similar en forma de
“experimento mental” en el que los individuos van a pensar racionalmente en aquella
sociedad en la que desearían vivir de la manera más justa posible. Este enfoque de la
situación sería reconocido como uno de los más creativos del siglo XX.
140
Posición original y velo de la ignorancia.
Rawls nos proporciona un modelo para identificar lo que podría ser injusto. Él quiere
usar el poder de las ideas para cambiar este injusto mundo. Las cosas como son ahora
son manifiestamente injustas. Las estadísticas indican que hay injusticia: los ricos tienen
más ingresos y tienen más expectativas de vida que los pobres. Particularmente, al
propio Rawls le tocó vivir la Segunda Guerra Mundial, el nazismo, el racismo, el
sexismo, una época en la que había una lucha por los derechos civiles, por la paz y la
ecología. Toda esta desobediencia civil, afirmaba Rawls, era producto de la desigualdad
social existente. Sin embargo, hay algunos que no reaccionamos así frente a la pobreza
inminente de las calles porque hay ideologías afirmando que, si uno se esfuerza
trabajando mucho y teniendo ambición, logrará tener dinero. El pensamiento
neoliberal alienta este tipo de individualismo narcisista. Lo importante para Rawls es
mostrarle a la sociedad cómo es que esta sociedad es injusta y proporcionar medidas
para hacer algo al respecto.
Precisamente, el propósito de su Teoría de la Justicia es desarrollar los criterios para la
evaluación de una sociedad bien ordenada o justa. El problema que enfrenta Rawls es
el siguiente: ¿cómo los individuos con intereses particulares pueden escoger criterios
justos, es decir, al margen de sus propios intereses? Por ello, plantea un experimento
mental que asegure que los criterios elegidos sean aceptados por todos.
Rawls se percató que gran parte de las razones por las cuales las sociedades no llegan a
ser justas es porque quienes se benefician de la injusticia social (los ricos o acomodados)
no piensan demasiado en lo que hubiera sido nacer en circunstancias diferentes.
Imaginemos que estamos en una hipotética “posición original”, esto es, un estado
consciente e inteligente antes de nuestro propio nacimiento. Ahora bien, consideremos
que no contamos con algún conocimiento acerca de las circunstancias en las que vamos
a nacer: nuestros futuros caracteres sociales así están envueltos en un velo de
ignorancia. Al estar en esa situación, no sabríamos qué clase de padres tendríamos,
cómo serían nuestros barrios, escuelas, hospitales ni el modo en que los sistemas
policiales y judiciales podrían tratarnos y así sucesivamente. No sabríamos si seremos
ricos o pobres, saludables o enfermizos, no sabremos el origen de nuestra familia, si
heredaremos millones o si seremos de clase media baja. Así, este “velo de ignorancia”
nos impide conocer nuestro lugar en la sociedad, nuestro género, credo religioso,
principios morales, ideologías políticas o filosóficas, etnia, clase social, sexo, edad y
todo aquello que genera beneficios sociales, discriminación o desigualdad.
Para entender el velo de ignorancia es menester que imaginemos que somos proyectos
de ser humano en su forma más abstracta posible. Todavía no somos ni hombres, ni
mujeres, ni cristianos, ni ateos, ni pobres, ni ricos. En ese momento, una voz superior
nos pregunta lo siguiente: ¿Puedes decirme cuáles serían los principios de justicia de
141
aquella sociedad en la que quisieras vivir si te tocara experimentar las peores
condiciones y desearas ser tratado de la mejor forma posible?
Pensemos. Si yo dijera que un principio de justicia fuera que los ricos fueran mejor
tratados que los pobres, entonces estaría avalando la posibilidad de que yo fuera pobre
y me trataran de la peor manera posible. Esto último, por cierto, no sería lo que se
viene buscando. Se tienen que elaborar unos principios que sean tan justos que incluso
si me tocara lo peor (por ejemplo, ser una mujer negra gay con sida, paralítica,
latinoamericana y con síndrome de Down) aún en esa situación se me debería tratar
con justicia.
En estas circunstancias, la cuestión que Rawls nos invita a contemplar es la siguiente.
Si no supiéramos nada acerca de dónde vamos a nacer, ¿en qué tipo de sociedad uno se
sentiría seguro de vivir? El velo de la ignorancia nos hace pensar en todos aquellos que
han sido afortunados y en todos aquellos que no han tenido la misma suerte. Esto nos
hace reflexionar en lo terrible que es asumir que se tratase este tema como si fuera una
especie de lotería azarosa en la que no sabremos si el padre que nos toque será un
famoso catedrático universitario o si terminaremos siendo el hijo de una madre andina
soltera. ¿Podría algún jugador racional y cualquiera que fuese a nacer a través de este
sorteo fortuito realmente correr el riesgo de acabar en una sociedad semejante a la que
ahora tenemos? Es evidente que nadie quisiera terminar acabar viviendo bajo las peores
circunstancias.
Todos nosotros sabemos lo que necesita ser arreglado. Cualquier cuerdo participante
del experimento del velo de la ignorancia va a querer una sociedad en la que todas las
escuelas tengan un buen nivel, que todos los hospitales funcionen bien, que haya acceso
por igual a la ley y que todos tengan una vivienda digna. El velo de la ignorancia obliga
a aceptar que el país en el que a uno le toque nacer aleatoriamente sea uno justo para
cualquiera. Esto nos ha hecho pensar en cómo debería verse una sociedad justa. Así lo
importante es hacer todo lo posible en cuanto a reglas de justicia para estar
adecuadamente posicionados si nos tocara el peor de los casos. Algunos pueden pensar
que hay que arreglar las condiciones ambientales, el sistema escolar, el de salud, etc.
Sabremos que por fin hemos logrado que nuestras sociedades sean justas cuando
podamos decir, con toda honestidad, desde una posición originaria cubiertos por un
velo de ignorancia que no nos importaría qué tipo de circunstancias nuestros futuros
padres puedan tener y en qué tipo de distritos podríamos nacer. Si todos estuvieran
dispuestos a aceptar este sorteo vital, podríamos decir que hay justicia en la sociedad.
Evidentemente, para lograr ello es importante considerarnos individuos racionales y
moralistas con opiniones similares sobre los riesgos, la justicia social y la benevolencia.
Ahora es el momento preciso para inventar una sociedad que se ajuste a nuestras
necesidades y exigencias.
142
Los principios de la justicia
Rawls formula dos tipos de principios que se derivan de la posición original. Enseguida,
presentamos dichos principios formulados según Sobrevilla (2014). El primero, el
principio de la libertad, afirma que
a) todas las personas han de tener un derecho igual al del sistema total más extenso de
iguales libertades básicas compatible con un sistema similar de libertad para todos.
Este principio defiende las libertades básicas de expresión, de reunión, de religión, de
consciencia, de tránsito, de manifestación. Nadie cambiaría sus derechos y libertades
fundamentales por una ventaja económica o por un poco de dinero extra. Todos deben
ser igual de libres de tal forma que puedan disfrutar de esas libertades. Así, todos deben
tener derecho a votar, a participar de cargos políticos y públicos, es decir, los derechos
civiles y políticos básicos.
El segundo principio determina las desigualdades económicas y sociales: el principio de
la diferencia y el de la equidad de oportunidades. Este asume que las desigualdades
sociales y económicas han de ser dispuestas de tal modo que sean para:
b) el mayor beneficio de los menos aventajados, según un principio de ahorro justo (es
decir, el Estado no puede maximizar el ingreso de los peor situados al costo de no
ahorrar nada para el futuro afectando el principio de la equidad intergeneracional), y
considerando que
c) los cargos y las funciones deben ser accesibles a todos, bajo condiciones de justa
igualdad de oportunidades.
Es importante mencionar que Rawls tolera cierto grado de desigualdad. Esto es obvio
pues las personas somos distintas. Algunos son talentosos, tienen dones, en cambio,
hay otros que son mediocres y que no tienen potencialidades. Por este motivo, existen
ciertas diferencias económicas entre las personas. No todos tienen las mismas
capacidades. Sería injusto que todas las personas recibieran lo mismo si es que algunas
son más habilidosas que otras.
Vamos a detallar el asunto. El segundo principio de justicia se subdivide en dos:
1) P. de equidad de oportunidades
Este exige que los empleos estén al alcance de cualquiera, a pesar del origen social.
2) P. de diferencia
Este afirma que debe existir una manera de beneficiar a los menos favorecidos
garantizando la igualdad de oportunidades.
143
Por ejemplo, bajo el principio 1) si dos personas se presentan a un mismo puesto laboral
y ambos tienen igual nivel de capacidad, no deberían escoger al sobrino del dueño, o al
que es conocido por el jefe, o al que tiene carro propio, etc. También, bajo el principio
2) si, de nuevo, dos personas postularan a un cargo en una empresa y ambos tuvieran
igual nivel de capacidad, pero una está en condiciones físicas normales mientras que la
otra anda en silla de ruedas, no se debería dar preferencia al primero sobre el segundo.
