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se puede simplemente transferir, como startups, las empresas Fintech todavía tienen margen
de mejora en este ámbito. Una definición común describe a las Fintech como empresas que
ofrecen servicios financieros sobre una base tecnológica. Sin embargo, esta definición no es
clara. Las empresas tradicionales, como los bancos, dependen en gran medida de la
tecnología para brindar sus servicios, mientras que algunas empresas de software que
trabajan para el sistema financiero pueden no considerarse Fintech.
Fintech es un sector en rápida evolución que engloba a empresas que prestan
servicios financieros a través de la tecnología. Si bien existen varias definiciones, es
esencial considerar los aspectos de brindar servicios a través de la tecnología, ser
disruptivos o innovadores, tener un modelo de negocios escalable y atender las necesidades
de las generaciones más jóvenes. Las empresas de tecnología financiera también operan de
manera diferente a las instituciones financieras tradicionales, confiando en modelos de
startups y rondas de inversión para crecer, ofrecen comodidad y velocidad, pero enfrentan
el desafío de generar confianza con los usuarios.
Actualmente, los bancos más grandes han dedicado importantes recursos a la
innovación en recursos humanos y en inversión, esforzándose por desarrollar rápidamente
productos que compitan con los que ofrecen las Fintech. Al mismo tiempo, aprovechan las
oportunidades para adquirir empresas de tecnología financiera maduras que ya tienen
productos operativos. El principal ejecutivo de Itaú para Argentina, Paraguay y Uruguay
enfatizó que “la estrategia primordial es la transformación digital de la propia organización,
pero siempre estamos explorando oportunidades en el mercado” (Tiscornia, 2021).
Mientras que los bancos y otras empresas requieren la agilidad y el enfoque centrado en el
usuario que ofrecen las Fintech, las Fintech en sí mismas requieren la solidez, la confianza
y la gestión regulatoria que poseen las empresas más tradicionales. De hecho, ya en 2017,
el 55% de las entidades financieras ya colaboraban de alguna manera con Fintech (KPMG,
2017).
Los rivales disruptivos que inicialmente se esperaba que derrocaran a las grandes y
establecidas empresas financieras ahora se han convertido en sus aliados y, en ocasiones,
incluso son adquiridos por ellas. En los últimos años, esto se ha convertido en la norma, y
los nuevos actores, como los gigantes de las grandes tecnologías (Google, Facebook,
Amazon, Apple, etc.), son vistos con aprensión, ya que es probable que tarde o temprano
dominen el mercado financiero mundial. La forma más común de integración entre
empresas Fintech y tradicionales ha sido a través de asociación (61%), seguida del
desarrollo tecnológico interno (50%), contratación de servicios específicos (36%) y
adquisiciones de empresas (24%). En el futuro, se espera que esto cambie hacia un mayor
énfasis en la asociación (81%), el desarrollo interno (52%), las adquisiciones (37%) y la
contratación (33%) (KPMG, 2017). En el ámbito de la tecnología financiera, hay casos en
los que estas empresas tienen una vida útil corta y carecen del tiempo necesario para
establecer la confianza que los usuarios suelen depositar en las instituciones financieras
tradicionales, como los bancos o las compañías de seguros. Como resultado, las Fintech a
menudo se integran en el sistema financiero existente de diversas formas, que también han