Es más, el Estado debería implementar políticas por las cuales toda empresa que incluya
entre su personal al menos a un 5% de personas con discapacidad, pueda dejar de pagar
un cierto porcentaje de impuestos. Esta sería una manera de no perjudicar al menos
favorecido en la sociedad.
Entonces, es posible plantear que la mayoría aceptaría cierto grado de desigualdad
económica, si con esto se lograra una “torta” más grande para repartir, puesto que esto
beneficiaría a todos. Por ende, los individuos racionales preferirían vivir en una
sociedad donde se implementase alguna forma de redistribución de la riqueza, y los
gobiernos reales deberían tenerlo en cuenta al elaborar su política interna. Escribe
Piscoya:
La realización de dichos principios presupone que las personas voluntariamente
acuerden un contrato o un convenio social, cuyo propósito es la realización del
valor de la justicia en una posición inicial de igualdad, de equilibrio o de simetría
de las relaciones entre las partes. Esto significa que la justicia como
imparcialidad se sustenta en el principio de que los agentes sociales acuerdan
una situación inicial equitativa y equilibrada que consideren justa. (Piscoya,
1999, p. 189)
Así, las desigualdades sociales y económicas, por ejemplo, las desigualdades de riqueza
y autoridad, son justas en el caso de que produzcan beneficios compensatorios para toda
la sociedad y, en particular, para los miembros menos favorecidos de ella. Se entiende
por miembros menos favorecidos a aquellos que por razones accidentales o genéticas
sufren limitaciones biológicas o psicológicas que los ponen en desventaja respecto de
las personas promedio. Escribe David Sobrevilla:
El autor pretende que ambos principios se pueden derivar de las características
de la situación original. El criterio general que propone es que cada persona
sometida a la elección de los principios, opte por los principios de libertad y
diferencia por una regla maximin, o sea por la regla maximun minorum, esto es,
porque, aunque el puesto que le toque en la sociedad bien ordenada represente
una opción muy mala, resulte mejor racionalmente que cualquiera de las otras
opciones posibles. (2014, p. 183)
De este modo, aún las desigualdades sociales y económicas serían permitidas si estas
contribuyen al beneficio de los más desfavorecidos. La idea es siempre considerar la
situación de los peor posicionados en la sociedad.
144
Últimos ejemplos. Es aceptable que alguien sea millonario gracias a que invierte en una
red de escuelas, de universidades privadas de alta calidad de enseñanza siempre y
cuando las personas de menos recursos puedan tener la oportunidad de estudiar
becados en las mismas. Además, es aceptable que una persona pueda ser billonaria
mientras que otra tenga un salario mínimo siempre y cuando ese salario mínimo sea
digno y le permita alimentar a su familia con la mayor comodidad posible. Además, el
rico podría dinamizar la economía con mayor velocidad que el menos pudiente.
Adicionalmente, todos deben tener las mismas oportunidades. Tanto ricos como
pobres deberían poder postular a cargos públicos, ser gobernadores, ser presidentes,
ser congresistas, etc. De este modo, el Estado debe encargarse de garantizar que se
cumplan los derechos sociales de educación, de salud, de seguridad, de libertad de ocio,
de salario mínimo digno, de seguro social, etc.
Conclusiones
En este capítulo hemos recogido las siguientes ideas. Rawls sostiene que casi todos
querrían vivir en una sociedad donde se respetaran las libertades individuales y se
aplicara la justicia (como imparcialidad) de manera pública y universal. Así pues, debido
al “velo de ignorancia”, todos tomarían decisiones predecibles sobre justicia
distributiva. Así, alguien podría acabar siendo el miembro más desfavorecido de esta
hipotética sociedad, por ende, su mayor interés sería insistir en un ingreso mínimo para
todos.
De este modo, Rawls parte de la hipótesis de que los seres humanos, en tanto que son
personas morales y racionales, son capaces de tener una concepción de lo que es bueno
para ellos (y para todos en general) y pueden lograr un sentido de la justicia como
imparcialidad. Esta imparcialidad se funda en dos principios, además de la ya
mencionada libertad: el primero exige igualdad en el reparto de los derechos y los
deberes sociales básicos, mientras que el segundo sostiene que deben distribuirse
racionalmente las ventajas y las desventajas sociales.
145
Capítulo 14.
La democracia deliberativa de Habermas.
Democracia deliberativa
La política debe comprender las circunstancias sociales conflictivas de la vida en común.
El proceso democrático consiste en dar solución a los conflictos políticos a través de
prácticas argumentativas. Esta práctica estará garantizada solo si existen espacios de
discusión libres de la interferencia del Estado, el mercado y los medios de
comunicación. La esfera pública debe ser protegida para que sea posible opinar sobre
cualquier tema. De este modo, lo que legitima a un orden democrático es la posibilidad
de establecer consensos. De ahí la necesidad de que la filosofía se oponga a aquellas
ideologías posmodernas que impiden, retardan o limitan el diálogo.
De acuerdo con esta posición, los mandatos del Estado se basan en el diálogo, es decir,
en el intercambio de ideas permitido en forma libre, sin coacciones de ningún tipo.
Para que esto sea coherente no debe existir ninguna forma de exclusión que impida la
participación de todos los involucrados. Es decir, se deben dar las condiciones
económicas y legales que permitan a todos los involucrados participar en el diálogo sin
ventajas de ningún tipo.
En estas condiciones se espera que los participantes estén dispuestos a escucharse entre
y, así, alcanzar la mutua comprensión de sus motivaciones. El resultado de esta mutua
comprensión será el consenso entre los diferentes puntos de vista. Esto es lo
característico de la democracia.
En el debate de argumentos se enfrentan diferentes intereses: los de las mujeres, los
indígenas, los trabajadores, los homosexuales, los empresarios, etc. Cada argumento
tiene el mismo valor y ningún grupo tiene intereses más valiosos que otros, porque
ningún grupo tiene una posición privilegiada y todos merecen ser escuchados.
Precisamente, esta es la situación ideal del diálogo.
Habermas (nacido en 1929) sostiene que el diálogo debe desarrollarse en la esfera
pública y ser llevado a cabo por los distintos grupos sociales, pero no quedarse
restringido al debate parlamentario. Hoy sabemos que la clase política está más
dispuesta a defender sus propios intereses como clase que a los electores que afirman
representar. De este modo, Habermas cuestiona la democracia representativa y alienta
la democracia participativa.
Por esto, Habermas afirma que la democracia no consiste en la imposición de la
voluntad de la mayoría sobre una minoría, sino en el respeto que merecen las creencias
y las preferencias de todos los ciudadanos que conviven en un mismo espacio público.
Esto implica el derecho de los ciudadanos de ser escuchados y atendidos, no
146
importando si son mayoría o minoría. Esto es, el libre diálogo entre todos (incluyendo
a las minorías) debe estar garantizado en una verdadera democracia.
En resumen, los que, como Habermas, sostienen posturas deliberativistas consideran
que el problema central de la filosofía política es acerca de la legitimidad de los
gobiernos. Dado que la legitimidad sólo depende de la voluntad popular, Habermas
buscará ampliar la democracia de forma tal que el debate público se nutra con la mayor
cantidad de perspectivas e intereses posibles.
Racionalidad instrumental y racionalidad comunicativa
La racionalidad puede entenderse de dos maneras. Existe un sentido instrumental de
razón, estudiado por la Escuela de Frankfurt, que entiende por “racionalización” un
modo de pensar en términos únicamente de fines y medios. La racionalidad
instrumental solo considera si se han logrado las metas iniciales sin considerar los costos
o medios involucrados. Este modo de pensar caracteriza al empresario minero que
contamina un río porque ello le resulta más barato que intentar no contaminar.
Habermas reconoce que la racionalidad instrumental es un rasgo típico del capitalismo.
Sin embargo, advierte que existe otro sentido de racionalidad que no ha sido
convenientemente analizado: la racionalidad comunicativa. La razón no se limita sólo a
calcular los mejores medios para conseguir un determinado fin. En realidad, la razón
también puede ser usada para establecer cuáles son los verdaderos fines deseables que
debería anhelar una sociedad inclusiva y democrática.
La sociedad evoluciona cuando deja de seguir ciegamente a sus líderes carismáticos para
querer llegar a un consenso motivado por la búsqueda del consenso. Mediante la razón
cuestionamos lo malo de nuestra sociedad para poder lograr un mejor mundo en el cual
vivir.
Consenso
Mediante el uso del lenguaje podemos coordinar objetivos para llegar a acuerdos sobre
temas particulares que nos interesa discutir. Antes la tradición era lo que determinaba
los intereses de todos. Ahora lo que se pretende es poder llegar a un consenso porque
escuchar a todos es el primer paso para lograr un acuerdo mutuo entre las partes. Una
norma o un acuerdo sólo serán justos si los involucrados exponen las buenas razones
que fundamentan su aceptación. Mientras los participantes en el debate no expongan
las bondades de tal o cual norma, dicha norma será ilegítima y, por ende, no debería
ser obedecida. Este consenso, sin embargo, debe ser uno que surja de un debate en
igualdad de condiciones pues existe el riesgo de que un régimen tirano someta
completamente a una sociedad y la obligue a aceptar un consenso por ignorancia o por
costumbre.
147
Teoría consensualita
Para Habermas, la verdad es la pretensión de que nuestros enunciados al afirmar, negar,
describir o definir algo, son comunicados a otros con la intención de alcanzar un
entendimiento recíproco. La verdad se establece mediante un debate sobre aquello que
nos parece polémico o difícil de aceptar en un inicio. Por ejemplo, en estos tiempos se
debate sobre los derechos de los animales, el matrimonio homosexual, la legalización
del
consumo de drogas, la pena de muerte, el aborto, la eutanasia, la posibilidad y
naturaleza de la educación sexual infantil, la efectividad de la educación virtual, la
reforma electoral, la necesidad de una nueva constitución, la defensa de la naturaleza
en relación a los intereses empresariales y económicos del país, la legitimidad de la
libertad de expresión de periodistas que instigan a la sedición, etc.
En este sentido, las normas políticas deben cumplir cuatro pretensiones de validez, esto
es, deben ser inteligibles, veraces, transmitir algo tomado como verdadero y buscar un
acuerdo sobre valores y normas comunes. Si las pretensiones se encuentran justificadas,
el enunciado será verdadero; en caso contrario, será falso y se reconocerá que su
intención no era conseguir el entendimiento recíproco o consenso.
Para Habermas, la pregunta por la verdad no nace del contexto social de la
comunicación en donde las pretensiones de validez son asumidas ingenuamente sin
mayor análisis, sino más bien, en el ámbito del discurso, del debate.
En el discurso, ámbito de comunicación ideal, se discuten los argumentos que
fundamentan las pretensiones de validez, es decir, se evalúa su calidad argumentativa o
la universalidad de las pretensiones de validez, la cual se expresa en un entendimiento
recíproco ideal. Solo esta discusión puede garantizar un nuevo acuerdo o consenso
sobre el que se funde la verdad de los enunciados. Habermas define al discurso como
aquella forma de comunicación caracterizada por la argumentación, algo que va más
allá de la mera información. La pretensión de validez de un enunciado se debe
fundamentar mediante argumentos sólidos que sean susceptibles de ser aceptados como
válidos por todos.
El criterio básico para determinar la pretensión de verdad de un enunciado es el
consenso, esto es, el acuerdo racional de todos los sujetos de conocimiento. El
consenso se entiende como el acuerdo que se logra con todo otro que esté en capacidad
de argumentar a propósito de la pretensión de validez de un determinado enunciado.
El resultado de un discurso no puede decidirse ni por su lógica interna ni por el respaldo
empírico, sino por la fuerza del mejor argumento. A esta fuerza es a lo que se denomina
motivación racional.
148
Argumentación
Argumentar es ofrecer un discurso conformado por un conjunto de razones o de
pruebas que pretenden apoyar una conclusión. De lo que se trata es de probar una tesis
(algo que pensamos verdadero y correcto) mediante una serie de razones que sustenten
la aceptación de la misma. Ahora bien, dentro del marco trico de Habermas (1997),
el argumento es un discurso que tiende a la consecución, mantenimiento y renovación
de un cierto consenso entre las distintas partes. Esto significa que se discute para llegar
a establecer acuerdo entre las partes.
Es decir, el argumento es un tipo de actividad en el que los participantes ponen en
cuestión las pretensiones de validez de ciertas creencias pues estas ya se han vuelto
dudosas en ciertas circunstancias sociales determinadas. En síntesis, el argumento tiene
la finalidad de intentar convencer, modificar o, inclusive, reforzar la opinión del
público receptor mediante razones que sean aceptables, creíbles, fuertes, sólidas y
capaces de soportar posibles réplicas o contraargumentos para así conseguir el
consenso. La democracia en este sentido es una actividad dinámica y argumentativa.
Acción comunicativa y acción estratégica
Para Habermas (1999) la acción comunicativa es el uso del lenguaje orientado a
convencer al otro mediante razones y acción estratégica es el uso del lenguaje con
intenciones de manipulación. Por ejemplo, la acción estratégica se puede constatar en
el marketing mientras que la acción comunicativa se puede observar en la plática que un
psicólogo tiene con un adolescente rebelde.
Para Habermas, una norma es justa cuando está basada en un consenso razonado por
las partes. Es decir, cuando los involucrados han tenido la oportunidad de intercambiar
sus razones y convencerse mutuamente, modificando ambos sus perspectivas para
lograr el consenso. Hay que considerar, no obstante, el riesgo de que el debate se
produzca únicamente entre los miembros de la clase dominante sin contar con la
participación de los demás. La discusión racional tiene dos reglas:
1. Las normas solo serán válidas cuando todos los participantes del debate
puedan aceptarlas por buenas razones y voluntariamente.
2. Todo aquel que esté dispuesto a discutir no puede ser excluido del debate.
El objetivo que busca Habermas es garantizar que las normas de una sociedad no
excluyan a los ciudadanos. Habermas denomina “ética del discurso” a la ética que se
basa en normas cuya legitimidad deriva del ejercicio de la discusión o debate racional.
Críticas a Kant
La ética del discurso es un intento de retomar la búsqueda de una moral universalista
como ya lo hiciera anteriormente Kant. Según Kant, una norma moral debe ser válida
para todos los seres humanos. Mediante el uso reflexivo de su razón cualquier sujeto
149
racional debería ser capaz de reconocer una norma moral. Habermas reivindica esta
idea introduciendo dos modificaciones fundamentales a la propuesta kantiana.
1. Las normas no pueden ser consideradas universales de una vez y para siempre
sin más porque los contextos cambian y los seres humanos nos podemos
equivocar.
2. Es necesario el diálogo intersubjetivo para evaluar las normas morales. La
reflexión individual no basta.
Los que participan en un debate producen discursos que tienen pretensiones de
universalidad. Es decir, en el debate se pueden proponer normas que se crean
universalmente válidas, pero debe existir disposición a cambiar de opinión en el curso
de la discusión si las circunstancias y las razones lo ameritan. Habermas es universalista
pues considera que cualquier hablante competente de un lenguaje puede discutir
racionalmente acerca de normas. La ética del discurso apunta siempre a incluir a cada
vez más participantes y perspectivas diferentes.
La idea fundamental de la democracia republicana moderna es que los individuos tienen
libertad cuando pueden construir, diseñar y modificar sus propias leyes. Las
instituciones democráticas deben garantizar que la ley se aplique a todos por igual, tanto
al pueblo como a la clase política. Para eso hace falta que las leyes que rigen sobre un
territorio determinado sean elaboradas por sus propios habitantes.
Capitalismo
El problema central del capitalismo contemporáneo es, según Habermas, la tensión
entre las dos formas de racionalidad antes mencionadas. Existen problemas urgentes
hoy en día. Por ejemplo, el tema del cambio climático es impostergable. Pero, en vez
de utilizar la razón comunicativa para poder establecer medidas que frenen la
contaminación industrial, la racionalidad instrumental se esfuerza en considerar las
pérdidas económicas que habría si se frenase la economía.
Así, los problemas que deberían resolverse apelando a consensos razonados y
justificados públicamente se presentan maliciosa y engañosamente como problemas
puramente técnicos, cuya solución depende únicamente de la selección de los medios
y no del debate sobre los fines que serían deseables para vivir en una sociedad más sana
y solidaria. Habermas advierte que, si el capitalismo no es derribado por una
revolución, como ya lo plantease Marx, será amenazado por la escasez de recursos
naturales del planeta y por la destrucción ecológica.
Deliberación
La idea de la deliberación, para Habermas, se dirige a evaluar los hechos para debatir
valorativamente sobre los mismos considerando razones y prioridades. El verdadero
problema fundamental estriba en cómo saber qué decisiones son justas y cuáles otras
150
no lo son. Solo sabremos si una acción política es justa después de una deliberación
democrática.
Diversas investigaciones han probado que la participación de los ciudadanos en la
deliberación pública fomenta la argumentación y la crítica. Las instituciones públicas,
por lo tanto, deben asegurar condiciones mínimas para que la gente pueda construir su
voluntad colectiva a partir de un proceso deliberativo. Sin embargo, el modo en que la
información circula en la sociedad actual puede representar algunas dificultades para el
deliberativismo.
Habermas considera que la deliberación pública esacechada por numerosos peligros:
el control estatal (como ocurre en los gobiernos totalitarios), la concentración del
poder en pocas manos privadas (como ocurre con el neoliberalismo), la
mercantilización de la información (como ocurre con la idea de las patentes detrás de
cada descubrimiento científico y como está aconteciendo con Facebook que le ofrece
nuestros datos de navegación a algunas empresas para que orienten nuestro consumo)
y la ignorancia de parte del público de asuntos políticamente relevantes (como ocurre
en sociedades donde la educación no es una prioridad). Habermas es pesimista en lo
que respecta a las posibilidades de una auténtica democracia en la cual la deliberación
sea una parte esencial. Si se pierde la capacidad de deliberar, se pierde la democracia.
Constelación posnacional
Las nuevas tecnologías, las migraciones de personas y de capitales, los desastres
ecológicos y hasta el crimen organizado globalmente ponen en crisis la idea de la
democracia basada en el Estado-nación. Frente a ello, Habermas (2000) propone la
idea de una “constelación posnacional”. Esta supone un conglomerado de naciones que
tenga un carácter intermedio entre una entidad internacional como la ONU y cada una
de sus naciones componentes. Esta idea supone un desafío actual para la democracia.
Considerando la situación europea, Habermas identifica dos problemas. En primer
lugar, es necesario establecer hasta dónde deberían llegar las instituciones
supranacionales. Por ejemplo, actualmente la redistribución de la riqueza es imposible
a escala internacional. Si no hay coordinación entre las diversas naciones mediante la
“constelación posnacional”, las grandes empresas siempre buscarán explotar lugares
donde la mano de obra sea más barata. Esto generará una baja de salarios en dichos
lugares.
El segundo problema surge a partir de considerar si es posible la redistribución de la
riqueza. En caso de que sea así, es necesario que exista una solidaridad entre todos los
ciudadanos involucrados, que trascienda las identidades nacionales y las
particularidades culturales. Habermas dice que hace falta impulsar un “patriotismo
constitucional que tenga como prioridad el respeto universal por los derechos
151
humanos estampados en una constitución política redactada en democracia. Solo así se
podrá construir auténticamente la identidad colectiva de una sociedad.
Conclusiones
En este capítulo hemos afirmado lo siguiente. La propuesta deliberativista de Habermas
resalta el aspecto dialógico del ser humano. Por ello, frente a la razón instrumental
destaca la razón comunicativa. En ese sentido, hace falta saber argumentar y defender
las propias ideas para poder someterlas a un debate. Para Habermas, lo verdadero es
aquello que se decide en un debate. Así, en vez de la acción estratégica que busca
manipular se debe enfatizar en la acción comunicativa para poder llegar a acuerdos
entre nosotros. Finalmente, Habermas afirma que hace falta una organización que
pueda ponerle freno a las ambiciones expansionistas de los Estados, así como a las
injusticias que se establecen entre empresas y trabajadores en un mismo país. A esta
organización se le denomina “constelación posnacional”.
152
Capítulo 15.
La teoría de las virtudes de MacIntyre.
Preliminares.
En su libro Tras la Virtud, Alasdair MacIntyre (2001) crítica decisivamente a la filosofía
moral moderna en general. Para él, la pretensión de la Ilustración ha fracasado porque
no tiene sentido buscar una racionalidad y moralidad universales. La universalidad de
ese tipo es abstracta e independiente de las circunstancias y no persuade a nadie a actuar
de manera determinada. Por ello, su objetivo será fundamentar una idea de la virtud
que pueda recuperar su sentido original griego y premoderno (Polo, 2006). Para
entender la diversidad moral bajo la que nos encontramos es preciso explicar el
posmodernismo.
El mundo en el que vivimos es un mundo posmoderno. El posmodernismo es una
corriente filosófica planteada por J. F. Lyotard. Para esta posición, lo histórico es un
proceso pluralista de historias paralelas por la que discurre el mundo. El
posmodernismo asume el relativismo histórico que niega la existencia de leyes que
determinen el desarrollo de la sociedad. Se intentó con esto descentrar la realidad, es
decir, negar que exista un centro de la realidad, una verdad dominante, una esencia.
Precisamente, esta consigna es una consecuencia del fracaso del proyecto ilustrado.
El concepto central del posmodernismo de Lyotard es el de metarrelato. Los
metarrelatos suministran un propósito creíble para la acción, la ciencia o la sociedad en
general. Además, ofrecen una teleología que legitima el vínculo social y el papel de la
ciencia y el conocimiento. En sociedades premodernas, la función legitimadora
correspondía a los metarrelatos de orden mítico-religioso. A partir de la modernidad
dicha función recae en una idea de racionalidad. Así, tenemos varios relatos:
a) El relato cristiano plantea la emancipación del pecado y el sufrimiento mediante la
salvación del alma con la llegada del Hijo de Dios.
b) El relato de la Ilustración sostiene la emancipación de la ignorancia y la
servidumbre por medio del conocimiento y del principio de igualdad ante la ley.
c) El relato capitalista afirma la emancipación de la pobreza por el desarrollo
tecnoindustrial.
d) El relato marxista defiende la emancipación de la explotación y la alienación por la
transformación revolucionaria de las relaciones sociales de producción.
En las sociedades post-modernas los relatos (así como la idea de razón) pierden su
función legitimadora en el orden científico y social. Hoy, podemos afirmar que ha
pasado la época de los grandes relatos o metarrelatos que intentaban dar un sentido de
liberación o emancipación a la marcha de la historia. En consecuencia, solo queda el
escepticismo y la posibilidad de construir éticas para pequeños grupos fragmentados.
153
MacIntyre es consciente del problema de la variedad moral producida por el
posmodernismo. Él piensa que la filosofía moral no puede constituirse sin ayuda de
ciencias sociales tales como la antropología, la historia y la sociología. Y esto es así
porque las teorías morales deben otorgarle respuestas a las necesidades históricas que
tienen las sociedades. Para MacIntyre debemos reconocer que solo podemos aspirar a
diferentes éticas. Estas éticas dependen de contextos específicos dentro de diferentes
comunidades que tienen diferentes ideales de vida buena. MacIntyre utiliza como
concepto fundamental el de “comunidad” porque con este podrá cuestionar el extremo
individualismo de algunas sociedades actuales.
Virtudes y vicios
Las decisiones que tomamos a lo largo de nuestra vida nos permiten adquirir ciertos
hábitos, que se tornan virtudes o vicios según su naturaleza. Para empezar a
comprender lo que son las virtudes señalaremos una larga lista de ellas y luego otra
larga lista de vicios.
Hay virtudes tales como el ser agradecido, alentador, amoroso, colaborador, claro,
compasivo, compañero, comprometido, comunitario, confiable, consistente, creativo,
disciplinado, empático, enfocado, atento, entusiasmado, fidedigno, flexible, frugal,
honesto, justo, organizado, pacífico, paciente, perseverante, respetuoso, responsable,
sabio, trabajador, valiente, visionario, etc.
Hay vicios tales como el ser abusivo, agresivo, arrogante, avaro, burlón, cobarde,
codicioso, cruel, cínico, desagradecido, deshonesto, desordenado, egoísta, envidioso,
hablador, chismoso, hipócrita, ignorante, individualista, infiel, intolerante,
irrespetuoso, manipulador, materialista, orgulloso, perezoso, poco confiable,
rencoroso, tacaño, temperamental, terco, vulgar, etc.
¿Qué es la virtud?
MacIntyre expone diferentes concepciones de la virtud en distintas sociedades. Así,
tenemos 3 conceptos de virtud.
a) Para Homero, la virtud es una cualidad que hace posible que un individuo sea
consciente de su papel de ciudadanía.
b) Para Aristóteles y Tomás de Aquino, la virtud es una cualidad que posibilita que un
individuo pueda progresar hacia la consecución de su finalidad específica humana ya sea
natural o sobrenatural. Este concepto será central para las reflexiones de MacIntyre.
c) Para Benjamin Franklin, la virtud es una cualidad útil que sirve para conseguir el
éxito.
¿Qué es la práctica?
Luego de haber confrontado estas tres distintas definiciones, MacIntyre se propone
encontrar un concepto único de virtud. Para ello, su estrategia filosófica considerará
154
tres conceptos básicos: práctica, orden narrativo y tradición moral. Por práctica
entiende a toda aquella actividad humana social y cooperativa que fomenta una idea de
excelencia y mediante la cual se realizan los bienes internos a la misma.
Por ejemplo, pensemos en deportes tales como el fútbol y el ajedrez o en actividades
tan diversas como la arquitectura, la pintura, las investigaciones dentro de cualquier
campo y la política. Las prácticas no son meras habilidades técnicas como las que se dan
en el juego del solitario, la albañilería, el cultivo de un jardín o el plantar nabos. Las
prácticas tienen un propósito social unificador. La búsqueda de la realización de las
prácticas cambia y mejora nuestras facultades humanas.
Este concepto de práctica va ligado a la idea de bienes internos. Existen dos tipos de
bienes: los externos y los internos. Por un lado, los bienes externos son contingentes,
como el dinero, el prestigio o la fama. Para obtenerlos no necesitamos establecer un
serio compromiso con ninguna práctica específica pues podemos conseguir esos bienes
con cualquier otra práctica. Por otro lado, los bienes internos solo se pueden obtener
cuando uno se compromete con prácticas específicas. Pensemos en el ajedrez. Lo que
se obtiene con él cuando se disfruta de jugar el ajedrez no se obtiene practicando fútbol,
por ejemplo. Los bienes internos solo se concretan en las prácticas mismas pues solo
ahí pueden identificarse y reconocerse. Esta distinción de MacIntyre ha servido para
poder establecer una distinción clave en lo que respecta a la ética profesional.
La ética profesional. A propósito de la distinción entre bienes internos y
externos
La profesión es una actividad social cooperativa, cuya meta interna consiste en
proporcionar a la sociedad un bien específico e indispensable para su supervivencia
como sociedad humana. La profesión es la aplicación de parte de la práctica humana al
conseguimiento de cualesquiera de los fines inmediatos y fundamentales de la vida
humana. La profesión debe estar orientada hacia un fin noble, esto es, el servicio a los
demás: curar, enseñar, informar, construir, etc. Así, estas tienen sentido por los bienes
internos que contienen las prácticas del profesor, empleado, chofer, etc. Aunque
también hay bienes externos legítimos como el dinero, el reconocimiento, los
privilegios, pero estos no son los que deberían otorgarle sentido a la práctica de la
profesión.
Precisamente, la corrupción de una actividad se produce cuando se reemplazan los
bienes internos por los bienes externos. Así, el profesor enseña mal porque le pagan
poco, el policía prefiere coimear, el abogado defiende al mejor postor, el congresista
se interesa por los negocios particulares, etc. La ética profesional es la reflexión
sistemática sobre las normas que regulan el comportamiento en la práctica profesional
entendiendo dichas normas no solo como mínimos legales que se tienen que cumplir
155
sino como formas de promover las virtudes o excelencias de las acciones sin las cuales
dicha práctica se corrompe.
Definiendo la virtud en función del concepto de práctica
MacIntyre en base a la idea de práctica construye su primera definición de virtud. Una
virtud es una cualidad humana que se aprende. Únicamente mediante el constante
ejercicio de la virtud nos acercamos a los bienes internos de las prácticas. El ejercicio
de las prácticas unifica a los miembros de una comunidad determinada y permite que
surja la justicia, el valor y la honestidad, según sus propios códigos comunitarios. Las
virtudes deben ejercitarse sin considerar los beneficios obtenidos o las consecuencias
logradas. En este sentido, las virtudes son valiosas por sí mismas.
Para MacIntyre, esta posición recuerda al planteamiento aristotélico, según el cual, el
hombre tiene una naturaleza racional, social y política. Esto es, todos sus actos tienden
hacia un fin, siendo ese fin la felicidad, la bienaventuranza, la prosperidad. El objetivo
de la vida humana es estar bien (el bien común). Mediante el ejercicio de las virtudes
se logra ese estado de bienestar. Sin embargo, a diferencia de Aristóteles, MacIntyre
no hace depender la virtud de la naturaleza humana sino del concepto de práctica
humana. En lo que sigue, explicaremos el concepto de orden narrativo para
proporcionar un criterio que sirva para evaluar la calidad moral de una práctica.
El orden narrativo o la unidad de la vida humana
MacIntyre critica el individualismo enquistado en la concepción moderna del yo: “(…)
La modernidad ha fragmentado la vida humana; el trabajo está separado del ocio, la
vida privada, de la pública, lo social de lo personal. (…)” (Guariglia y Vidiella, 2011,
p. 188). Debido a esta concepción, el individuo ha podido desligarse de sus roles
sociales, así como fragmentar sus acciones humanas. Este problema se soluciona
concibiendo al yo al modo narrativo, es decir, como si se tratara de una narración, un
cuento, una historia. Así, la conducta de un ser humano se puede entender
considerando sus intenciones, sus creencias y el contexto en el que se desenvuelve.
Esto mismo ocurre cuando se pretende entender cómo se comportaría el personaje de
una novela en tal o cual situación. Nosotros concebimos nuestra vida de la misma
manera en la que se estructura una trama literaria pues hay una búsqueda que un
protagonista tiene que realizar para poder concluir su historia. La unidad de la vida del
hombre proviene del fin o la meta que quiere cumplir en su vida, en sus diversas
aventuras. Este es el aspecto teleológico que recupera de la ética aristotélica, aunque
sin una finalidad predeterminada, sino que se va descubriendo.
En ese sentido, las virtudes nos disponen a realizar prácticas y a aprender a valorar sus
bienes internos. Pero, también nos permiten continuar con la búsqueda de lo correcto
para poder sortear las adversidades que nos pongan en riesgo. De este modo
creceremos en el conocimiento tanto de nosotros mismos como del bien en sí. Así, las
156
virtudes necesarias para poder vivir una vida digna y enteramente humana se
relacionarán con aquello que mantiene unificada a las familias y a las comunidades
políticas. La idea es que “(…) yo soy parte de la historia de otros como ellos de mi
historia por lo que no solo debo dar cuenta sino pedir cuenta a los demás (…)” (Polo,
2006, p. 145)
MacIntyre construye, de esta manera, una segunda definición de virtud. Esta hará
posible criticar moralmente prácticas tales como las agresiones, las torturas, las
traiciones, los engaños, etc. ya que estas impiden el respetuoso desarrollo de las
historias y sus correspondientes narrativas y así atentan contra la unidad de la vida de
cada uno. Por ende, ese orden narrativo permite organizar y jerarquizar los bienes
internos a dichas prácticas. Considerando lo anterior, podemos arribar al último
componente de la virtud: la tradición moral.
La tradición o nuestro punto de partida moral
Nosotros poseemos identidades sociales determinadas. Por ende, nuestra idea de vida
buena depende de las circunstancias que nos definen desde que nacemos. Y esas
circunstancias vienen definidas en gran parte por las tradiciones del grupo del que
formamos parte. Nosotros podemos cuestionar lo malo de nuestras comunidades, pero
no podemos deshacernos de nuestra tradición. Afirma Polo: “(…) Lo que mantiene y
hace fuertes las tradiciones es el ejercicio de las virtudes, lo que debilita y destruye las
tradiciones son la ausencia de ellas. (…)” (2006, p. 147). Las tradiciones evolucionan
porque buscan cumplir una idea de excelencia. Pero cada tradición tiene que resolver
por sí misma esa búsqueda. Por ende, no es posible hablar de una tradición universal al
modo en que lo planteaban los ilustrados. Escribe Guariglia y Vidiella:
(…) Así descubrimos otra finalidad que tienen las virtudes: sostener las
tradiciones que contienen el ejercicio de las prácticas y dar sentido a la búsqueda
del bien. Solo identificándome con la tradición puedo ir descubriendo los bienes
que tienen valor para mí, puedo buscar mi realización personal. (2011, p. 190)
La tradición me procura un marco moral desde el cual considerar las acciones o hechos
como aceptables o no. Ese trasfondo me constituye como agente moral que actúa con
tales o cuales intenciones dentro del mundo. Sin embargo, “(…) no hay que entender
la revalorización de las tradiciones como algo conservador, sino como una tradición
viva que pone a nuestra disposición posibilidades futuras, un pasado que nos enfrenta
al futuro, por eso una narración aún no completada. (…)” (Polo, 2006, p. 147).
Conclusiones
En este capítulo hemos encontrado estas ideas. Según MacIntyre, las virtudes tienen
sentido porque mantienen las relaciones sociales necesarias para que se cumplan los
bienes internos, porque permiten sostener la forma de vida individual bajo un orden
narrativo que no solo involucre a un individuo sino también a su comunidad y a la vida
157
entera y, además, porque defiende la revalorización de las tradiciones que
proporcionan el contexto histórico necesario para dichas prácticas y vidas individuales.
Para MacIntyre las nociones de práctica, orden narrativo y tradición moral son las que
le dan soporte al concepto general de virtud. Las tres nociones juntas son indispensables
para poder completar el concepto de virtud.
158
Paradojas (y falacias) para pensar IV
Clark expone la paradoja de la votación de este modo:
Es muy infrecuente que un solo voto decida el resultado de una votación. La
probabilidad de que uno solo sea causa de un empate o victoria es insignificante
y, en tal caso, el esfuerzo de votar parecerá inútil. Sin embargo, se espera de los
ciudadanos con conciencia social y política que voten, y no se supone que estén
perdiendo el tiempo al hacerlo.
Raramente una elección está tan reñida que un solo voto resulte decisivo. Si
hubiese razones para pensar que la elección va a ser reñida o que, por apatía,
muy pocos van a votar y, por eso, deberíamos dar ejemplo, entonces es evidente
que habría una buena razón para votar. Más aún, si se estuviese decidiendo
alguna cuestión crucial -política nuclear o redistribución de la riqueza a gran
escala, por ejemplo-, merecería la pena aprovechar la más mínima oportunidad
de provocar un cambio tan importante: uno debería aprovechar la oportunidad
entre un millón de salvar a millones de personas. Pero las diferencias entre los
candidatos no suelen ser tan acusadas y tal vez sean más bien retóricas que de
contenido.
Supongamos que el candidato al que votamos gana por una diferencia de miles
de votos. Nuestro voto, por solo, puede parecer insignificante, pero ¿no
influimos nosotros en la victoria tanto como cualquier otro que lo haya votado?
Sin embargo, cada uno de esos votantes habrá influido en grado ínfimo, por lo
que podría parecer que no merece la pena tomarse la molestia de acudir a las
urnas. (Clark, 2009, p. 245).
Es improbable que un solo voto determine la victoria de, por ejemplo, un candidato
presidencial. Sabemos que los resultados más apretados en la mayoría de este tipo de
eventos son por decenas de miles de voto. De este modo, nuestro solitario voto no
habrá de hacer mayor diferencia. Sin embargo, se suele argumentar para persuadir a los
indiferentes que voten y apoyen a tal o cual partido porque el voto de cada uno cuenta.
Schwartz plantea la paradoja de elegir:
(…) Todo esto de elegir tiene dos efectos (…) negativos en la gente. Un efecto,
paradójicamente, es que produce parálisis más que liberación. Con tantas
opciones a elegir, la gente encuentra simplemente difícil hacer la elección. (…)
(…) El segundo efecto es que aun cuando logremos rebasar la parálisis y elegir,
acabamos menos satisfechos con el resultado de la elección de lo que estaríamos
si hubiésemos tenido menos opciones para elegir. (…) (Schwartz, 16 de enero
del 2007)
La libertad es una de las banderas del capitalismo. Casi nadie puede cuestionar que la
libertad estimula el movimiento económico y el bienestar de los países. Sin embargo,
159
a nivel psicológico ser libre nos causa problemas. En primer lugar, la parálisis suele ser
nuestra reacción ante una enorme cantidad de opciones disponibles. En segundo lugar,
nuestra satisfacción disminuye al realizar la elección y compararla con las otras opciones
que no hemos elegido.
Según Aguirre, hay siete paradojas sobre la tecnología. Primera, mientras la
humanidad más rechaza la tecnología más dependiente se vuelve de esta. Esto ocurre
porque a medida que van incrementando los tecnófobos también va incrementando su
necesidad de conocer esas nuevas tecnologías para poder hablar sobre sus peligros.
Segunda, mientras más pequeños son los dispositivos tecnológicos más caros cuestan.
Esto sucede porque cada vez es más posible miniaturizar las máquinas y las funciones
de estas mejoran o se maximizan con el tiempo como, por ejemplo, ocurre con los
smartphones que pueden ser usadas de múltiples maneras a pesar de tan solo caber en la
mano. Tercera, promovemos la tecnología como aquello que mejorará nuestras vidas,
pero esta podría terminar destruyéndonos. En este caso, es importante pensar en el
riesgo que supone para el mundo que los países potencia hayan desarrollado plantas de
energía nuclear las mismas que podrían ser usadas para la guerra. Cuarta, mientras hay
más información disponible, menos informados estamos. Esto se explica porque se
sabe, sobre todo en pedagogía, que la atención suele ser inversamente proporcional a
la cantidad de información impartida. Así pues, se puede constatar que la mayor
cantidad de información que la Internet nos acerca no garantiza que la sociedad esté
más y mejor informada. Quinta, más contactos en redes sociales menos amigos reales
tenemos. La palabra “amigo” en redes sociales se ha banalizado a tal punto que, a pesar
de tener tantos contactos, no solemos hablar con todos ellos y solo los aceptamos para
tener público a quienes mostrar nuestras peculiaridades. Sexta, más importantes nos
creemos, menos cosas importantes hacemos. Antes Internet era atractivo porque podía
ser usado para ver a personas exponiendo sus grandes talentos, sin embargo, hoy en día
abundan los actos pueriles como, por ejemplo, realizar challenges que consisten en
echarse agua congelada o en bailar una canción de moda. Séptima, mientras avanza la
tecnología más se parece a la ya existente realidad. Es extraño que admiremos la
tecnología cuando más y mejor imita a la realidad, teniendo ya una realidad disponible
y a la mano. (Aguirre, 29 de marzo del 2018)
Clark expone la paradoja del chantaje:
No es en absoluto ilegal pedir dinero a alguien, ni tampoco amenazar con
denunciar un robo. Pero si, por ejemplo, amenazamos con revelar el delito de
alguien a menos que nos entregue dinero, entonces estamos cometiendo
chantaje. (Clark, 2009, p. 65)
El problema es que el chantaje es algo ilegal, pero ha surgido al conectar dos elementos
que no son ilegales. Lo mismo ocurre en esta situación. “El sexo consentido está bien.
El intercambio de dinero consentido está bien. Así que el sexo consentido mediante el
intercambio de dinero está bien”. La pregunta es ¿cómo es posible que dos hechos de
160
una cierta naturaleza terminen generando al unirse un hecho de naturaleza totalmente
opuesta?
Falacias en la campaña política 2021
Argumentar es parte de un proceso de conversación. En la conversación se
intercambian puntos de vista. Pero un objetivo central es lograr conocimiento y luego
consenso. En una argumentación las falacias quiebran la meta de lograr acuerdos para
la comprensión mutua. Las falacias distraen, manipulan y desvían la atención de los
participantes.
Las falacias son argumentos psicológicamente persuasivos, pero lógicamente
incorrectos. Son psicológicamente persuasivos porque apelan a aspectos externos al
argumento para convencer y son lógicamente incorrectos porque dentro del
razonamiento de las premisas no se deduce la conclusión presentada.
Un ejemplo de falacia sería esta: “Como el Premio Nobel y los futbolistas apoyan a tal
candidato, entonces ese candidato debe ser la mejor opción”. ¿Realmente la hoja de
vida de un académico o los logros de los seleccionados deben formar parte de lo que
debemos considerar para aceptar una propuesta dada? ¿Qué tiene que ver el apoyo de
tal o cual persona para que algo sea una opción por tomar en cuenta? Lo anterior se
conoce como falacia ad verecundiam y consiste en mostrar que algo merece apoyo sobre
la base de que tiene el respaldo de unas personas con talento y reconocimiento. Sin
embargo, la verdadera razón para apoyar algo, sobre todo en política, tiene que
provenir de la comprobación de que es factible lograr el progreso económico para todos
por igual, que involucra la puesta en práctica de valores correctos y que consigue la
unidad del país. Un político pues es un protector de nuestros recursos materiales y
también de nuestra cultura.
Y a Ud., querido votante, ¿le parecería conveniente trabajar en condiciones
lamentables para una empresa solo porque esa empresa tiene el respaldo de famosos
cantantes, espectaculares bailarines y reflexivos y bien pensantes actores de cine? ¿Con
todo ello aceptaría? ¿Por qué?
Pensemos en más casos de falacias. Cuando se dice: “Yo he tenido que pedir permiso a
mi colegio para postular, pero otros han tenido que pedir permiso al poder judicial” se
está cayendo en la falacia ad hominem. Ciertamente, aunque parezca difícil de creer las
mejores ideas podrían provenir de personas con una cuestionable moral. Sin embargo,
también las personas de baja calaña podrían sugerir las peores propuestas. Esto ocurre
porque nada tiene que ver la catadura moral (o la biografía) de alguien con sus ideas
sobre política, por ejemplo.
También es común escuchar: “Si votas por esta persona y esta gana, habrá más presión
del Estado para favorecer a las empresas. Esto generaría el alza de impuestos y con ello
161
tendríamos la reacción de la gente en las calles. La policía matará a los luchadores
sociales y podríamos estar como Colombia”. A esto se le conoce como la falacia de la
pendiente resbaladiza. Esta estrategia argumental consiste en sugerir que una acción
desencadenará una serie de eventos posteriores predecibles. El problema es que las
conexiones entre unos eventos y otros no son necesarias sino meramente probables.
En las grandes avenidas de la ciudad se han visto varios carteles que indican esto: “El
comunismo genera pobreza y miseria. Protege tu trabajo y libertad. No al comunismo”.
Debido a que apela al miedo o la amenaza se puede decir que es una falacia ad baculum.
Lo mismo ocurriría en el caso que a un agudo periodista le dijeran: “Si Ud. publica eso,
se ganará un poderoso enemigo. Cuide a su familia y a su trabajo”. En principio, no está
probado que la propuesta rival sea comunista (de hecho, tergiversar la otra propuesta
para hacerla parecer monstruosa es un caso típico de falacia del espantapájaros) y,
además, no se debe considerar el miedo como un factor a la hora de tomar una decisión.
Muchos de nuestros miedos son infundados y hasta paranoicos.
Y Ud., estimado votante, ¿ha visto otros casos de falacias además de los ya
mencionados? ¿le parecen inevitables los ataques personales en un debate presidencial?
¿qué pasaría si uno de los candidatos solo se centra en las propuestas concretas mientras
que el otro se dedica a lanzar improperios y lo ridiculiza constantemente? ¿quién
reforzaría su imagen en ese debate? ¿cree Ud. que la imagen blica en ese tipo de
eventos juega un gran papel en esta campaña? ¿qué otros factores irracionales la gente
toma en cuenta a la hora de votar?
En el siguiente caso hay una falacia de falsa dicotomía: “Comunismo o democracia”.
No obstante, es posible que puedan existir ambas formas de política (ciertamente
matizadas) en un mismo país. Podría un país mantener elecciones libres y permitir la
diversidad de partidos políticos y, a la vez, vivir de una manera “cuasicomunista” en
cuanto a eliminar privilegios, propiedad privada y clases sociales. De hecho, muchas
comunidades provinciales viven de esa manera y comparten sus bienes entre sí. Nadie
se distingue de los otros por ser, por ejemplo, dirigente. Es más, los cargos
dirigenciales son rotativos y deben ser asumidos con el fin de cuidar a la comunidad.
Tratar de hacerle creer a la opinión pública que solo hay dos opciones es engañoso.
Esta frase también se ha podido leer en avisos de nuestra ciudad: “Dame una
oportunidad”. Es notable la falacia ad misericordiam en esta situación pues se apela a la
pena o la piedad (lo mismo se aplica para la campaña del GEIN: “No lo hicimos en
vano”). No deberías mantener una relación destructiva con alguien que ya te haya sido
infiel, engañado y robado. Aunque te lo pida rogándotelo, de rodillas y te haga dudar
con frases cliché. En política también se deben considerar hechos anteriores como
pruebas de futuras conductas posibles. No debes aceptar una propuesta porque se
intente doblegar tu espíritu sembrando en ti lástima o compasión. Debes darle su
verdadero lugar a la razón y sopesar pros y contras con ayuda del pensamiento crítico.
162
Estas son algunas de las falacias que se han podido detectar en esta campaña política.
Los debates políticos deberían consistir en presentar un proyecto de país para los
próximos cinco años. Los planes de gobierno deben presentar una visión de lo que se
quiere para que el país mejore en sus aspectos más esenciales (como salud, educación
y trabajo) y el modo en que esta unirá a una nación para que ante una crisis (como
pandemias, terremotos o desabastecimiento) las clases empresariales no se dejen
seducir por la sirena de la codicia que es capaz de sembrar muy fácilmente desconfianza
y odio entre nosotros. Recuerda que una propuesta política es buena” si cumple en
cierto grado las 3 metas: progreso económico igualitario, valores correctos y unidad
del país.
Y Ud., apreciado elector, ¿qué ha tomado en cuenta para votar en estos últimos años?
¿qué tan decepcionado se ha sentido después de comprobar que su candidato en el
poder hace muy poco o nada? ¿ser un tipo desinteresado en política le hace bien al país?
¿cree Ud. que los peruanos tenemos salvación y que, sobre todo, la merecemos
tomando en cuenta todas nuestras carencias y evidentes vacíos en lo que respecta a
metas tan simples como, por ejemplo, no botar basura al piso? ¿acaso varios irán a las
urnas solo a “botar” su voto? Y si así fuera, ¿el voto debería seguir siendo obligatorio?
¿Qué dice Ud.?
163
Cuarta evaluación
1. Si se encuentran hombres, mujeres, homosexuales, mestizos, criollos, indígenas
aimaras y quechuas, obreros, profesionales, empresarios, empleados, campesinos,
solteros, y aquellos que son padres solteros o casados; todos ellos en una sociedad, y
deben definir cuáles son las reglas que deben regir la vida en común. ¿Qué herramienta
ofrece Rawls para escoger reglas justas?
A) Los derechos de libertad política y desigualdad.
B) El velo de ignorancia que neutraliza los intereses.
C) La acción política que construye comunidad civil.
D) Los principios del consenso político universal.
E) La regla de la máxima utilidad beneficiosa.
2. Señale lo correcto según la teoría de la justicia de Rawls.
A) El principio de diferencia afirma que debe existir una manera de beneficiar a los
menos favorecidos.
B) El principio de equidad de oportunidades exige que los empleos (y otras
responsabilidades) estén al alcance de cualquiera.
C) El principio de libertad sostiene que la ciudadanía debe soportar la tiranía si con ello
logran protección.
D) Todas las opciones son correctas.
E) Las opciones A y B son correctas.
3. El utilitarismo considera la mayor felicidad para el mayor número y se perfila como
un mero cálculo frío que no considera el sufrimiento de los menos aventajados. Por
ello, olvida que las personas parten de condiciones de vida distintas y desiguales. ¿Qué
actitud tendría Rawls con respecto al utilitarismo definido de este modo?
A) Lo acepta.
B) Lo rechaza.
C) Le es indiferente.
D) No lo toma en cuenta.
E) Ninguna opción es correcta.
4. De acuerdo a Rawls, debemos permitir cierto nivel de desigualdad porque
A) los seres humanos no son iguales entre sí por razones de clase.
B) lo único que importa es la libertad de mercado que propicia el capitalismo.
C) el pobre es pobre porque no quiere trabajar y busca depender del Estado.
D) las poderosas corporaciones podrían esclavizarnos si no lo permitimos.
E) aquello haría posible que más gente pudiese prosperar con su trabajo.
5. Si en una sociedad una abrumadora mayoría se opone tanto al matrimonio entre
parejas del mismo sexo como al aborto legal, y por esto, se rechaza estas opciones sin
164
escuchar a los homosexuales y a las feministas. ¿Esta decisión sería democrática, sen
Habermas?
A) No, porque las mujeres definen lo democrático.
B) Sí, porque en la democracia manda la mayoría.
C) Sí, porque los homosexuales no son ciudadanos.
D) No, porque no se consideran todos los puntos de vista.
E) Sí, porque esa decisión beneficia a la mayoría.
6. Señale la opción incorrecta, según Habermas.
A) El mejor argumento es aquel que solo beneficia a la mayoría política.
B) La democracia consiste en el diálogo y el respeto a las minorías.
C) El Estado democrático se funda en el diálogo de todos los ciudadanos.
D) La democracia consiste en el respeto y atención de todos los puntos de vista.
E) La democracia debe involucrar a todos los intereses que forman parte del país.
7. La racionalidad instrumental considera todo en términos de fines y medios y se basa
en la pregunta ¿Qué tengo que hacer (aunque sea deshumanizante) para llegar a mi
objetivo? Frente a esta, Habermas propone la racionalidad
A) comunicativa.
B metafísica.
C) objetiva.
D) ilustrada.
E) capitalista.
8. Para Habermas, la verdad
A) es la propiedad de los enunciados que reflejan la realidad.
B) es la relación que unos enunciados tienen respecto a otros.
C) se relaciona a la utilidad, a lo que sirve y a lo que es eficaz.
D) se decide en un debate mediante el intercambio comunicativo.
E) es el descubrimiento de un aspecto del ser en la realidad.
9. Según Taylor, el ______ debe ser rechazado porque es engañoso ya que es el reflejo
de la cultura hegemónica, es decir, la cultura liberal dominante.
A) universalismo
B) particularismo
C) comunitarismo
D) relativismo
E) capitalismo
10. Este pensador sostiene, desde la política de la diferencia, que la identidad de los
grupos culturales debe ser mantenida. Además, su autenticidad tiene que ver con el
reconocimiento que logran frente a los otros grupos.
A) Mill.
165
B) Habermas.
C) Taylor.
D) Rawls.
E) MacIntyre.
11. Señale al pensador que considera que el legado cristiano actualizado y depurado
puede cumplir la función de otorgar un sentido de totalidad en nuestras actuales
sociedades tan dinámicas.
A) Mill.
B) Habermas.
C) Taylor.
D) Rawls.
E) MacIntyre.
12. Complete lo siguiente. Los preceptos religiosos le parecen a _____ tan razonables
como los ideales ilustrados. La igualdad o el respeto mutuo son claramente aceptables.
Obviamente, el Estado debe ser neutral en materia ideológica, pero la imposición de
un punto de vista secular es tan repudiable como la imposición de un punto de vista
religioso. Los religiosos no deben ser silenciados pues forman parte del pensamiento
Occidental.
A) Mill.
B) Habermas.
C) Taylor.
D) Rawls.
E) MacIntyre.
13. “Pone el énfasis principal en garantizar la libertad del individuo al limitar el poder
del Estado y maximizar el poder de las fuerzas del mercado capitalista. Aboga por las
libertades civiles con un gobierno limitado bajo el imperio de la ley. Lo anterior
corresponde al
A) comunitarismo.
B) liberalismo.
C) socialismo.
D) capitalismo.
E) eudemonismo.
14. Con respecto a Mill, señale lo correcto.
A) Se opuso, desde el parlamento, al voto de la mujer y atacó el feminismo.
B) Sostenía que los pobres deben pagar más impuestos pues representan gasto estatal.
C) Afirmó que nuestra libertad no está limitada ni siquiera por el daño a los demás.
D) Defendió un utilitarismo de la regla (o ley) y no uno de los actos como Bentham.
E) Estuvo de acuerdo con Kant con respecto a la ética de principios universales.
166
15. Señale al pensador que considera que no es aconsejable violar las leyes morales
tradicionales, ni siquiera si así se beneficia a una mayor cantidad de personas. Según
este filósofo, debemos obedecer las leyes generales que por experiencia histórica han
demostrado brindar mayor felicidad. Incluso hay que reglamentar las excepciones a las
reglas.
A) Mill.
B) Habermas.
C) Taylor.
D) Rawls.
E) MacIntyre.
16. Señale al pensador que defendió la democracia representativa y que opinaba que
era
preferible votar por profesionales de clase media con una buena educación, pues estos
impondrían restricciones a la opinión pública, que por lo general está mal informada y
es presa fácil de la manipulación. Según él, el mejor gobierno está formado por los más
sabios, que siempre constituyen una minoría.
A) Mill.
B) Habermas.
C) Taylor.
D) Rawls.
E) MacIntyre.
17. Para MacIntyre, las prácticas implican bienes internos y externos a las mismas.
¿Cuáles serían esos bienes que, al buscarlos exclusivamente descuidando los otros
bienes, explican la corrupción de un profesional?
A) Los bienes internos (como el disfrute de hacer lo que nos gusta) son la causa de la
corrupción.
B) Los bienes externos (como el dinero o la fama) tientan al profesional a buscarlos
como la meta de su actividad.
C) Ninguno, la ética profesional no se puede explicar con esos conceptos.
D) Tanto los bienes externos como los internos influyen en la corrupción de cualquier
profesional.
E) La distinción entre bienes internos y externos no es útil para esta cuestión.
18. Señale lo incorrecto, según MacIntyre.
A) La concepción moderna del yo ha fragmentado la vida humana.
B) Las tradiciones se mantienen por la práctica de las virtudes.
C) La filosofía moral necesita el apoyo de las ciencias sociales.
D) La distinción entre bienes internos y externos es útil para la ética profesional.
E) El concepto de virtud no se basa en la práctica ni en el orden narrativo.
167
19. El concepto que usa MacIntyre para definir la virtud es el de______ y este alude a
caracterizar la conducta considerando tanto el pensamiento del agente como a las
situaciones que hacen inteligible dicha conducta. Y dado que para que la acción sea
inteligible, el pensamiento necesita ser dispuesto tanto causal como temporalmente, él
considera que estas situaciones deben estar organizadas en un relato.
A) práctica
B) orden narrativo
C) tradición moral
D) justicia
E) verdad
20. El concepto que usa MacIntyre para definir la virtud es el de_____ y este alude a
la cultura y a las costumbres de un grupo social. MacIntyre, sin caer en el
universalismo, explica la evolución de la cultura y las costumbres como fruto de la
búsqueda de la excelencia.
A) práctica
B) orden narrativo
C) tradición moral
D) justicia
E) verdad
Solucionario
1. B, 2. E, 3. B, 4. E, 5. D, 6. A, 7. A, 8. D, 9. A, 10. C, 11. C, 12. C., 13. B, 14.
D, 15. A, 16. A, 17. B, 18. E, 19. B, 20. C.
168
PRONUNCIAMIENTO PÚBLICO IPILOF
MANIFIESTO LÓGICO-FILOSÓFICO CONTRA LA INDIGNIDAD Y ANTE LA
CRISIS PERMANENTE
Han pasado más de 200 años desde que la efusiva lucha por las libertades de nuestra
América desencadenó guerras y enfrentamientos entre criollos y representantes de la
Corona Castellana. Finalmente, la burguesía criolla autóctona asumió las riendas de los
gobiernos de Latinoamérica y así este gran pueblo se hizo cargo de su propio destino el
en despliegue de la historia; no obstante, su labor en la realización de la nación peruana
se enrumbó en luchas, confrontaciones sin sentido, disputas infantiles y búsqueda de
banalidades, olvidando que la nación son los hombres. Herederos de una rica tradición
que mezcla elementos indígenas y europeos tuvimos que haber sido una nueva potencia
que en unidad y coordinación esté a la altura de las naciones más poderosas del planeta.
Sin embargo, la realidad es otra muy distinta. La educación, la gestión de nuestros
recursos, la política e incluso los grupos religiosos no han dado la talla para poder
emanciparnos realmente. En vez de eso, estamos sumidos en constantes crisis.
Nuestros gobernantes y legisladores malgastan y desvían los recursos públicos. La
educación de los más jóvenes es cada vez peor. Las personas que salen en la televisión
y diversos medios de comunicación, celebridades que tienen fama y otros construyen
sus pequeñas fortunas en base al escándalo y la difamación. La prensa que debería
informar y mantener bien asesorada a la población le hace el juego a la agrupación
política de turno y, a cambio de unos centavos, orienta la votación de la gente para que
ellos escojan la peor de las opciones disponibles. ¡Ellos son los actuales sicofantes
llevados a niveles nunca antes vistos! Los ríos están contaminándose, los desiertos se
llenan de ropa de segunda mano en desuso y más basura. Ni siquiera el agua de lluvia
hoy puede beberse. La guerra digital cognitiva mediante el uso intenso de las redes
sociales embrutece, corrompe y pervierte la buena disposición de la población entera,
son el actual circo dominante. Mientras los alimentos son de pésima calidad, mientras
el agua se está acabando y mientras todo sube de precio, las noticias ofrecen un
lamentable espectáculo que no corresponden a nuestra realidad. ¡Nos dan circo y más
circo porque no hay pan! Pretenden que Latinoamérica sea un caos y lo están logrando,
se está convirtiendo en un antro de la corrupción y en vez de un sueño se ha tornado
en una horrenda pesadilla.
Frente esta pecaminosa situación de descuido y total indiferencia de la misma gente,
que está más preocupada por llegar a fin de mes y pagar sus cuentas que por intentar
en unidad buscarle una solución a este problema que ha durado más de dos siglos,
nosotros manifestamos nuestro compromiso total y sincero para buscar cambiar esta
situación y dirigir todos nuestros esfuerzos en esta empresa. Y, creemos firmemente
que esto es posible mediante el activismo cultural a favor de la investigación de la lógica
y la filosofía.
169
Nosotros, hijos de la academia, padres de la próxima generación y posibles abuelos de
nadie llamamos la atención de todo aquel que pueda leer este documento. «Estudia,
deja de distraerte, conversa profundamente con los investigadores, difunde los buenos
valores, cuida la naturaleza, ama profundamente no solo a tu familia sino también a tu
vecino, a tu amigo y al que te atiende en el mercado y la panadería».
«No confíes en los políticos y busca mejores líderes, personas que quieran consenso.
Dirige tu mirada a las comunidades rurales, ahí está la gente humilde que sabe vivir,
sorprendentemente, con pocos recursos. Escucha a los hombres y mujeres mayores de
edad que quieran enseñarte algo. No creas en encuestas, no veas programas basura y,
sobre todo, no pienses únicamente en engrosar tu cuenta bancaria. Existen más bienes
que el mismo dinero y, precisamente, esos no se pueden acumular porque solo valen
mientras sean vividos».
«Enseña con el ejemplo, plantéate el reto de leer un libro, conversa de temas de ciencia,
filosofía y lógica. Acerca a tus amigos y amigas a ideas nobles como tolerancia, paz,
integridad, lealtad, coherencia, lógica y pensamiento crítico. Finalmente, recuerda que
este combate no lo ganarás ahora. consciente de que esta batalla durará varias
generaciones y muy posiblemente no veas sus resultados. Aun así, no te rindas.
Recuerda que no hay fin más noble que el de preocuparse por el bienestar de los demás
antes que el propio».
Muchos de los valores actualmente profesados (ya sólo en el papel) fueron los que
inspiraron a Sócrates a beber el zumo de cicuta para legarnos su filosofía que hasta el
presente permanece. De la misma manera, Latinoamérica y el Perú dependen de la
gente que trabaja y lucha, que se instruye y que no teme porque sabe que, si el presente
es de lucha, el futuro será de victoria.
¡POR EL CUMPLIMIENTO DE ESTÁNDARES ÉTICOS MINIMOS QUE
PERMITAN JUZGAR QUE ESTAMOS MEJORANDO Y POR BUEN CAMINO!
¡POR UNA EDUCACIÓN QUE DESPIERTE A LAS FUTURAS GENERACIONES!
¡POR UNA CIENCIA QUE SEA RESPONSABLE CON EL AMBIENTE!
¡VIVA LA UNIDAD DE LOS PUEBLOS LATINOAMERICANOS!
¡VIVAN LOS PUEBLOS ORIGINARIOS!
¡VIVA EL PERÚ!
¡VIVA LA LÓGICA Y LA FILOSOFÍA!
4 de agosto del 2023
170
_____________________________
Dr. Rafael Félix Mora Ramirez
Presidente de IPILOF
_______________________________
Carlos Giovanny Llacchua Iparraguirre
Secretario
_____________________________
Bach. Adán Raison Ochoa Yupanqui
Vicepresidente de IPILOF
_______________________________
Pedro Eugenio Sánchez Barrera
Director de conferencias y publicaciones
_____________________________
Byron Jason Navarro Espinoza
Tesorero
171
Imagen de primera reunión del
Instituto Peruano de Investigación de Lógica y Filosofía (IPILOF)
Imagen del Instituto Peruano de Investigación de Lógica y Filosofía (IPILOF).
Destaca el mensaje “La Filosofía sin la Lógica carece de claridad, pero la
Lógica sin la Filosofía carece de compromiso”
172
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